Índice de los Editoriales de Periódicos
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Los Tiempos: Una asamblea importante
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El Deber: Demasiados errores
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Cambio: Chapare turístico
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La Prensa: Denuncias de hechos antijurídicos
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El Diario: Cocaleros buscan control de ingreso a Parques Nacionales
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El Mundo: A tono con el medio
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El Día: Peligros de la improvisación
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El Día: Cliometría como actitud
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El Día: Dime con quién andas…
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El Día: Creerle a un borracho
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El Día: Bolítica 316533
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El Día: Bolítica
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El Día: Se enojó la señora
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El Día: El cáncer de la corrupción
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El Día: Estado surrealista plurinacional
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El Día: Indigenismo omnipresente, Indigenismo omnipotente
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El Día: Bolítica
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El Día: Presente griego
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El Día: Hacia la consolidación de un ‘Estado forajido’
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El Día: Contrasentidos y contrastes
Los Tiempos: Una asamblea importante
NUESTRA PALABRA
Hoy, por diversas causas, el diálogo está suspendido, la desconfianza ha rebrotado y nuevamente en Bolivia buscamos caminos que nos acerquen al Océano Pacífico
Hoy se inaugura la 41 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en El Salvador y en ella se debatirá sobre el estado de las negociaciones del país con Chile respecto a nuestra demanda de salida soberana al mar.
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Conviene recordar que esta solicitud se basa en la resolución adoptada por la OEA en su IX Asamblea General que se realizó en La Paz en octubre de 1979 -día antes de la asonada militar encabezada por Alberto Natush Busch-, en la que declarando que "es de interés hemisférico permanente encontrar una solución equitativa mediante la cual Bolivia obtenga un acceso soberano y útil al Océano Pacífico", para "consolidar una paz estable que estimule el progreso económico y social en el área de América directamente afectada por las consecuencias del enclaustramiento de Bolivia", se resuelve recomendar "a los Estados que este problema incumbe, que inicien negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexión territorial libre y soberana con el Océano Pacífico (…)".
Se trató, sin duda, de uno de los logros más importantes del país en el largo tiempo que transcurre desde la Guerra del Pacífico y la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1904. En este lapso Bolivia ha propuesto las más variadas fórmulas para acercarnos a nuestro objetivo y Chile se ha mantenido -con variantes adecuadas a las circunstancias específicas- en la posición cómoda de rechazarlas permanentemente.
Sin embargo, desde finales del siglo pasado y como consecuencia del retorno a la democracia de los países de la región, la crisis de los paradigmas vigentes hasta mediados de los 80 y los desafíos del mundo moderno, se han tenido que modificar percepciones, más allá de la buena o mala voluntad de los líderes. Así, se presentó un complejo proceso de acercamiento entra Bolivia y Chile que tenía como propósito, primero, crear lazos de confianzas para, luego, abordar la demanda marítima boliviana.
Pero, como ya señalamos, la diferente concepción de tiempos que se tiene en Santiago y La Paz ha hecho que ese proceso de acercamiento y propuesta sea visto como demasiado largo, por lo que llegó el momento en que más que ayudar a consolidar la relación comenzó nuevamente a minarla. Hoy, por diversas causas, el diálogo está suspendido, la desconfianza ha rebrotado y nuevamente en Bolivia buscamos caminos que nos acerquen al Océano Pacífico y en Chile obstáculos para que ese propósito se haga realidad. Así, se está dejando pasar una oportunidad en la que como pocas veces han coincidido dos administraciones de gobierno que por su peculiar presencia interna tienen la posibilidad de encontrar soluciones de largo plazo.
En este contexto, la intervención que realizará el Canciller de Bolivia el martes en la Asamblea General marcará por dónde avanzará el país en el próximo futuro y la probable respuesta que dará Chile permitirá calibrar si nuestro camino será más expedito o, al contrario, estará lleno de obstáculos.
En todo caso, lo fundamental es que bien hace el Gobierno al reposicionar el concepto de que la solución al enclaustramiento boliviano "es de interés hemisférico permanente" y que ello significará "consolidar una paz estable que estimule el progreso económico y social en el área de América directamente afectada".
El Deber: Demasiados errores
La visita que hizo a Bolivia el ministro iraní de Defensa, Ahmad Vahidi, causó gran conmoción en Su-damérica, a tal punto que dio lugar al surgimiento de versiones periodísticas sobre la suspensión de una entrevista que debían tener los presidentes de Bolivia y Argentina en este mes.
Vahidi es autor intelectual confeso del atentado terrorista que en 1994 acabó con la vida de 85 personas en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, incluidos seis ciudadanos bolivianos.
Aunque el Gobierno nacional pidió disculpas por el hecho, aduciendo ignorancia sobre el tema, el Gobierno argentino ha tomado las cosas con molestia. La propia presidenta de ese país, Cristina Fernández, llegó a decir que el incidente era “una línea que no está dispuesta a pasar”, según La Nación de Buenos Aires.
Aunque en el intento de cerrar el tema se informó de la expulsión del ministro Vahidi de territorio boliviano, el Gobierno nacional ya había ejecutado el programa preparado con antelación, que incluía un acuerdo turístico por el cual a partir de ahora los ciudadanos iraníes no necesitan ni pasaporte ni visa para ingresar a Bolivia, y viceversa.
La colectividad sudamericana mira probablemente con preocupación estos avances en la amistad de Bolivia con Irán, sobre todo después de que Brasil decidiera romper toda la red de acuerdos que tenía con esa república islámica.
Este incidente internacional, que fue comentado por las cadenas de Tv de la región y del mundo, ha venido a competir en impacto noticioso con el traspié diplomático que sufrió el país en Cancún a principios de año, cuando 193 países se opusieron a una moción boliviana.
Sería oportuno que, con estos antecedentes, los responsables de la conducción del gobierno nacional se propongan cuidar la imagen internacional del país. Deberían pensar siempre que están hablando y actuando a nombre de diez millones de ciudadanos bolivianos.
El incidente del ministro iraní se produjo en una semana llena de noticias preocupantes referidas a la Policía Nacional. El coronel Alberto Aracena Martínez estaba a punto de asumir el cargo de jefe departamental en Cochabamba cuando, por casualidad, se descubrió que tenía antecedentes de vínculos con el narcotráfico. La pregunta de la ciudadanía es por qué el mencionado oficial se mantiene todavía en las filas de la Policía Nacional, si tiene esos cargos.
