¿Narcovínculos II?

image

Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. El Día: Las razones de la Historia

  2. El Día: ¿Hacia un Estado fallido?

  3. El Día: Lluvias y narcocoroneles

  4. El Día: Bolítica

  5. El Día: Más claro, la Unesco

  6. El Día: ¿Narcovínculos II?

  7. Los Tiempos: EL LITIO EN EL REINO DE LAS ILUSIONES

  8. El Deber: Desastre en La Paz

  9. Cambio: Bolivia es una sola

  10. La Prensa: Dolorosa y triste lección

  11. El Diario: Bolivia: país agrario sin política agraria

  12. El Mundo: Lo peor

  13. Opinión:

  14. Clarín, Argentina: Fracaso en política agropecuaria


El Día: Las razones de la Historia



A  veces la dinámica de la Historia nos hace olvidar detalles del por qué las cosas suceden de algún modo, que para la ignorancia parecen impredecibles, pero no para el análisis.  No significa que recule en mi válida indignación hacia un gobierno “indio” al que considero traidor, ni que cambie mis desafectos hacia sus representantes, pero merece la pena reflexionar acerca de las causas de males como éste.

Escribo en un artículo más extenso pero de otra índole sobre lo que me obliga a redactar estas líneas, pero la importancia del antecedente, y la magnitud del horror, hacen que al menos en parte lo mencione.  Me refiero al trato sufrido por las poblaciones nativas en los años que siguen al embate español en América, y que seguramente existió también en mayor o menor medida, dada nuestra condición de hombres bestia, antes que los barbados y entre grupos lugareños en nombre del poder, de la superioridad étnica, de las fobias religiosas o de la simple barbarie.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Conversando con mi padre acerca de la última novela de Mario Vargas Llosa, El sueño del celta, salen a escena memorias de la historia oral cochabambina, que “rescatan” del difícil olvido a personajes monstruosos como Armando Normand, capataz de la compañía cauchera Arana en el Putumayo de amarga memoria.  Como lo dije, detallaré en otro texto los entretelones del asunto.  Ahora me limito a recordar, con espanto, las sádicas delicias de este cochabambino hundido en la vorágine del trópico, su atormentar constante al indio, el Otro por antonomasia, el Enemigo, a quien puede aplicársele lo desmedido de la crueldad blanca, porque cualquier crimen o abuso se justifican en aras de una supuesta misión civilizadora donde el papel maligno de sus representantes, como Normand, se absuelve por lo duro que significa iluminar con la luz de la razón a los que viven en tinieblas.

Y Bolivia fue, es, y siempre será país de indios.  Drama, beneficio -mácula para algunos- imposible de ocultar.  Escondo mis brazos en camisas de manga larga Daniel Cremieux;  escondo el origen entre dos apellidos compuestos, italiano uno, francés el otro, pero cuando desvisto mi imagen a solas miro mis brazos lampiños que me hablan de orígenes distintos, diversos, obligándome a aceptar que el Otro soy Yo, y que en la comprensión de esta incomprendida amalgama radica el venero del futuro promisorio, aquél donde ya enfermos como el capataz cauchero, violando, quemando indígenas vivos después de rociarles kerosén, decapitando e iniquidades otras sin nombre ya no existan, donde los linchamientos comunes a la sociedad boliviana, en nombre de justicias comunitarias vilipendiadas por crímenes tales, no rememoren la angustia de la diferenciación.

Muchos se preguntan el por qué de Evo Morales, qué nos llevó a caminar los albores de un estado que bien fácil puede convertirse en el Haití de los Duvalier.  La respuesta es sencilla: los desmanes del blanco o sus secuaces, indios y mestizos.  La ignominia o el descaro del abuso.

Que hay que combatir lo que se viene, el esbozo de un falso estado indio pleno de impunidad, no lo niego.  Y lo combato mientras y cuando escribo.  Pero no hay que olvidar que hubo el caucho, como el estaño, como la plata, como la cocaína, el beneficio de pocos, generalmente de característica étnica distante, y el expolio del resto;  no hay que olvidarlo, porque de hacerlo, ya cuando Morales no esté, retornaremos a la escenificación del oprobio que siempre nos dolió y no nos deja avanzar.
 

Ir al Indice

El Día: ¿Hacia un Estado fallido?

Miradas

Hace un tiempo leía un artículo de un analista internacional que, refiriéndose a la situación en la Argentina, calificaba a nuestro vecino país como un Estado fallido. Se refería entre graves apreciaciones, sobre todo a la incapacidad política, pese a tener todas las otras condiciones para hacerlo, de convertirse en el país óptimo para abastecer  al mundo de cantidades inmensas de alimentos.

Me quedó rondando qué es lo que ocurre para que se llegue a calificar a un país alejado a los tradicionalmente considerados estados fallidos como Somalia, Nigeria, Haití,  Corea del Norte o Costa de Marfil entre otros.

Buscando una definición que conceptuara de una manera más o menos precisa qué es un estado fallido que se aproximara a nuestra realidad actual, me topé con un conocido tanto de Chávez como del Vicepresidente García Linera (posiblemente uno de los únicos norteamericanos que se libra de su vituperio) Noam Chomsky.

