El presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce, acaba de anunciar con absoluta seriedad que sus colegas parlamentarios que incluyan comentarios burlones en los pedidos de informe al Ejecutivo serán procesados por la Comisión de Ética. De esta manera, Arce, que hasta el momento había guardado cierta compostura en relación a los excesos verbales de otros representantes del oficialismo -comenzando por el propio presidente cocalero del Estado-, ha pasado abruptamente a engrosar las páginas del ya voluminoso Compendio de Evadas que rebasa con creces a los clásicos Dichos y hechos de Melgarejo compilados por Tomás O´Connor. La amenaza de Arce viene a raíz de que algunos traviesos diputados de oposición osaron incluir en sus peticiones de informe a la Aduana Nacional preguntas acerca de los “burros, llamas y mamaderas” en las que supuestamente se contrabandearía el combustible… según Evo Morales. Alguna de las interrogantes inquiere sobre si las autoridades aduaneras consideran que “los burros y llamas realizan estos delitos con conocimiento de sus dueños o sin él”, mientras que otra comenta que “se habría visto a un cóndor transportando en su pico una botella de Coca-Cola repleta de combustible”. Por supuesto que, si el presidente de la Cámara Baja o cualquier otro representante del oficialismo quiere evitar este tipo de burlas, lo más eficiente no es la sanción disciplinaria sino simplemente pedirle al presidente del Estado Plurinacional que deje de emitir las consabidas evadas que lo han hecho famoso a escala mundial. ¿O pensarán procesar a Evo Morales por sus dichos sobre el pollo que provoca homosexualidad, la gaseosa que destranca inodoros, las derrotas romanas e inglesas a manos de los indígenas o la superioridad del caldo de hueso sobre el café con azúcar?
Un paraíso para los inversores
Sin ir más lejos, el miércoles el mandatario perpetró otra de sus frases para la historia, al señalar en una conferencia de prensa -generosamente difundida urbi et orbi por la castrista Prensa Latina y la chavista Telesur- que los banqueros deberían invertir “su plata en Bolivia y ya no en Europa y Estados Unidos”. Esto, según la eminencia presidencial, porque el Viejo Mundo y la potencia del norte “ya no sirven para invertir”. Debe ser porque la Bolivia evista ofrece mayores garantías de seguridad jurídica, no hay intervenciones arbitrarias del Estado en la economía, no existe inflación, la corrupción se ha reducido y la violencia ligada al narcotráfico no pasa de ser una ficción divulgada por la imperialista DEA…