En Bolivia consideran que el presidente Morales dio un “golpe de timón radical”. Dicen que responde a las necesidades políticas internas del Gobierno. Especialistas chilenos y bolivianos coinciden en que si se consolida una demanda internacional de Bolivia contra Chile será un proceso legal largo y costoso.
Distintas unidades militares rindieron honores ayer a Abaroa. Luis Salazar / Página Siete
Ilya Fortún / La Paz. Página Siete
Las posibles causas del giro efectuado en el tema marítimo
CAMBIOS. El súbito cambio de estrategia se produce en un momento en el que se esperaban señales completamente distintas de parte del Mandatario boliviano.
El presidente Morales le dio ayer un giro sorpresivo al tema marítimo, anunciando que el país demandará a Chile ante tribunales y organismos internacionales.
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Con esta declaración, realizada en el Día del Mar, el Primer Mandatario en los hechos ha pateado el tablero de una larga negociación en base a una agenda integral, y a denodados esfuerzos bilaterales, para la recuperación de la confianza mutua.
Este súbito cambio de estrategia se produce en un momento en el que se esperaban señales completamente distintas de parte del Presidente. Hace unas semanas atrás, Morales había insistido en la necesidad de una respuesta inmediata, que debía darse antes de este 23 de marzo.
Este gesto fue interpretado en Santiago como una presión innecesaria y originó una respuesta en sentido de que no se aceptarían presiones de ningún tipo, en un proceso de diálogo sin plazos preestablecidos. Es en consideración a estas últimas tensiones que se esperaba un discurso conciliador y más bien neutro, en espera de la propuesta chilena.
Una primera lectura al golpe en la mesa dado por Morales podría decirnos que las necesidades políticas internas del Gobierno requerían de una respuesta rápida y contundente, y en la medida en que las cosas no se dieron en los plazos y momentos esperados, se decidió dar un paso al costado. También podría haber ocurrido que los contenidos de la propuesta chilena se hayan conocido extraoficialmente y que éstos no hubieran sido ni siquiera mínimamente satisfactorios, en relación a las expectativas de una negociación tan dilatada y sacrificada. Una propuesta demasiado pobre de Chile hubiera significado otro golpe contra el Presidente.
La interpretación más pesimista de este remezón sería pensar que cualquier tipo de propuesta que no contemplara soberanía plena sería muy difícil de administrar para éste o para cualquier otro Gobierno, en la medida en que implicaría tomar una decisión casi definitiva en un tema de una sensibilidad histórica inconmensurable.
Mejor entonces bajarse a tiempo de cualquier negociación que no vaya a redituar políticamente y que, al contrario, puede poner al Ejecutivo en un brete muy complicado. Llama la atención en todo caso que, hasta ayer, el canciller Choquehuanca seguía sosteniendo que se considerarían incluso acuerdos que no implicaran soberanía plena, en la perspectiva de una negociación gradual. Parece que el canciller nuevamente no estaba enterado del giro que las cosas iban a tomar. Como era de esperarse, la reacción en Chile ha sido inmediata y ha causado fuertes molestias en el ámbito oficial, desde donde se considera que con esto se ha roto el clima de confianza conseguido.
Se rumoreaba en los últimos días que el Gobierno chileno evaluaba el desgaste de popularidad interno de Evo Morales.
Comentario
Un cambio de alto riesgo
Javier Viscarra – Periodista y diplomático
Es posible coincidir con la percepción del Gobierno sobre la inútil espera de una respuesta aceptable y oportuna por parte de la Cancillería y el Gobierno de Chile, respecto a nuestro justo reclamo de un acceso al mar. Pero casi dar al trasto con todo lo avanzado en la construcción de confianzas, los encuentros presidenciales y anunciar un giro tan radical, como es el de acudir a los tribunales internacionales merece un profundo análisis, que queremos entender tiene que haberse producido en Palacio de Gobierno antes del sorpresivo giro.Durante el discurso del 23 de marzo, al detallar los históricos títulos sobre nuestro nacimiento con costa sobre el océano Pacífico, el Presidente recuperó la base doctrinal de nuestra política exterior que marcó la brecha con Chile: Títulos frente a tratados injustos.