Por lo obvio y en el afán de uniformar ideas, transcribo lo que  este famoso académico y científico, también  autonombrado socialista libertario, define con contundencia a propósito de Estado fallido: “son aquellos que carecen de capacidad o voluntad para proteger a sus ciudadanos de la violencia, incluso la destrucción. Se consideran más allá del alcance del derecho nacional o internacional. Padecen un grave “déficit democrático” que priva a sus instituciones de auténtica sustancia”. Un genio.

La algarabía oficialista sobre esporádicas incautaciones de droga, se va a la alcantarilla por la copiosidad de indicios del notable robustecimiento de la cadena productiva de cocaína en los últimos años -que además está históricamente comprobado que de la producción total, es apenas un 20% el máximo de lo que se incauta- tenemos un cuadro verdaderamente peligroso. Porque hay asuntos como el de las narco hermanas Terán, el taimado narcoamauta, los múltiples narcoalcaldes y suman y siguen las coincidencias que están dejando de ser misterios.

Y como si esto no fuera suficiente, nos cae la evidencia de la penetración de la mafia narcotraficante en el lugar exacto, en el corazón mismo de la administración masista. Ni la Presidencia del Estado está tan en el blanco como el Ministerio de Gobierno y la Policía Nacional por sus específicas funciones. El container de Hong Kong y el famoso jet ejecutivo incautado en Barcelona hace unos días, llevaban en su cargamento el sello “Made in Bolivia” en un dudoso esfuerzo globalizador.

El caso de Sanabria Oropeza marca un hito en la historia de nuestro país ligada al narcotráfico. Yo que no comprendo bien la indignación que causa que los chilenos bailen nuestra diablada cuando jamás he sabido de un reclamo de México o Argentina por la abundancia de mariachis y escuelas de tango en Bolivia, encuentro que ahora sí, es nuestra soberanía la que está en entredicho ante la más vil de las esclavitudes que es la de la criminalidad y las drogas.
Éste es un golpe letal a nuestro país. Si los bolivianos a veces nos sentíamos escudriñados cuando presentábamos ante una ventanilla de migración en cualquier parte del mundo nuestro pasaporte en mano, no sé qué sentiremos a partir de ahora. Porque criminales los hay en todos lados. Corruptos y narcotraficantes hay en muchas partes. Pero a nosotros nunca antes alguien nos había representado con tamañas credenciales.
Él comandaba la Fuerza Especial de la Lucha contra el Narcotráfico en este gobierno, cuando el Estado Plurinacional de Bolivia en uso de su “soberanía”, expulsó a la DEA. Estirando mi lema preferido del “piensa mal y acertarás” me atrevo a especular si no serán los kilos mediáticamente incautados, los mismos objeto  de exportación.

Luego de su retiro encontró acomodo en nada menos que la Dirección de Inteligencia del Estado. O este policía era increíblemente inteligente o los que lo rodean son unos incautos. Los puntos se van uniendo, las figuras se van definiendo y las piezas se van acomodando.
De no ser tan dramático lo que está sucediendo, se vería casi cómica la condena expresada por ciertos voceros oficialistas rasgándose  las vestiduras. Esto es de verdad un atentado a la soberanía y la dignidad. Lo demás, son discursos vergonzantes. Y que se vayan olvidando de exigir extradición. Aunque les cause asombro e indignación, introducir droga a los Estados Unidos es un crimen con castigo. Por ahora René Sanabria Oropeza ha optado por el silencio.
Estando en Miami, sin ninguna posibilidad de que le echen el guante acá, no sé cuánto tiempo callará. Porque cadena perpetua es una extensión demasiado larga de tiempo para digerírsela solito. Aún habrá algo nuevo bajo el sol.

Nuestra credibilidad como Estado está en vertiginosa caída afuera y adentro. Nunca hemos estado más cerca de ser catalogados como Estado en proceso de hundimiento. Ahmadineyad y Gaddafi, el Bolívar de Libia según Chávez, no serán precisamente las mejores recomendaciones a la cercana hora en que sin duda, nos pondrán bajo la lupa internacional.

Ir al Indice

El Día: Lluvias y narcocoroneles

¿Es o no es Verdad?

Unas diez mil personas damnificadas por las lluvias son muchas como para no sentirse seriamente impresionado. “Las desgracias no vienen solas”, dice el dicho. Las lluvias, los derrumbes, la destrucción llegó, justo cuando la gente andaba de mal humor por el alza de los precios. Aquí encaja en otro dicho: “llovió sobre mojado”. Las causas de los desastres son tantas que dejaremos su enumeración y evaluación a los entendidos. Sin embargo, todavía desearía subrayar algunas de ellas. La primera es la imprevisión. Aún aceptando que gran parte de lo sucedido era imprevisible – la intensidad y continuidad de las precipitaciones pluviales, por ejemplo- la otra mitad de los riesgos estaban previstos y archisabidos.