Todo esto hay que observarlo con el telón de fondo de otro incidente internacional vergonzoso, que es la captura de un general de la policía nacional, René Sanabria, quien está preso en Miami en espera de ser juzgado por tratar de internar en Estados Unidos una carga de 144 kilos de cocaína.
Hay otro general de la Policía, recién removido del cargo, Ciro Farfán, que es juzgado por el cargo de ser propietario de un vehículo con documentos clonados de otro importado legalmente. Hay la sospecha de que el vehículo en cuestión fue traído de Paraguay de manera ilegal, donde fue robado.
En fin, los incidentes se están multiplicando con demasiada rapidez. Quizá sea el momento de buscar las formas de poner freno a esta situación que daña la imagen del país y llena de vergüenza a todos los bolivianos.
Cambio: Chapare turístico
Mediante una ley departamental, la Gobernación de Cochabamba designó ayer a Villa Tunari como capital turística de la región central del país, durante una ceremonia especial que —con participación del presidente Evo Morales— se realizó en conmemoración del 41 aniversario de creación de esa población subtropical que ofrece una serie de potencialidades para desarrollar la industria sin chimeneas.
"Se reconoce y declara al municipio de Villa Tunari capital turística del departamento de Cochabamba por constituirse en el portal de la red turística del trópico de Cochabamba, por el grado de desarrollo y equipamiento hotelero, dotación de centros recreacionales, cualidad paisajística, calidad cultural, clima, variedad de recursos naturales, ríos parques y por la cálida acogida de los pobladores ", destaca la Ley Departamental Nº 93 aprobada por unanimidad por la Asamblea Legislativa Departamental.
Es que el clima subtropical húmedo y cálido que caracteriza a Villa Tunari, con noches agradables durante la mayor parte del año y una temperatura promedio de 24º, aunque durante el verano, entre diciembre y febrero, alcanza 40º, y baja hasta 10º durante los ocasionales "surazos", constituye un atractivo natural para promover no sólo el turismo nacional sino el internacional.
Villa Tunari —ubicada sobre la carretera nueva Cochabamba-Santa Cruz— cuenta con cerca de 2.500 habitantes, mientras que la provincia Chapare está habitada con más de 250.000 personas, y en sus 12.445 km² se encuentran varios parques nacionales: el Parque Machía y el Parque Nacional Carrasco, espacios naturales donde se preservan animales en peligro de extinción.
Es decir, la Asamblea Legislativa Departamental de Cochabamba no hizo sino asumir el gran potencial económico que representa el Chapare, una región llena de bosques húmedos subtropicales, situada en las puertas de la Amazonia, con enormes recursos en maderas finas como la mara, caoba, cedro, laurel, balsa y pino; posee importantes yacimientos de hidrocarburos recientemente descubiertos. Además de su riqueza natural en materias primas para la industria, el Chapare es la región del futuro en Cochabamba para el desarrollo del ecoturismo, por ser una zona subtropical, de ríos insertos en la cuenca del Amazonas, con biodiversidad de especies en flora y fauna y atractivos naturales de gran belleza y esplendor.
Por eso, Villa Tunari —ubicada a 157 km de la ciudad de Cochabamba— fue declarada capital turística de la región central del país, porque es uno de los destinos turísticos más importantes, situada entre dos ríos a manera de islote, es ideal para la práctica de la pesca deportiva, canotaje y otros deportes acuáticos. Abundan en la zona pozas naturales con manantiales cristalinos en medio de exuberante vegetación amazónica, así como su creciente número de alojamientos y hoteles, de diferentes categorías, y gran variedad de alternativas de esparcimiento para los visitantes.
Este es la otra cara del Chapare, muy diferente a aquella que durante el periodo neoliberal se vendió al mundo, es decir, una región epicentro del narcotráfico; mientras los gobiernos de turno implementaban una dura represión —que dejó decenas de muertos y cientos de heridos— en contra del movimiento cocalero, y sus jerarcas engordaban sus billeteras con parte del generoso financiamiento externo para erradicar la hoja de coca.
No obstante, la actual lucha contra el narcotráfico es integral, porque no sólo se focaliza en la erradicación forzosa de la coca ilegal sino que se ejecuta con la participación de los propios cocaleros; y tiene como eje el respeto de los derechos humanos en el marco de la política de Estado "cocaína cero", lo que ha permitido coronar éxitos reconocidos por la ONU y la Unión Europea. Y en este sentido se inscribe la promoción turística de Villa Tunari y del Chapare, ayer estigmatizados, hoy revalorizados por su potencial económico.
La promoción turística de Villa Tunari reivindica a una región antes estigmatizada, y la actual lucha antidrogas —reconocida por la ONU— es integral, no sólo erradica coca ilegal e incauta cocaína, sino que respeta los derechos humanos.
La Prensa: Denuncias de hechos antijurídicos
Más allá de que las acusaciones contra el exministro tengan o no sustento, la imagen de transparencia y lucha contra la corrupción que quiere exponer el Gobierno se ve afectada.
La corrupción y el abuso de poder han sido sinónimos de gobierno. La historia está plagada de hechos que han atentado contra los intereses colectivos. Bolivia no ha sido una excepción. Si se analiza retrospectivamente las gestiones de la administración pública en el país, se evidencian denuncias y hechos consumados ?algunos con sentencias pasadas en calidad de cosa juzgada y otros aún en procesos judiciales ventilados ante la justicia ordinaria?, en los que políticos, autoridades, partidos políticos, jueces, magistrados y otros se han visto vinculados en casos de nepotismo, suscripción de contratos lesivos a los intereses del Estado, malversación de fondos, uso indebido de influencias, cohecho, prevaricato, narcotráfico, venta y/o adquisición de bienes y servicios con sobreprecio, por mencionar los más comunes. La ilegalidad en la gestión de la cosa pública ha acompañado, por décadas, a diversos sectores que componen el Estado.