Acudir a los tribunales internacionales no sólo implica contar con un equipo especializado, además de un muy grueso presupuesto, sino también tener la certeza de no estar caminando hacia el borde de un abismo. Y claro, en lo formal, aceptar la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), así como ratificar el Pacto de Bogotá de 1948.
Pero además ir a La Haya -no a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), sino a la Corte (Tribunal) Permanente de Arbitraje (CPA)- puede ser una opción para revisar la controversia por el Tratado de 1904, pero es de temer que modificarlo no esté en su competencia.
El cónsul general en Santiago, Walker San Miguel, en una entrevista con Página Siete el mes pasado dejó entrever la posibilidad ahora oficializada de por qué no se podía esperar indefinidamente por una respuesta de Chile. Las soluciones deben ser “oportunas”, decía. También el canciller David Choquehuanca deslizó el tema y causó molestia en Chile, por lo que entonces se tuvo que rectificar la posición.
El cambio producido ahora nos sitúa en un complejo brete y, probablemente, sin retorno. Es decir, si no se tiene el éxito que pretendemos en los tribunales internacionales, ¿qué camino nos aguarda? ¿Cómo se retomarían eventuales nuevas negociaciones? Preguntas delicadas para la nueva política de alto riesgo emprendida por el Gobierno Nacional.
Analistas dicen que Evo pateó el tablero del diálogo bilateral
En Bolivia consideran que se trata de un “golpe de timón radical”
Lectura. Especialistas chilenos y bolivianos coinciden en que si se consolida una demanda internacional de Bolivia contra Chile será un proceso legal largo y costoso.
Bolivia opta por un juicio para retornar a costas marítimas.
Luis Mealla / La Paz – Pagina Siete
Analistas bolivianos y chilenos coincidieron ayer en que el presidente Evo Morales “pateó el tablero” del diálogo entre ambos países y que marca el fracaso de las conversaciones sobre la agenda de los 13 puntos que incluía la demanda marítima boliviana.
Ayer, el Mandatario boliviano anunció en su discurso del Día del Mar que recurrirá ante tribunales internacionales para que una instancia jurídica resuelva esta demanda histórica.
El ex canciller boliviano Javier Murillo señaló que la propuesta desconcierta ya que plantea un abandono de las negociaciones directas con Chile y se opta por una medida judicial. El diplomático afirmó que ahora “estamos más lejos del mar porque implica un proceso muy largo, costoso, incierto y complejo”.
“El diálogo bilateral no iba a conducir a ningún sitio pese al acercamiento durante los últimos cinco años. Es posible que el Gobierno llegó a la conclusión que se debe cancelar esa instancia para optar por otra”.
En tanto, el analista chileno Raúl Sohr se refirió a que pese a los esfuerzos, el anuncio de Morales “trunca” el diálogo bilateral que inició en 2006, cuando la entonces presidenta de Chile, Michelle Bachelet y su homólogo boliviano suscribieron la agenda de los 13 puntos.
“Me parece que patear el tablero es un término adecuado en estas circunstancias; había la impresión en Chile de que se encaminó un acuerdo pero me parece que es el final de un camino de relaciones bilaterales que tenía posibilidades de justificar en un acuerdo. Ahora, Bolivia, al tomar una medida unilateral, complicará el proceso de la agenda que Chile y Bolivia mantenían donde se incluía una búsqueda de salida al mar con soberanía”, dijo.
Sohr agregó que Bolivia no tuvo una propuesta clara, es decir, las autoridades nunca especificaron el lugar ni la proporción del posible territorio a ceder, lo que no ayudó a acelerar las relaciones bilaterales ni a tener acuerdos concretos.
Para el ex canciller boliviano Armando Loaiza, la medida asumida por Morales es un “golpe de timón radical” y una “actitud insólita” que en Chile fue interpretada como que se privilegió una solución judicial.
“Con esa declaración Morales, antes de que nazca el nuevo proceso de negociación, ha abortado el diálogo que estaba iniciándose por decisión de ambos gobiernos (Chile y Bolivia); ahora pareciera que se sufrió un carpetazo y hay que ir a los tribunales. Los argumentos son endebles (débiles) y no estoy tan seguro que se pueda revisar un tratado por vía judicial”, señaló.