Pongo por caso la conformación geológica y topográfica sobre la que se fundó, creció y sigue ampliándose la ciudad de La Paz. ¡Inevitablemente! Ningún geólogo, ningún urbanista podía ignorar estas realidades. La presión demográfica en todas las ciudades y la irrefrenable migración del campo a los centros urbanos no tienen la debida respuesta en nuevos proyectos de viviendas sociales. Las promesas demagógicas de los Gobiernos se las llevó la mazamorra. Lo preocupante del caso es que hay motivos razonables para temer nuevas calamidades del mismo género. Y aquí dejo al amable lector que añada lo que conoce del caso.

El otro comentario que deseo agregar se refiere a la imprecisa o inexistente delimitación administrativa de las áreas de uno a otro municipio, de una a otra gobernación. Lo que implica dificultades adicionales a la previsión de catástrofes naturales y al auxilio oportuno cuando éstas sobrevienen. El problema se agranda cuando la indefinición de límites geográfico-administrativos se produce entre autonomías, o gobernaciones vecinas o entre estas competencias y las del gobierno central. Ocurre lo del dicho; “el uno por el otro, y la casa sin barrer”. Por último, frente a las calamidades lo primero es el sentimiento de solidaridad. De solidaridad con menos palabrería hueca y más eficiencia práctica. ¡Y mucho ojo con ciertas filtraciones delictivas…!

La gravedad y urgencia de los acontecimientos de primer orden obligan al columnista a ingresar en otro tema. “Los narco coroneles”, aunque lo encabece un ex general y lo sumen otros oficiales de menor graduación. Este desastre ha conmovido a la gente: Pero donde más fuerte ha sacudido ha sido en el mismo rostro de la Policía y ha salpicado al mismo Gobierno. También aquí, las causas del delito son múltiples y complejas. Citaré sólo algunas: el atractivo de ganancias fáciles y de proporciones nunca imaginadas; la incrustación de las mafias extranjeras y locales en los diferentes estamentos de la sociedad y del Estado; la permisividad del actual Gobierno en lo referido al aumento de la producción de la hoja de coca, así como el hacer la vista gorda frene al crecimiento de la fabricación, y distribución de la droga en todo el país y su transporte al extranjero; el haber sobrevaluado la idoneidad profesional de los sistemas nacionales de inteligencia y la honradez de sus “cerebros” y sus jefes y, correlativamente, el haber desestimado groseramente la experiencia y profesionalidad de la “colonialista” DEA (Incluso su inescrupulosidad en los métodos aplicados)

Al final, ésta es mi propuesta: solidaridad efectiva y transparente ante los desastres; investigación a fondo sobre las infiltraciones del narcotráfico en los diferentes estamentos de la sociedad y del Estado.
 

Ir al Indice

El Día: Bolítica

"Morales impuso una política condescendiente con el narcotráfico tras expulsar a la DEA, aunque el mandatario asegura, al contrario, que la guerra antidrogas ha mejorado".

Manfred Reyes Villa
jefe de convergencia nacional


Se dice que: La reciente captura del ex jefe antidrogas del Gobierno, más los crecientes decomisos de cocaína boliviana en varios países, desataron una polémica sobre la responsabilidad del mandatario en el auge del narcotráfico".


No es ninguna novedad que el Gobierno esté perforado por el narcotráfico. Si el Presidente no quiere que desconfiemos, la primera señal que tiene que dar es renunciar a la presidencia de las federaciones de cocaleros".

Osney Martínez
diputado de ppb-cn

Ir al Indice

El Día: Más claro, la Unesco

La Unesco ha brindado un informe acerca del estado de la educación en América Latina, donde según sus cálculos, existen 73 millones de analfabetos funcionales, de los cuales 36 millones jamás aprendieron a leer ni a escribir. El Salvador, Guatemala y Nicaragua son los países más atrasados aunque la situación en Brasil y Venezuela no es menos dramática. Cada año, cerca de 30 mil niños brasileños se quedan sin ir a la escuela y la cifra total podría alcanzar el millón para el 2015.

En el caso de los chicos venezolanos, el número llega a 145 mil, hecho que sorprende ya que tanto Nicaragua como Venezuela fueron declarados territorios libres de analfabetismo gracias a la implementación del programa cubano “Yo sí puedo”. De Bolivia, donde supuestamente todos leemos de corrido, la Unesco no ofrece datos, aunque aclara que junto con Colombia y Honduras son los países donde se nota más la incidencia de la baja escolaridad en el  bajo índice de desarrollo. Precisa que en Bolivia, la tasa de mortalidad infantil de los menores de cinco años es tres veces mayor entre los hijos de madres analfabetas y que son cuantiosas las pérdidas económicas producto de este problema.
 

Ir al Indice

El Día: ¿Narcovínculos II?

El Presidente ha amenazado con iniciar una política de mano dura contra las plantaciones de coca ilegales y el Ministro de Comunicaciones ha dicho que al Gobierno no le temblará la mano para destruir las mafias del narcotráfico. Ambas reacciones llegaron después de la detención en Panamá del general René Sanabria Oropeza, ex director de la FELCN designado por Evo Morales y quien estaba ejerciendo un alto cargo en los servicios de inteligencia del Ministerio de Gobierno. El funcionario fue hallado en poder de 60 kilos de cocaína.