Bolivia figura en la Lista de Ránkings Mundiales de Corrupción, lamentablemente, con elevados índices, apenas por encima de países como Haití, Ecuador y Venezuela, los que conviven con este mal. Un indicador de esta naturaleza perjudica la imagen de la nación frente a los ojos del mundo. Producto de esto, nuestro país es considerado de alto riesgo, poco atractivo para la inversión extranjera, el turismo y otros aspectos generadores de valor.
Si bien los gobiernos de turno han realizado esfuerzos para combatir esta peste, entre ellos el Movimiento Al Socialismo (MAS), que ha creado el Ministerio de Transparencia Institucional y Lucha Contra la Corrupción, institución que en sus pocos años de existencia ha denunciado y enjuiciado un sinnúmero de causas, la epidemia que corre por los pasillos de la administración pública no ha podido ser erradicada. La mañana del viernes 3 de junio de 2011, el país despertó con la noticia de que se posesionaba a la nueva autoridad del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, debido a que el antecesor había presentado renuncia al cargo, toda vez que sobre su persona pesan acusaciones por nepotismo, extorsión y acoso sexual.
Un golpe bajo para el partido de turno. Más allá de que las acusaciones contra el exministro tengan o no sustento
?tema que se dilucidará en los estrados judiciales?, la imagen de transparencia y lucha contra la corrupción que quiere exponer el Gobierno se ve afectada. Cada vez que un delegado representativo del MAS se ve inmiscuido en temas antijurídicos como éste u otros que se tiene frescos en la memoria, la popularidad del Gobierno se desmorona. La renuncia que hace al cargo para someterse a las investigaciones, alegando absoluta inocencia sobre los cargos de los que se le acusa, no soluciona el problema de imagen del Estado Plurinacional.
Para muchos individuos, tal el caso del exministro de Trabajo, la oportunidad de ejercer una cartera en la administración gubernamental, sea ésta policial, estratégica en el área de hidrocarburos o como parte del Órgano Ejecutivo, se ha convertido en el fin de una carrera política, en una muerte civil propia de la antigua Grecia.
El Diario: Cocaleros buscan control de ingreso a Parques Nacionales
Las reservas forestales del país corren serio peligro mientras el narcotráfico tenga carta blanca para desarrollar sus actividades y, prácticamente, imponga a los campesinos cultivos de coca y consiguiente fabricación de pasta base y cocaína cristalizada. El Parque Tipnis corre el riesgo de caer en manos inescrupulosas que querrán imponer su voluntad de cultivar coca.
Para el narcotráfico “no hay empresa imposible” porque cuenta con influencias de toda clase, dinero en grandes cantidades, dominio de entidades y personas que considera necesario ponerlas a su servicio; es, además, dispensadora de favores mediante la corrupción en todas partes del mundo donde siempre hay corruptos y corruptores dispuestos a venderse por cualquier precio.
Las labores de interdicción, prevención, educación y hasta rehabilitación siempre resultarán insuficientes porque “el poder de las drogas” copa voluntades y capacidades morales que impiden acciones decisivas. Las políticas preventivas de los gobiernos del orbe se muestran débiles porque tienen que luchar contra aliados mimetizados en sus filas y que están a favor de los empresarios de las drogas y cuentan, externamente, con todo el apoyo y fuerza para mantenerse incólumes ante los embates de las autoridades.
La ocupación de parques o reservorios naturales es objetivo ideal para el asentamiento de colonos dispuestos a los “chaqueos y cultivos de todo tipo de plantaciones” aunque resulten “techos” que cubren la presencia de cocales. No caben, pues, obstáculos para ingresar en esos sitios estratégicos. Lo lamentable es que nunca existe el cuidado preciso para evitar los asentamientos tanto por la carencia de medios como la falta de efectivos policiales o del ejército que podrían realizar labor muy importante para impedir la actividad delictiva.
El parque Tipnis es la repetición de lo ocurrido en muchos sitios del país desde la década de los años 60, cuando la invasión ha sido masiva por la demanda cada vez mayor de hojas de coca; muchas veces, la permisividad de las autoridades, su debilidad en otras, sus políticas del “dejar hacer y dejar pasar” o acciones corruptas y soberbias que se han desarrollado contra organismos internacionales como la DEA -además, ahora expulsada del país- son condiciones dramáticas que el narcotráfico siempre aprovechó.
La apertura de aeropuertos regulares -sin contar los ilegales en pleno trópico-, el asentamiento de negocios con apariencia legal y la construcción poco normal y legal de sitios en los que se elabora la droga, una provisión permanente de precursores y otros elementos necesarios son también factores que alientan una mayor fabricación de droga.
La única verdad que podría ser positiva es que se debe restringir o suprimir cultivos de coca, destruir todas las instalaciones que sirvan al negocio ilícito, impedir el ingreso de precursores al país, y combatir drásticamente toda acción relacionada con cultivos de coca, fabricación y comercialización de droga; en otras palabras, declarar una especie de “guerra sin cuartel” contra el narcotráfico; de otro modo, mientras hayan conductas permisivas, crecerá actividad tan letal y el país quedará en manos de los empresarios de las drogas que, es sabido, nunca cejarán en su decisión de continuar con un negocio que ocasiona millones de muertos al mundo pero que implica ganancias multimillonarias a pocos delincuentes de las mafias que operan permanentemente.
El Mundo: A tono con el medio
La Organización de las Naciones Unidas ha dedicado el 5 de junio a la conmemoración del Medio Ambiente, en el entendido de que la humanidad, en esta fecha, deberá poner su atención en las acciones que realiza para preservar el ambiente en el que vivimos y especialmente en el que deseamos dejar para las próximas generaciones.
Nuestra queja con relación a la forma en que se trata el medio ambiente en Santa Cruz, inclusive con relación a otras regiones del país, nos ofrece siempre un balance negativo, puesto que son varias las acciones que se realizan en contra del medio en el cual desarrollamos nuestra vida.
Cuando se toca el tema, por lo general la atención llega en primer lugar a la forma en que manejamos los desechos; en muchos lugares se hacen esfuerzos inclusive por la reutilización o el reciclado de los desperdicios. En reiteradas oportunidades hemos censurado el hecho de que en nuestro medio se trate la ciudad como si fuera un inmenso basurero y la gente no duda en llenar las calles de desperdicios; es normal encontrar acumulaciones de desperdicios en las esquinas de los barrios, posiblemente con la esperanza de que ellos sean recogidos por los encargados de la limpieza quienes no siempre llegan a todos los lugares.