Loaiza agregó que es “insólito y raro” que Morales hable de privilegiar los mecanismos jurisdiccionales de organismos internacionales cuando hace unos días pronunció frases “muy negativas” contra ellas, refiriéndose a la crítica que hizo contra la ONU y las fuerzas aliadas que hoy atacan Libia. La Corte Internacional de La Haya pertenece a la ONU y ahora Morales “podría” recurrir a esa instancia.
“Bolivia fracasó en 1921 en la Sociedad de Naciones que es la antecesora de la ONU cuando pretendió la revisión del tratado de 1904; fue todo un fracaso, hubo una comisión de juristas que dijo que era improcedente ya que un tratado de límites no puede ser revisado unilateralmente o desahuciado, salvo que las parte estén de acuerdo”, agregó.
El criterio del politólogo chileno Guillermo Holzman fue un anuncio “sorpresivo” que define un escenario distinto al actual; agregó que las negociaciones que se generaron entre ambos países quedarán suspendidas.
“Cuando se instala una instancia de tipo jurídica supone detener las negociaciones asociadas a la demanda jurídica; no se rompen relaciones, Chile puede manifestar su molestia; sin embargo, implica una pérdida de confianza. El diálogo sigue mientras la demanda no se presente en tribunales internacionales”, dijo.
“Solamente existirá un diálogo jurídico”
De acuerdo con el analista chileno Guillermo Holzman, el diálogo entre Bolivia y Chile puede continuar en desarrollo mientras no se presente la demanda ante alguna instancia internacional; de ahí en adelante, la relación se limitará a un “diálogo jurídico”.
“Es que ahora en el diálogo bilateral hay un elemento distinto que no se conversó con Chile; una vez que inicie la demanda en los tribunales obviamente el diálogo queda limitado. Las instancias judiciales establecerán que no hay un diálogo político después. La tradición chilena es que el diálogo jurídico define y corta cualquier espacio de diálogo político en el futuro”, recalcó Holzman.
Para el politólogo Raúl Sohr habrá un enfriamiento de las relaciones como ocurrió con Perú cuando este país llevó ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya el tema del diferendo por territorios marítimos.
El ex canciller boliviano Armando Loaiza dijo que las negociaciones actuales “sufrieron un golpe de timón” por el cambio de estrategia. “Esperemos que Morales y su Gobierno hayan evaluado las consecuencias de la decisión de ir a una instancia contenciosa”.
Declaraciones discordantes en la posición sobre el mar
El canciller del Estado, David Choquehuanca. Foto archivo APG
No se descarta un acuerdo inicial sin soberanía. Las negociaciones entre Chile y Bolivia avanzaron tanto que falta aterrizar en una propuesta oficial escrita. Son las declaraciones del canciller David Choquehuanca a diarios bolivianos que fueron aperturas de portada.
“Mi discurso (por el Día del Mar) siempre será para seguir profundizando la confianza (mutua)” anunció el presidente Evo Morales al periódico chileno El Mercurio. Además declaró que no cree en una demanda internacional ante el Tribunal de Justicia de La Haya sino en la confianza y la sinceridad para resolver la demanda marítima.
Sin embargo, los escenarios descritos a los medios escritos quedaron sepultados por el anuncio del Jefe de Estado de recurrir a organismos internacionales para resolver la demanda de salida soberana.
Choquehuanca dijo al diario paceño La Razón que “no se descarta (un acuerdo que al inicio no incluya soberanía), pero hay que trabajar callados. Sólo hay que trabajar, no sirve de nada especular, calcular, no podemos adelantar respuestas…”.
Al periódico Los Tiempos, en cambio, indicó que “se ha avanzado tanto (en las negociaciones) como para poder escribir entre Chile y Bolivia la frase “propuestas concretas, factibles y útiles. Sin embargo, es preciso aterrizar en una propuesta oficial escrita que permita alcanzar un consenso interno”. Estas declaraciones discordantes fueron criticadas en Chile. “Le pido al presidente Morales ser preciso en sus dichos. No puede ser este doble estándar de decir algo cuando es entrevistado por un medio chileno y decir otra cuando el entrevistador es boliviano” dijo el senador Eugenio Tuma.
Pagina Siete