Durante dos días la Cancillería boliviana estuvo haciendo grandes esfuerzos para repatriar al detenido y sólo después de que éste se encontraba a buen recaudo en Miami, Estados Unidos, a requerimiento de la justicia de aquel país, el ministro Sacha Llorentty  informó al país sobre este escandaloso hecho, calificado por un senador oficialista como una “mala suerte” y como una actitud revanchista de la DEA, nada menos que por el zar antidrogas de Bolivia, Felipe Cáceres.

Sanabria se había convertido en un peso pesado del narcotráfico y ya había hecho varios envíos de droga al exterior. La DEA, expulsada del país el mismo año en el que él estuvo al mando de la FELCN estuvo siguiéndolo por varios meses y junto a él han caído otros miembros de la Policía Nacional e integrantes de un clan de traficantes con conexiones internacionales.

El Gobierno se molesta por ciertas alusiones que hacen pensar en un Estado Plurinacional totalmente perforado por el narcotráfico, pero es demasiado pretencioso esperar que la comunidad internacional piense algo distinto cuando las vinculaciones con las drogas tocan esferas tan altas del poder. Si el caso fuera negligencia o excesiva tolerancia y no complicidad, como lo apuntó aquella vez el candidato a presidente de Brasil, José Serra, el Gobierno ha tenido suficientes indicios sobre un evidente desbordamiento del narcotráfico en el país y todo el tiempo para actuar y ponerle freno. La misma DEA, cuando estaba por despedirse de Bolivia, entregó a las autoridades judiciales a los miembros del clan Terán, cuyos nexos con lo más alto del Palacio Quemado son por demás conocidos. Al poco tiempo y de forma misteriosa, estas personas quedaron en libertad. Luego vendrían otros escándalos como el “narcoamauta”, el “narcoalcalde”, las “narcocomunidades” y numerosos otros hechos que la vez pasada llevaron al presidente a exclamar sobre el inmenso poder que han cobrado los narcotraficantes.

Él mismo fue el hizo ciertos comentarios incriminatorios sobre sus compañeros cocaleros, cuando habló de los lujosos autos en los que acudían a las asambleas sindicales en el Chapare.

Hoy, el narcotráfico parece habérsele salido de las manos al Gobierno. Todos los días se producen tiroteos y ajustes de cuentas, los cargamentos de droga procedentes de Bolivia menudean en todos los continentes, la presencia de cárteles internacionales en el país es innegable al punto que un prestigioso diario argentino no duda en comparar a Santa Cruz con las ciudades colombianas donde las mafias
sembraron terror hace una década. El régimen de Evo Morales tiene muy poco margen para actuar y demostrar que es un verdadero enemigo del narcotráfico. El general Sanabria ha sido llevado a Estados Unidos, donde podría estar escribiéndose un nuevo capítulo de aquella tenebrosa historia boliviana llamada “narcovínculos”.

El Gobierno ha tenido suficientes indicios sobre un evidente desbordamiento del narcotráfico en el país y todo el tiempo para actuar y ponerle freno.

Ir al Indice

Los Tiempos: EL LITIO EN EL REINO DE LAS ILUSIONES

Los japoneses nos han recordado que Bolivia no puede darse el lujo de seguir perdiendo el tiempo mientras Chile y Argentina avanzan a grandes pasos

Durante la anterior semana, como una muestra más de lo interesado que está en participar de alguna manera en la explotación del litio del Salar de Uyuni, el Gobierno japonés auspició un seminario denominado "Desarrollo de Sectores Estratégicos en Bolivia". En él participaron más de 50 personas entre representantes diplomáticos, autoridades gubernamentales y empresarios del país asiático.

El objetivo del encuentro era que representantes del sector público y privado de ambos países intercambien información, expongan sus respectivas maneras de abordar uno de los negocios más promisorios de las próximas décadas y exploren las posibilidades de que sus respectivos países lleguen a un acuerdo de mutuo beneficio.

Durante el encuentro, y en declaraciones hechas después del mismo, los representantes japoneses hicieron gala de la proverbial paciencia que los caracteriza. Tanto el embajador de Japón en Bolivia, Toshio Watanabe, como el viceministro de Economía, Comercio e Industria, Kaname Tajima, expusieron con mucha serenidad las razones por las que su país tiene un especial interés en llegar a algún acuerdo con el Gobierno boliviano y explicaron también, en términos muy pedagógicos, por qué a Bolivia no le conviene seguir perdiendo el tiempo.

Recordaron que, como es obvio -aunque para las autoridades gubernamentales bolivianas no parece serlo- Bolivia no es el único país interesado en proveer litio al mercado mundial; que Argentina y Chile también están en carrera y que nuestro país no puede darse el lujo de dejar que el tiempo siga transcurriendo sin tomar decisiones prácticas si no quiere quedarse al margen de la competencia.