Pero más grave que ello es todavía la costumbre de arrojar desperdicios en las calles, las personas no tienen inconveniente de acabar de servirse algo y tirar al piso servilletas, y bolsas, vasos, botellas, cucharillas, platos y otros plásticos con la excusa de que son desechables.
El panorama sube de tono en las proximidades de los mercados, debido a que en estos lugares no son sólo los transeúntes sino también los vendedores que con el fin de mantener sus puestos limpios, dejan la basura en los puestos vecinos o en el mejor de los casos a algunos metros de distancia de los contenedores dispuestos por las autoridades municipales, esos lugares sólo se limpian cuando son cerrados por dos o tres días, para hacer una limpieza general que se repite con suerte cada año.
Si el panorama se ve alterado con ese comportamiento, no es diferente lo que sucede con los ruidos; los letreros de guardar silencio en clínicas y otros lugares, son únicamente decorativos, pues los conductores de vehículos prefieren apretar la bocina antes que pisar el freno y siempre están más apurados que los peatones que tienen que correr para no ser atropellados y los gritos están al orden del día.
Todos los extremos anotados quedan pequeños cuando nos ponemos a pensar en el comportamiento mismo de las personas, pues es normal que la gente busque un motivo para pelear o por lo menos intercambiar insultos, las razones son de los más diversas, cualquier motivo de tensión entre dos personas es motivo para que se rebusque lo más agresivo del vocabulario, cuando no aparecen los empujones y otras acciones de hecho.
Lo lamentable, sin embargo, y que bien merece ser visto en este día del medio ambiente, es el clima creado por las diferencias raciales, religiosas o políticas, se tuvo que crear una ley especial para que las personas puedan respetar a sus semejantes, y lo que normalmente acontece es que se discrimine por cualquier razón: origen, color, sexo, edad, cualquier diferencia es suficiente para que las personas sean agredidas y con seguridad no se quedan calladas y devuelven las ofrendas con mayor intensidad.
El ambiente político tal vez en este momento sea el más tenso, toda vez que por una estrategia de lucha política que no se ha alcanzado a comprender, el país está polarizado y los que no son de un lado son del otro y entonces surge la necesidad de atacar e incluso dentro de los mismos grupos políticos las deslealtades, el transfugio y otras fallas de la conducta humana se convierten en razones para que el ambiente en el que vivimos no sea el más agradable.
Para colmo tenemos gobernantes que han cobrado vigencia gracias al conflicto y si no se lo puede conseguir internamente, se lo busca inclusive con los países vecinos o los del otro lado del mundo, la cosa es pelear con alguien.
Ojalá que en este día dedicado al medio ambiente hagamos un pequeño esfuerzo para encontrar la mejor manera de enriquecerlo con nuestro comportamiento, con la esperanza de que los demás puedan hacer su parte siguiendo el ejemplo.
El Día: Peligros de la improvisación
En este Gobierno todo es improvisado, desde la cabeza a los pies. Por lo tanto todo se hace al andar y si sale bien se lanzan fuegos de artificio y flamean wiphalas y si sale mal, mala suerte, no se habla más del tema, se da por concluido. Con sólo echarle una mirada a la sala del Gabinete, cualquiera puede darse cuenta que casi nadie está en su lugar. Se ocupan los ministerios por etnias, regiones, movimientos sociales, compadrazgos o lo que sea. De 20 ministros –por citar un ejemplo– no hay un cruceño, suponiendo que, de acuerdo con la importancia de Santa Cruz, debería haber por lo menos seis o siete. Pero eso no interesa, los cambas no importan, lo importante es que S.E. esté cómodo, a sus anchas, entre los suyos nomás.
La improvisación ha traído, desde el primer instante, la más penosa desgracia en un área muy sensible: el Servicio Exterior. Si en anteriores administraciones es evidente que se relevaba a los viceministros y a la mayoría de los jefes de misión cuando cambiaba el Gobierno, ahora, con el MAS, se barrió con toda la Cancillería de buenas a primeras. No quedó "nadies". "Ya no más los diplomáticos de coctel" fue el lema para arrasar con quienes se habían formado en la Academia Diplomática o que tuvieran algún apellido con tufillo a presunta oligarquía. Se los reemplazó por militantes del MAS o por empleados públicos que tuvieron que declararse filomasistas. Se fueron los diplomáticos de los cocteles y aparecieron los del acullico.
¿Se puede entender un Estado que no tenga un cuerpo diplomático profesional? Sólo se lo entiende si, como ahora, el Presidente se hace cargo de la conducción internacional, improvisando la política exterior con sonadas arengas que pueden darse indistintamente en el Palacio de Gobierno o en los mercados chapareños. Por esas razones sólo la catástrofe diplomática puede pegarnos un tirón de orejas y alertarnos de que vamos por mal camino. Lo malo es que los tirones de orejas ya están a la orden del día y que sin una línea diplomática vamos de tumbo en tumbo.
No sólo se ha fracasado en las negociaciones con Chile, porque de la búsqueda enamoradiza de la "confianza recíproca", pasamos súbitamente a la demanda despechada en tribunales internacionales contra La Moneda, luego a la amenaza de retornar a armar líos en la OEA, y de ahí al anuncio solapado de una virtual denuncia del Tratado de 1904. Todo improvisado, desgraciadamente. Todo producto o de una rabieta por la captura del general Sanabria en Chile sin conocimiento de S.E. o por tratar de recuperar popularidad. La respuesta chilena fue contundente y torpe aunque nos hiciéramos los desentendidos: tenemos un Ejército disciplinado y poderoso para hacer respetar lo pactado. Amén.
La diplomacia improvisada y sometida al capricho político de S.E. nos ha conducido a formar parte del "Club de los Pobretones", el ALBA, donde sólo uno de los socios tiene dinero. Eso ya es una enorme desventaja para el resto de los cofrades. Pero lo peor del ALBA son las influencias del ricachón en la mesa de póquer, que nos ha distanciado del mundo desarrollado, nos hace pelear con los gringos, con los europeos, y nos ha presentado a amistades peligrosas como Gaddafi, Ahmadineyad y otros tahúres. Al mismo tiempo nos alejamos de Perú y deterioramos nuestra amistad con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) por nuestro absurdo empecinamiento en que la CAN no pacte tratados de libre comercio (TLC) con EEUU ni con la UE. Eso, con una diplomacia profesional, no sucedería.
