Adiós al título


The Strongest sufrió un mazazo que lo dejó herido ‘mortalmente’ en el certamen liguero, porque ayer no sólo perdió y rifó su chance de alcanzar el título, sino que puso en riesgo la posibilidad de obtener un premio internacional. La derrota que los atigrados sufrieron en el estadio Hernando Siles cambió su destino, y de pelear por el título pasaron a quedarse —probablemente— con las manos vacías. Ayer, el tren rumbo al campeonato volvió a pasar y los stronguistas nuevamente no se subieron, lo dejaron ir y ahora sin vuelta que dar. Cauto, poco decidido y sin concretar las pocas ocasiones que tuvo, el Tigre pagó caro, con una derrota, lo mal que afrontó el cotejo. Al frente, el rival, en cambio, se mostró decidido, desinhibido, encarador, es decir arriesgó cuando el llamado a hacerlo era el paceño y se llevó una victoria que pudo haber sido más abultada. (Nuevo paréntesis para el arbitraje. ¿Fue falta penal o sólo jugada peligrosa la que dio origen al gol atigrado? Si esa acción puede ser interpretada de ambas maneras, lo que sí no cabe ninguna duda es que Gery Vargas se ‘comió’ dos penales, una mano y una falta, ambas muy claras, y las dos si cobraba correctamente le hubieran dado a Aurora la chance de golear.

El Tigre, por ese lado, salió beneficiado). Desde el primer tiempo, el cuadro local sufrió, pese al gol que anotaron y que no supieron capitalizar. Aurora nunca se resignó, apostó a los pelotazos con criterio y causó zozobra en la defensa stronguista. Augusto Andaveris pateó en el pecho a Delio Ojeda, en su afán de rechazar, y el árbitro sancionó penal. Rodrigo Ramallo remató abajo, esquinado, Silvio Dulcich alcanzó a tocar el balón, pero no pudo impedir la apertura de la cuenta (9’). The Strongest llegó hasta ahí, bajó revoluciones como si se tratara del final del partido, que acababa de comenzar. Su rival, en cambio, se puso a tono de la circunstancia, si bien exageró con los pelotazos, por esa vía causó apuros a la defensa atigrada, que por lesión perdió a Delio Ojeda.

Precisamente, Andaveris pudo empatar a los 27’, Nelvin Soliz sacó la pelota de la línea. El Tigre se asustó, se dio cuenta que era menos, que no tenía sustento en el medio, y mientras Craviotto seguía con la suya (Cristaldo sin aportar hacia arriba, y con Regis en el banco) Baldivieso hizo ingresar a Aquilino Villalba sacando a un zaguero (lección para los entrenadores timoratos). El segundo tiempo fue de Aurora, otra vez. The Strongest tuvo lo suyo, pero hasta por ahí. A los 7’, tras un cabezazo de Villalba, Ruiz interceptó la pelota con la mano, penal evidente que el juez no sancionó.



A falta de un volante de creación, Nelvin Soliz quiso serlo. Craviotto porfió en ver en el banco a De Souza. A los 13’ Soliz arrancó desde la mitad, llegó al área y dejó el balón servido para Ruiz, quien desperdició la gran oportunidad. Acto seguido, Ramallo exigió al arquero. Como el Tigre no los hacía, los recibió. Ley del fútbol. El empate llegó a los 21’, Cardozo lanzó y Andaveris ‘vacunó’. El golpe complicó más a los aurinegros, cansados, sin armas. Aurora se guardó lo mejor para el final. Apareció el colombiano Jair Reinoso y anotó el segundo de la visita (44’), cuando el Tigre —ya sin fuerzas— se aferraba a un milagro. Por si fuera poco, llegó el tercer gol de Aurora, otra vez Reinoso, esta vez fue porfiado y peleó con un Galarza pasivo, y puso la estocada final en el quinto minuto de adición. Así fue la historia —triste para los locales— de un The Strongest que no estuvo a la altura.

Fuente: Unitel.

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