En contraste con el sereno y muy realista pragmatismo japonés, la posición boliviana fue, como ocurre con excesiva frecuencia en éste y en otros temas, absoluta y totalmente alejada de la realidad. No fue expuesta por ningún profesional boliviano experto en la materia, como habría sido de desear, sino por el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, quien dejó pasmados a sus oyentes al exponer, con la franqueza que lo caracteriza, las condiciones que Bolivia pretende imponer a los potenciales inversionistas interesados en participar en la explotación del litio. La condición indispensable es, nada menos, que monten en las orillas del Salar de Uyuni una fábrica de automóviles. Y si no están dispuestos a hacerlo, tendrán que olvidarse del litio boliviano porque "Bolivia ya no será un país exportador de materias primas".

Ante tan contundentes afirmaciones, los japoneses sólo atinaron a explicar que fabricar autos no es algo tan sencillo como parece creer el presidente boliviano. Mucho menos en un lugar, como Uyuni, donde no existen ni remotamente las más mínimas condiciones para cualquier actividad industrial, por precaria que ésta sea.

Como lo han hecho notar los representantes japoneses, pese a los años transcurridos desde que el tema del litio fue puesto en la mesa de negociaciones, el Gobierno boliviano no ha recibido ni una sola propuesta concreta. Y mientras Chile y Argentina avanzan a grandes pasos, el Gobierno boliviano insiste en su afán de construir castillos en el aire.

Ir al Indice

El Deber: Desastre en La Paz

La ciudad de La Paz sufre en estos momentos el peor desastre de que se tenga memoria en materia de deslizamientos geológicos. Ochocientas viviendas fueron destruidas por el desplazamiento del suelo en que habían sido construidas en la zona sur.

La solidaridad ha surgido con la premura que el caso requería, tanto de parte de los demás habitantes de la sede de gobierno como de otras ciudades del país.

Se organiza la logística para socorrer a las víctimas de este desastre en un esfuerzo coordinado entre autoridades nacionales y locales, lo que obliga a olvidar, al menos por el momento, algunos aprestos dirigidos a derrocar al alcalde Luis Revilla.

En estos momentos difíciles todo debe ser dejado de lado para responder a la angustia de la gente, víctima de la naturaleza pero también de la falta de normas y políticas claras para la construcción de viviendas.

En la Biblia se lee (Mateo 7.26) del “hombre insensato que edificó su casa sobre la arena”. Hay reglamentos urbanos que han traducido este concepto, pero, por lo menos en el país, esas normas no se cumplen.

Los estudios de suelos deberían ser imprescindibles para cualquier construcción en todo el país, sobre todo si se desea evitar desastres como los que se viven ahora en La Paz y el accidente que ocurrió en Santa Cruz en el caso del edificio Málaga.

Los mencionados estudios permitirían dar o no el visto bueno a la construcción de barrios, o fijar reglas claras acerca de los cimientos sobre los que deberían ser levantadas las viviendas.

Luego vienen las obras públicas, referidas a drenajes y alcantarillados, sobre los cuales en Bolivia, lamentablemente, también existen muchas deficiencias, además de contravenciones que cometen los ciudadanos.

El desastre de La Paz tendría que obligar a las autoridades de todo el país a tomar las cosas muy en serio cuando se trata de autorizar la construcción de viviendas.

En los últimos años, por urgencias políticas, fueron construidas algunas viviendas populares para campesinos en varios departamentos. En esos casos no se han hecho estudios de suelos, pues lo importante era que las casas estén a la vista de quienes pasan por la carretera.

Esos no tienen que ser los criterios para construir viviendas. Las urgencias electorales o de popularidad tendrían que ser dejadas de lado.

Tampoco parece inteligente construir barrios enteros de casas inhabitables, que sólo sirven para que se les tome una foto y se haga la propaganda correspondiente. No tienen ni siquiera los servicios más elementales.

La urgencia de la gente por tener una vivienda no tiene nada que ver con la necesidad de algunos políticos de contar con algunas fotos que les permitan hacer propaganda. Tampoco tiene que ver con la necesidad de algunas empresas de vender departamentos, o casas, sin haber cumplido las normas de prevención.

Por lo menos cuando se trata del lugar donde han de morar los bolivianos sería bueno que se cumplan las normas de seguridad. En muchas otras cosas las autoridades pueden ser menos exigentes, pero en esta materia sería importante que comprendan que no se juega.

Ir al Indice

Cambio: Bolivia es una sola

La magnitud de los desastres naturales que castigan nuestro territorio, con riadas, deslizamientos de tierras, desmoronamiento de centenares de viviendas e inundaciones de miles de hectáreas de cultivos que han causado la muerte —desde enero a la fecha— al menos 47 muertos y millonarias pérdidas materiales, ha calado en lo más profundo de la conciencia y de la solidaridad de los bolivianos.