Pero el cherry de la torta, ha sido el escándalo desatado por la desfachatada visita que hizo a Bolivia el ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi. El general Vahidi tiene orden de arresto internacional por su posible participación en el atentado contra la AMIA judía en Buenos Aires, que causó más de 80 muertos, entre ellos seis bolivianos. El audaz Vahidi, llegó, se fotografió con S.E., participó de honores militares, fue a la inauguración de la Escuela de Defensa del ALBA en Warnes, y fugó. Cólera justificada en Argentina porque en Bolivia se reciba con bombos y platillos a tan siniestro personaje, y cólera también en Israel. La explicación boliviana fue que no sabía quién era Vahidi. ¿Será posible semejante cosa? Si, es posible. Es posible si no existe una Cancillería que tenga, por lo menos, una idea de a quién se invita a Bolivia. Luego vinieron las aguadas explicaciones del Canciller que fueron tan lamentables como el acto mismo.
¿Por qué estando Vahidi en Bolivia no lo arrestó la Interpol boliviana? Nadie se explica esa negligencia. Sobre todo cuando la misma Interpol tiene el brazo tan largo como para capturar en Perú a ciudadanos bolivianos como Guillermo Fortún y Luís Alberto "Chito" Valle. Interpol arresta y encarcela a personas por presunciones de delitos, persigue políticamente a otros nacionales en países vecinos, y sin embargo se encoge de miedo de aprehender a un genocida iraní que está en el propio territorio nacional, en sus manos. La Cancillería tendrá que explicar esto y algo más que la notita cagueta a la Argentina.
El Día: Cliometría como actitud
Robert W. Fogel, profesor de la Universidad de Chicago es el creador de la cliometría. Debo confesar que la primera vez que leí este término pensé que se trataba de alguna escala métrica para medir el climaterio, lo que se conocía como la menopausia del hombre antes de la invención del Viagra ¡por supuesto! Hace algunos años, en una clase de historia, me enteré que la cliometría es el cruce feliz entre Clío, musa de la historia y poesía heroica, con el sufijo “metria”, que proviene de la palabra econometría. Es decir, que la cliometría es la rama de la economía que se encarga de la interpretación o/y reinterpretación econométrica de la historia. Es decir, que es la medición estadística de hechos económicos que ocurrieron en el pasado. Es la simulación de acontecimientos que ya pasaron. En un domingo de socialismo chuto, ya sé que esto le parecerá una exquisitez académica que no condice con el letargo del día de descanso, pero por favor no abandone la columna, esto tiene una explicación razonable. Además, muchos de los bolivianos somos militantes, la mayoría de ellos sin saberlo, de la Cliometric Society, como lo veremos mas adelante.
Veamos cómo operan los devotos de la cliometría. La técnica consiste en crear un modelo de predicción matemático que supone que algún evento histórico no ocurrió, a esto se llama el contrafactual en la jerga de los economistas. Más precisamente se denomina “contrafactual o contrafáctico a todo evento o toda situación que no ha acontecido en el universo actualmente observable por la investigación humana pero que pudiera haber ocurrido”. Un contrafáctico forma parte de un universo posible, mientras que el evento o situación actuales forman parte universo actual.
Por ejemplo, Fogel supuso que los ferrocarriles no fueron inventados en el siglo XIX y a partir de esta hipótesis corrió una regresión con cuyos resultados pudo afirmar que el Producto Interno Bruto (PIB) de los Estados Unidos, en 1890, hubiera crecido en menos 3 por ciento de no haber existido los trenes.
En un divertido artículo, Donald McAfee (El crecimiento económico y los viajes de Colón” American Economic Review, septiembre 1983), critica el uso de los contrafactuales para explicar eventos históricos. Para ello especula qué hubiera ocurrido en el año 2000 en el continente americano, si la Tierra fuese plana y Colón hubiese caído del borde del mundo.
En un mundo sin Cristóforo Colombo y sus muchachos, España no hubiese sido un imperio, y, por lo tanto, hubiera sido recapturada por los moros. Norteamérica sería una potencia indígena y por estas tierras de Dios los pueblos originarios reinarían desde siempre. No existiría ni colonialismo ni neocolonialismo. Ciertamente, tendríamos dos imperios en el continente: el de los Pieles Rojas y el Incaico. Obviamente, los capos por estos parajes serían todos los originarios. Sin comercio, los economistas nos dedicaríamos a leer en coca y seríamos los meteorólogos del Inca.
En fin, las cosas y la historia terminan de esta manera cuando se decide juntar economistas y matemáticos para explica la historia. Pero en el país, la cliometría tiene muchos adeptos aunque no utilizamos la estadística para sustentar nuestra afición a vivir en el mundo virtual de los contrafácticos. Se trata de cliometría, de actitud que se desarrolla en nuestro cotidiano, en especial en el campo de la política. Veamos algunos ejemplos. Con frecuencia usamos el contrafactual de la falta de salida al mar para explicar el fracaso económico. Si Bolivia hubiese tenido acceso soberano al Pacífico, el país sería mucho más desarrollado. Inclusive se hacen cálculos que el crecimiento del PIB sería entre 1 y 2 por ciento mayor si hubiésemos tenido puertos. Y la pregunta obvia es: ¿será? En la práctica, el contrafáctico acceso al mar, nos libera de trabajar en otras áreas del desarrollo como nivel de productividad, consensos políticos básicos, capital humano, un Estado eficiente, entre muchos otros. Además, brinda a nuestros políticos de una gran coartada para su fracaso tanto del modelo neoliberal como estatista.
Otros ejemplos que podemos mencionar son: que si en Bolivia no hubiesen existido gobiernos neoliberales ya estaríamos en el primer mundo hace mucho tiempo. Si no hubiese contrabando seriamos un país industrializado. Otros casos que provienen de nuestra historia conservadora, si no se hubiese implementado la Reforma Agraria la agricultura boliviana sería muy productiva. Que si no existiese el Gobierno del MAS aprovecharíamos mejor la excelente coyuntura de precios internacional. En fin, en el país se ha desarrollado una actitud cliométrica frente a nuestra historia, una especie de terapia colectiva que nos hace vivir en el mundo virtual del “si hubiese”, del contrafactual, que muchas veces, nos impide encarar el mundo real.