Es que la tragedia que vive la patria —a consecuencia de las intensas lluvias, fruto del calentamiento global de la Madre Tierra por la emisión de grandes volúmenes de gases de efecto invernadero—, es tan grande que la representante de una organización internacional de ayuda humanitaria calificó el megadeslizamiento de 100 hectáreas de zonas urbanas paceñas como un ‘terremoto’ que castigó la ciudad.

La dimensión del desastre que vive La Paz es tan grande, que hasta el momento no ha sido posible establecer —ni siquiera preliminarmente— la magnitud de las pérdidas materiales que, sin duda, reportarán decenas de millones de dólares.

Y en un contexto en el que la ciudad de La Paz vive una tragedia nunca antes registrada en su historia, quedó sellada ayer una alianza entre el Gobierno Nacional, la Gobernacion y la Alcaldía paceñas —en la que participarán gobernaciones y gobiernos municipales del interior del país—, es decir, el inicio de una campaña cuyo nombre resume el sentimiento que hoy compartidos todos los bolivianos: Todos solidarios, Bolivia una sola.

El propósito es también único, ayudar a miles de damnificados por el deslizamiento de grandes magnitudes ocurrido en el macrodistrito San Antonio y los afectados en Cochabamba y el Beni, y en menor medida en Chuquisaca, Tarija, Oruro, Potosí, Santa Cruz y Pando.

Una reunión de emergencia entre los representantes de las diferentes instituciones comprometidas a paliar el desastre ocurrido en ocho barrios de la ciudad de La Paz, fue la semilla que ya comenzó a germinar en solidaridad y ayuda digna a nuestros hermanos en desgracia. Esta campaña tiene la misión de recolectar alimentos, ropa, enseres, medicinas y vituallas. En la cuenta Nº 1-5462738 del Banco Unión y en los mensajes SMS —cada envío costará Bs 3— de las empresas Entel, Tigo y Viva se recaudarán los aportes en efectivo; mientras que la ayuda gubernamental, de entidades internacionales y de una docena de campañas de solidaridad de varios medios de comunicación, comenzó a paliar las necesidades básicas de las víctimas de la tragedia.

Y si Bolivia marcó un punto alto de solidaridad latinoamericana con la ayuda que prestó a las víctimas de los terremotos de Haití y Chile, el pasado año, hoy nos toca ser solidarios con nuestras hermanas y hermanos afectados por la desgracia.

A la cruzada en defensa de la dignidad humana se sumaron las iglesias Católica, evangélicas y cristianas, además de unidades educativas que facilitan, desde ayer, el acopio de la ayuda humanitaria. Y como corolario de que Bolivia vive la hora de la solidaridad y de la unidad, una reunión entre autoridades y periodistas de los medios de comunicación de La Paz, asumió su respaldo total a la campaña: Todos solidarios, Bolivia una sola.

Y para garantizar que todas las familias damnificadas sean atendidas en esta hora crítica y se evite irregularidades, la ayuda humanitaria se canalizará a través del Viceministerio de Defensa Civil y de las Fuerzas Armadas. Además, los medios de comunicación difundirán spots televisivos, cuñas radiales y artes gráficas de manera gratuita.

Esta iniciativa será clausurada el 19 de febrero en el Coliseo Cerrado, en una gran telemaratón liderada por el estatal Canal 7, en la que participarán artistas y presentadores de todos los canales de televisión y radioemisoras de la sede de gobierno. Es que los bolivianos no podíamos fallar a nuestros hermanos que lo perdieron todo, menos la esperanza.

La dimensión del desastre que vive La Paz es tan grande, que hasta el momento no ha sido posible establecer la magnitud de las pérdidas materiales que, sin duda, reportarán decenas de millones de dólares.

Ir al Indice

La Prensa: Dolorosa y triste lección

Pasada la época de lluvias, viene la reparación de los daños. Pero la tarea parece quedar ahí, sin agregar alguno que prevenga destrozos futuros.

El denominado ?megadeslizamiento? de La Paz es un hecho doloroso y dramático, sin precedentes en la historia de esta hermosa ciudad de caprichosa topografía, que ha convertido en escombros sepultados bajo toneladas de tierra más de 800 viviendas de diversa calidad y ha dejado en la calle a casi 10.000 personas que han perdido todo.

El deslizamiento imprevisible se llevó lo poco o mucho que tenían. Las casas se vinieron abajo como castillos de naipes y los vecinos y propietarios vieron con una desesperante impotencia cómo sus automóviles, de diversas marcas y modelos, resbalaban arrastrados por la tierra y el lodo, perdiéndose bajo el peso del gigantesco derrumbe.

Ese fenómeno de inédita magnitud y con resultados tan angustiosos y dramáticos ha tenido la virtud de mostrar la solidaridad del boliviano. Se dejaron atrás discrepancias políticas, ideológicas, regionales, culturales, raciales, económicas y todos, o casi todos, expresaron su solidaridad de alguna manera. La ayuda empezó a concentrarse en varios lugares del país. Desde La Prensa hacemos una ferviente exhortación a los habitantes del país para no dejar que ese sólido apoyo se desvanezca y que, por el contrario, crezca para ayudar a las decenas de miles de damnificados de lluvias e inundaciones en casi todos los departamentos del país.