El Día: Dime con quién andas…
El desastre nuclear ocasionado por el reciente terremoto de Japón ha cambiado radicalmente el interés que algunas naciones tenían por esta fuente de energía. Varios países, entre ellos Alemania y Suiza han abandonado algunos planes que habían previsto y en el vecindario, Venezuela ya hizo saber que lo suyo era nada más que una bravuconada y en Brasil, ya no quieren ni saber de la idea de venderle uranio enriquecido a Irán, propuesta que surgió de los efusivos abrazos que se dieron el ex presidente Lula y el autócrata iraní Mahmud Ahmadineyad, una estrategia que trató de usar el líder brasileño para hacerle ver al mundo que él y su país ya habían alcanzado talla planetaria.
El único país que insiste en mantener su programa nuclear es precisamente Irán y lo hace obviamente, porque su interés pasa por buscar el expansionismo en el mundo árabe y extenderlo hacia América Latina, donde ha encontrado buena recepción en líderes aventureros que andan inflando el pecho, tratando de impresionar al barrio con poses pendencieras. Como decíamos, el Brasil de Dilma Rousseff ha asumido una postura totalmente distinta frente a Irán y sólo se mantienen Bolivia, Venezuela y Nicaragua en el afán de introducir a sus naciones a un bloque siniestro que involucra armas nucleares, terrorismo y fundamentalismo religioso.
La osadía del ministro de defensa iraní, Ahmad Vahidi, que vino a pavonearse a Bolivia con su pinta de jerarca nazi, mientras es buscado por cargos de terrorismo en Argentina, no terminó con esa provocación. En contactos con la prensa nacional dijo que su país estaría dispuesto a ayudar a los bolivianos en caso de una confrontación bélica con Chile. Esa afirmación grosera y altamente dañina, es de mucho peor calaña que lo dicho recientemente por el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand, a quien muchos hoy le estarán dando la razón, sobre todo después de constatar qué tipo de amistades son las que está cultivando el régimen de Evo Morales y hacia qué tipo de aventura podrían conducirlo. Hace mucho que los paraguayos percibieron que en Bolivia algunos están buscando cómo encender la chispa y eso se puede verificar de manera muy clara en recientes revelaciones que confirman que Hugo Chávez, ha metido gran cantidad de armas al territorio nacional, vía el Chapare, por si fuera poco.
El incidente del ministro-terrorista podría tener repercusiones que van mucho más allá de la molestia del gobierno argentino. Tal vez pueda servir para terminar de dividir las aguas en la región, entre los países que en verdad buscan la convivencia pacífica, el diálogo y la buena vecindad y otros que están cultivando relaciones peligrosas y transitando por senderos pedregosos. Lo de Chile ya pasó de castaño a oscuro y en el caso de Argentina, las disculpas no fueron suficientes, pues la presidenta Cristina Fernández decidió cancelar una visita de Evo Morales a Buenos Aires y paso seguido, corrió a entrevistarse con el presidente de Israel, Shimon Peres, a quien le dijo que su país no quiere ningún trato con terroristas.
Bolivia tiene derecho a asumir posturas radicales en su política exterior y de hecho lo ha estado haciendo todos estos años a través de un furioso antiimperialismo que no ha pasado a mayores, ni siquiera en Estados Unidos, donde ningún político y menos el jefe de la Casa Blanca, tiene a Bolivia entre sus primeras cien o tal vez mil prioridades. Sin embargo, incurrir en vínculos que rompen totalmente la orientación de nuestros vecinos, no sólo nos va a llevar al aislamiento total sino a consecuencias que podrían ser ruinosas para todos.
El incidente del ministro terrorista podría tener repercusiones que van mucho más allá de la molestia del gobierno argentino. Tal vez pueda servir para terminar de dividir las aguas en la región, entre los países que en verdad buscan la convivencia pacífica, el diálogo y la buena vecindad y otros que están cultivando relaciones peligrosas y transitando por senderos pedregosos.
El Día: Creerle a un borracho
El vicepresidente García Linera hablaba el otro día como esos borrachos que no quieren irse a dormir. “Voy a tomar la úuuuultima y me voy”, suele decir y al día siguiente, cuando la cabeza les estalla de dolor dicen “no vuelvo a tomar nuuuuunca más”. Precisamente cuando estaba de resaca, allá por diciembre del año pasado (“Qué lejos estoy”, diría don Nilo), el mismo vice trataba de convencernos a todos que el gasolinazo era mucha cosa, que era la quimio para salvar al paciente con cáncer, el bisturí bien filudo para extirpar el tumor. Resultó que los medicuchos no habían dado con la receta correcta y el paciente resultó más pataleador de lo que ellos esperaban. Aunque el diagnóstico estaba bien, ya no habrá quién le crea, no después de que el mismo vicepresidente justifica la internación de más de 120 mil autos chutos al país, lo que significará agrandar el tumor que constituye la subvención de los combustibles. Pero eso sí, García Linera mueve la cabecita, cierra los ojos y dice que es la úuuuuuultima vez y que nunnnnca más habrá amnistía para los contrabandistas. Los “chuteros”, que son los que saben más que nadie de política en este país y que además ya tienen su propia bancada en el Senado, fueron los primeros en decir que a los borrachos no hay cómo creerles.
El Día: Bolítica 316533
Son cuentos chinos decir que la ley de autos chutos no va a beneficiar a los autos que ya están aquí, claro que va a ser así y también es para los robados, son promesas de campaña y para que el gobierno reúna plata porque está quebrado".
Norma Piérola
Diputada de convergencia nacional
Se dice que: La Ley de regularización y saneamiento vehicular para los denominados autos indocumentados, conocidos como "chutos", no favorecerá a vehículos ingresados recientemente porque no es para ellos.
Qué terrible, hicimos el esfuerzo máximo para controlar (el ingreso de vehículos ilegales) e igual llegaron por todas partes. Reconocemos que no hemos tenido la suficiente capacidad para controlar el
contrabando".
Álvaro García Linera
Vicepresidente del Estado
El Día: Bolítica
Lamento que el Primer Mandatario se preocupe de formar una Escuela de la Alba con recursos venezolanos, debería hacerlo buscando alternativas de solución a la inseguridad que golpea no sólo a los cruceños sino también a Bolivia en general".
Rubén Costas
Gobernador de Santa Cruz
Se dice que: Ante el fracaso de la Cumbre sobre Seguridad Ciudadana, la Gobernación cruceña convocó para este martes al Concejo de Seguridad Ciudadana, para poder reducir la delincuencia y el narcotráfico en la región.
Nos cansamos de esperar la voluntad estatal, puesto que el gobierno se había comprometido a realizar una Cumbre en mayo. Durante dos años convocamos al Ministerio Público a la Policía(…) pero gracias al gobierno nunca se logró el quórum".
Vladimir Peña
Secretario de Justicia del Gobierno Departamental
El Día: Se enojó la señora
La visita del ministro-terrorista iraní Ahmad Vahidi a Bolivia ha sido un insulto difícil de digerir para el Gobierno argentino. El atentado que nuestro “ilustre” visitante ayudó a perpetrar en el vecino país ha sido el peor de su historia y obviamente constituye una herida difícil de cerrar porque todavía permanece impune. En Buenos Aires radica la segunda mayor comunidad judía fuera de Israel y su gravitación en la política y economía argentinas son importantísimas. De hecho, el actual canciller Héctor Timmerman pertenece a dicha colectividad, al igual que el fiscal que investiga el bombazo que se produjo a la AMIA en 1994. La presidenta Cristina Fernández no ha dudado en exteriorizar su molestia por la presencia de Vahidi en el país y ha decidido cancelar una visita que Evo Morales debía realizar a mediados de este mes a la capital argentina. En contrapartida, la mandataria mantuvo en Italia un encuentro con el presidente de Israel, Shimon Peres, quien agradeció el gesto y la felicitó por "la férrea posición que viene manteniendo su gobierno contra cualquier tipo de terrorismo". Si la señora Fernández está enojada porque en Bolivia le pusieron alfombra roja al ministro iraní, qué va a pesar cuando se entere que no hubo tal expulsión, como mencionó el canciller David Choquehuanca.
El Día: El cáncer de la corrupción
Las recientes noticias de prensa han dado cuenta de la remoción intempestiva del titular de la cartera de Trabajo, a la sazón uno de los dignatarios incorporados hace poco al gabinete del presidente Morales. Sin embargo, no ha sorprendido que la obligada renuncia haya obedecido a un factor que se está convirtiendo en el común denominador de las salidas de ministros: la corrupción. Hasta donde se sabe, las graves denuncias sobre reiterados hechos irregulares cometidos por los funcionarios públicos de esa repartición estatal, los que sumados a las solicitudes abusivas de montos de dinero a otros trabajadores y acoso sexual, han dado lugar a la salida poco digna del titular.
En los hechos, se está constatando que la lucha contra la corrupción en las reparticiones públicas dista de ser eficaz, por hablar de una de las metas, sino que se muestra falta de perspectivas alentadoras. Una vez más, se está demostrando que la gestión pública viene a ser un asunto demasiado serio como para colocarlo en manos de personal improvisado, como son los funcionarios que llegan al cargo bajo la influencia del calor político y amparados en la sombra del clientelismo y la prebenda. Quiérase o no, el gobierno del MAS no ha podido escapar a la vorágine destructora que significa la satisfacción de apetitos personales y de grupo que tanto se ha criticado a otros partidos.
De alguna manera, las destituciones de los administradores públicos coloca en la palestra la importancia de una gestión pública que responda a las necesidades e intereses del colectivo nacional. No está por demás recordar que la gestión pública debería ser apartidista, con autoridades y funcionarios públicos que accedan a sus funciones en virtud de méritos y competencia. La institucionalización de la administración pública viene a ser, de este modo, una de las tareas a emprender con todo el vigor que da el poder político. Persistir en errores largamente criticados y cometidos por anteriores partidos en función de gobierno, dice mucho de la solidez programática del Gobierno.
Los dignatarios de Estado a cargo de las carteras ministeriales deben asumir con total responsabilidad por los hechos que acaecen en las reparticiones a su cargo. Si existe corrupción institucionalizada en su interior, el deber de los ministros pasa, de manera insoslayable, por extirpar de raíz los grupos y personas que incurren en hechos irregulares y que tienden a la corrupción en desmedro del Estado, la colectividad ciudadana y el propio Gobierno. Quizás ha llegado el momento para que el Gobierno del Estado Plurinacional reformule sus métodos de lucha contra la corrupción, a sabiendas que con ello pone a prueba el apoyo interno que le ha llevado al poder.
Sin duda, las enseñanzas que se extraen de esta lamentable situación en el Ministerio de Trabajo, es que no se puede hacer una gestión pública decente si no se toman las medidas más drásticas y necesarias para combatir la corrupción institucional, especialmente si se ha comprobado que su expansión se asemeja a un cáncer maligno en el cuerpo del Estado. Conviene advertir que el Gobierno todavía está en condiciones de reencauzar sus métodos y asumir que está rodeado de gente que no es la más adecuada para el cambio. Es posible que sus conmilitones sean partidarios del proceso de cambio de dientes para afuera, y ello significa que harán lo imposible para que nada cambie.
Quizás ha llegado el momento para que el Gobierno reformule sus métodos de lucha contra la corrupción, a sabiendas que con ello pone a prueba el apoyo interno que le ha llevado al poder.