La catástrofe que vivimos debe constituirse en una gran y dolorosa lección para el futuro. Es cierto que muchos de los daños son imprevisibles y accidentales. Pero podría llevar a las autoridades nacionales, departamentales y municipales a tomar medidas preventivas para el futuro que eviten, por lo menos, parte de las tragedias.

Se ha hecho una especie de tradición que en La Paz haya derrumbes y deslizamientos de viviendas, especialmente de gente con pocos recursos económicos, construidas en diferentes barrios y laderas con poca o ninguna previsión y con planos aprobados o no por los diferentes municipios que, parece, no hubieran hecho un estudio serio de suelos. Una vez pasada esta tragedia, el municipio debería dedicar mucho de su esfuerzo a realizar un estricto control sobre construcciones en las partes altas y laderas de la ciudad y prohibir que se construya en aquellos lugares donde la seguridad es precaria. No debería permitirse ninguna vivienda en las zonas negras, pero para saber si son zonas inapropiadas, los inspectores deberían estar dotados de profundos conocimientos y equipos que les permitan hacer un trabajo serio.

Año tras año, El Niño y La Niña se alternan para descargar su furia sobre el territorio nacional y el continente, dejando dolor, lágrimas y desastres que cuestan cientos de millones de dólares repararlos. En nuestro país, todos los años, en esta época, las aguas se llevan plataformas de carreteras, puentes y hasta vehículos llenos de pasajeros. Pasada la época de lluvias, que debería llamarse de desastres, viene la reparación de los daños. Las carreteras vuelven a ser habilitadas, pero la tarea parece quedar ahí, sin la previsión de construir los defensivos en lugares estratégicos que prevengan destrozos para el futuro.

Es necesario que lo que está sucediendo en el país sirva para que las autoridades hagan un trabajo más consciente para evitar desastres o que éstos no sean tan graves como sucede actualmente.

Ir al Indice

El Diario: Bolivia: país agrario sin política agraria

Las diversas soluciones que plantean autoridades del “Estado Plurinacional”, periodistas y aficionados revelan claramente que en Bolivia no se conoce la cuestión agraria, aunque nuestro país es agrario por excelencia. Esta contradicción ha determinado, por un lado, que se produzca la escasez de alimentos, abandono de la tierra, migración del campo a la ciudad, etc. y, por otro, que no contemos con la soberanía alimentaria que se pregona a tambor batiente. Esta situación tendrá mayor gravedad porque los encargados de la conducción de los organismos oficiales encargados de resolver el caso, generalmente desconocen el asunto.

Se puede decir que las fórmulas de solución sugeridas, en ningún caso tocan la esencia de la cuestión. Se trata, pues, de propuestas de aficionados que no resuelven el problema, sino que lo agravan. Se desconoce que la producción no es un problema técnico, ni mucho menos, como proponen autoridades y aficionados. Es un asunto de Derecho y, todavía más, es un asunto político.

En ese sentido, las soluciones básicas no están en represas, semillas o tractores; están en medidas legales e inclusive en disposiciones constitucionales, que es donde se origina el problema actual de la falta de producción de alimentos. Se debe comprender, en ese sentido, que el Derecho agrario es la expresión concentrada de la economía y sin la existencia de disposiciones legales adecuadas a la realidad agraria del país, la agricultura seguirá yéndose a pique, como ocurre al presente a ojos vista.

Se debe remarcar que las decisiones sobre Derecho agrario dependen de decisiones políticas, sin las cuales aquéllas no se las puede dictar. Por tanto, también hay que agregar que las decisiones políticas agrarias son la manifestación concentrada de la economía y del derecho agrario. En esa forma, si en la atención de la seguridad alimentaria no se toma en cuenta esos aspectos, que son la esencia del asunto, nada se habrá avanzado.

La solución a la crítica escasez de alimentos en Bolivia no se origina tanto en factores de origen internacional ni en factores climáticos, sino en la desorganización de nuestra agricultura en general. Bajo otras disposiciones constitucionales y legales, la agricultura boliviana producía lo suficiente para el consumo interno e inclusive existían sobrantes para la exportación. Sin embargo, ahora importamos azúcar, arroz, trigo, aceite, verduras, papa, fruta y productos enlatados. El 70 por ciento de la fruta de los mercados es de origen extranjero. Es, pues, imprescindible que al más corto plazo el Gobierno dé un golpe de timón a su política agraria y busque elementos idóneos para poner fin a esta etapa en la que ya no existen soberanía ni seguridad alimentaria. Lo decimos oportunamente.

Ir al Indice

El Mundo: Lo peor

Si muchas veces andamos criticando cosas que andan mal, sucede con frecuencia que el remedio resulta peor que la enfermedad y no queda otra que quedarse con la boca abierta.

Cuando el Gobierno decidió enfrentar las tareas que realizaba la DEA en el país se pensó que de alguna manera, iba a quedar relegado un ente que viéndolo bien, se encargaba de regular las cosas de tal manera que solo pueda salir del país lo necesario para satisfacer un mercado que varias oportunidades necesitó también remesas especiales, para cumplir con los requerimientos.

Había seguridad de que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico iba a poner las cosas en su lugar, aunque las condiciones eran más difíciles que para los anteriores reguladores, ya que el presidente de los productores había asumido también la presidencia del Estado.

Ya sed había escuchado en una oportunidad anterior que la coca no era cocaína y que se podía seguir masticando y produciendo la hoja y no se trataba de algo ilícito, pero el mismo creador del discurso terminó implementando su famoso sistema de “coca por desarrollo”, para llevar a los productores a otras actividades que lamentablemente no eran tan rentables, pero inclusive les facilitó recursos para que la situación marche.

Con el gobierno del MAS las cosas volvieron atrás y lo que es peor, se aseguraba insistentemente que todo estaba bajo control; tan interesante era la cosa que el jefe de la fuerza de lucha terminó siendo algo así como el zar antidrogas, dependiente del Ministerio de Gobierno.

Conocedor como estaba de los entretelones del negocio, montó una red que todavía no nos ha mostrado toda su profundidad, pero que por lo poco que se conoce, ha involucrado a un grupo de miembros de una institución que como se sabe se ha convertido en uno de los entes adulados de los gobernantes, es la única que recibe incremento de sueldos, ascensos y otras ventajas que hacen que se vea a sus integrantes como gente privilegiada.

Lamentablemente, lejos de hacer honor a los favores recibidos, la manga ancha con la que se los trataba ha dado lugar a que se vean involucrados en la mayor parte de los delitos que la ley orgánica les pide combatir.

Crímenes, atentados, robo de vehículos, hasta crímenes pasionales se dan con más frecuencia dentro de esa institución que en otros lugares, al extremo de que en algunas operaciones terminan compartiendo tareas con los reos de la cárcel y otras personas que actúan al margen de la ley.

El hecho que desde el exterior se dé a conocer que desde hace ya bastante tiempo, se seguía al zar antidroga por las sospechas que se tenía de narcotráfico, muestra que se estaba utilizando la función pública para cometer un delito que no sólo va contra el prestigio del país, sino que produce un daño tremendo a la humanidad.

En todas las oportunidades, intentado tocar el tema, las autoridades del Gobierno se han dado modos para tapar el sol con un dedo y asegurar que toda marcha bien; sin embargo, apenas se puso a escarbar un poco, se encontró una larga lista de oficiales de policía, varios de alta graduación implicados en una red que todavía muestra solo la punta del iceberg.

El Ministerio de Gobierno ha pedido a los Estados Unidos que le devuelva a su jefe de inteligencia contra el narcotráfico y eso resulta una acción que se puede prestar a muchas interpretaciones, por lo general negativas; ojala que esas gestiones no prosperen ya que es más fácil que la justicia norteamericana haga pagar su culpa a esa persona, como lo hizo antes con otras personas vinculadas al narcotráfico, sin obstáculo para que después tengan que completar su pena en el país, como también ha sucedido.

Ir al Indice

Opinión:

Ir al Indice

Clarín, Argentina: Fracaso en política agropecuaria

La disolución de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) es un signo más del fracaso del Gobierno en política agropecuaria y aumenta el poder del ministro de Economía, Amado Boudou, a expensas del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

La ONCCA fue creada en 1996 con la misión de combatir maniobras especulativas y evasión en el mercado agropecuario, convirtiéndose en un organismo respetado. En 2007 el Gobierno desplazó a su titular, y en 2008 la Oficina pasó a ser dirigida por Ricardo Echegaray, actual director de la AFIP. El organismo recibió más poderes y un generoso presupuesto y se convirtió en el instrumento de la política de intervenciones y presiones sobre el sector agropecuario, en el comercio interno y externo. Esta política derivó en pérdida de producción y de exportaciones, sin lograr contener el importante aumento de los precios internos de los alimentos.

La ONCCA estuvo también encargada de distribuir abundantes subsidios en la agroindustria, dando lugar a tempranas sospechas de corrupción. En la actualidad la Justicia investiga subsidios otorgados durante la gestión de Echegaray a feed lot inexistentes así como otros a un establecimiento que se sospecha vinculado con ese funcionario.

Un aspecto significativo es que la ONCCA impidió, durante mucho tiempo, las auditorías de la SIGEN y de la Auditoría General de la Nación.

Ahora, una parte de las funciones del disuelto organismo fue transferida a una Unidad de Coordinación y otra, al Ministerio de Agricultura, pero el rumbo de la política agropecuaria sigue en la incertidumbre, por que el Gobierno no informó las razones de su decisión ni si habrá o no cambios en su orientación.

Sigue pendiente, por lo tanto, contar con una política agropecuaria que no introduzca distorsiones en los mercados, que contribuya a fomentar la producción y las exportaciones y que garantice transparencia en la distribución de los subsidios.

La disolución de la ONCCA es un signo del fracaso de una política agropecuaria que provocó distorsiones en los mercados, pérdidas de producción y de exportaciones y corrupción.

Ir al Indice

×