El Día: Estado surrealista plurinacional
La revolución democrática y cultural cada vez más ajena a la realidad nacional. Como si existieran dos realidades, una, la de verdad, en las calles, en el campo, en los bosques y montañas de Bolivia, y la otra, en la cabeza de los proyectistas del Estado Plurinacional. Sin embargo, después de cinco años el actual gobierno defrauda al 70% de los bolivianos. Esta desilusión sorprende, habiendo tanto a su favor: un país caracterizado socialmente por la pobreza urbana y la miseria rural, reflejando alto grado de marginalidad, exclusión e inequidad; con analfabetismo, falta de cultura democrática, inclinación por las soluciones prácticas violentas, que hacen de la violencia un fenómeno casi estacionario (viene con la misma rigidez del calendario de invierno y verano); escasa cobertura e infraestructura sanitaria que hacen de la vida una mercancía barata; donde la vivienda es un lujo, casi tanto como conseguir trabajo estable y bien remunerado. Cualquier propuesta “revolucionaria” (que promete bajar la luna y las estrellas en menos tiempo que canta un gallo), debería recibir y mantener una entusiasta acogida. Pero, la realidad es otra: el descontento es casi general; críticas a la falta de gestión y a la mala gestión del equipo que acompaña a Evo Morales, que alcanzan al Primer Mandatario y también al vice. Más llamativo es que este fenómeno se da hasta en los bastiones de mayor porcentaje indígena campesino, los aliados tradicionales: La Paz, El Alto, Oruro y Potosí, donde; además, está apareciendo la resistencia política mejor organizada.
Mientras, Evo tiempla la lira para la audiencia doméstica y Álvaro hace de trovador en el extranjero. Pero lo real es que hay oposición, tanto pragmática como ideológica. La primera, porque empieza la población a exigir resultados tangibles; algo que ver y tocar. Millones de dólares se escurren en propaganda oficial, pero esos no bajan de la tele al llano. Al contrario, todo el mundo ha descubierto el truco: se anuncia cualquier “intento” (en vez de proyectos) o deseo de intenciones y de inmediato se calculan cuantiosas inversiones, ingresos deslumbrantes en equis años (generalmente muchos) y, ya nomás se los reparte. Se comen hasta el queso antes de tener la vaca ni la leche.
Evo en un duro discurso de apertura amenaza a los inversores cuando en realidad se llora para que inviertan en el sector hidrocarburos. Es tan dura la realidad que buscando agua, encuentran gas, pero lo que se necesita es inversión de riesgo, exploración, para cambiar la escasez de los trillones de pies cúbicos (TCF) en reservas probadas o al menos probables, y mercados, para empezar a imaginar y proyectar en serio. Después del évico “se acabó el cálculo político”, que sonó a bofetada, vendría el Vice con cataplasmas, pero ya era tarde: se requiere una nueva ley que defina con precisión las reglas para el sector (menuda tarea), y seguridad jurídica que, evidente, no está en el país. Esto se le escapa a la ilusión oficialista, como el de concluir un gasoducto en la parte boliviana sin estar la porción argentina y, pequeño detalle, no hay gas. El Mutún sigue esperando y las industrias en La Paz y El Alto paran. La próxima elección “inédita” de magistrados, no genera más tranquilidad.
El país de las maravillas tienen audiencias y auditorios bien seleccionados, predispuestos a soñar, a someterse a una sesión catártica o de sanación. La oratoria de García Linera facilita el fenómeno, al punto de desafiar a los de UNASUR reunidos en Buenos Aires “a tener el coraje” de declarar Latinoamérica un estado plurinacional. Somos el ejemplo a seguir: se resuelven los problemas estructurales internos y se proyecta con voz fuerte en los asuntos internacionales. Hay algo muy profundo en algunas personas, experiencias precoces negativas, traumáticas, auténticas carencias emocionales que marcan de por vida. Para soportarlo hay que evadirse fabulando, creando ficciones, dejando atrás la “atroz realidad”. El riesgo es el perder el sentido de la realidad, a transitar de las ilusiones a las alucinaciones sin darse cuenta y el desatender los problemas reales.
La segunda opción de oposición es de mayor impacto. Se denuncia traición, nada menos, que a los postulados fundacionales del instrumento político de los pueblos que los llevó al gobierno el 2005. Nace en los “movimientos sociales”, grupos o gremios no numerosos pero bien disciplinados, que tenían “su agenda” legal. Sienten, para recurrir a una expresión frecuente del presidente, que no se les está cumpliendo: nacionalización de empresas que explotan recursos naturales, industrialización, empoderamiento del indígena campesino y lucha frontal contra la corrupción y la pobreza. El tiempo pasa y ahora, sin ser oposición política en su mayoría, encuentran justificación a su protesta: toman las calles, bloquean caminos, marchan los desencantados, y el cachorro de dinamita omnipresente en el mundo andino minero. El Gobierno, represivo, con fuerza policial, militar y paramilitar (los infiltrados de siempre), como único recurso para resolver conflictos. No protestan y están felices los con agenda “de lo ilegal”: traficantes de influencias, promotores de la corrupción en la administración pública, dueños y aliados de la economía informal (evasores y contrabandistas de todo tipo), así como los cómplices en la cadena productiva de la coca y el narcotráfico. El proyecto de la revolución democrática y cultural es un discurso vacío, al que le falta alma, carece de sentimientos y hasta de razón. Ha desaparecido la democracia y la cultura fue transformada en folclore. No hay calidad humana porque no hay respeto al ser humano. El que sufre, el que necesita trabajo, salud, tranquilidad, esperanza, no cuenta. Hoy sólo arranca una sonrisa nerviosa de la ciudadanía, fiel testigo de hasta dónde se pueden atropellar las libertades cuando el surrealismo ordena e impera en el Estado Plurinacional.
El Día: Indigenismo omnipresente, Indigenismo omnipotente
El escándalo político en el que se ha convertido la disputa por un escaño Yuracaré-Mojeño dentro de la Asamblea Departamental Cruceña ha reactivado la discusión sobre el Indigenismo. Ha cobrado notoriedad el debate sobre la existencia de esta etnia indígena y, los distintos actores políticos y civiles han concentrado sus esfuerzos en éste. Pero, si nos permitimos una pausa reflexiva, es conveniente examinar el alcance de conllevar este debate: En algún momento –si reorientamos el enfoque y obviamos la disputa sobre la estricta legalidad de este escaño- ¿se ha discutido exhaustivamente sobre indigenismo y mestizaje dentro de la sociedad boliviana?, ¿sobre el tema de representatividad política en la democracia boliviana? La sociedad boliviana del nuevo siglo, desde un punto de vista cultural y étnico, es ajena a la sociedad anterior a la Revolución del 52. Es un sofisma, el sostener que la colectividad boliviana no haya sufrido transformaciones desde entonces. Es más, en reiteradas ocasiones pareciera que los pensadores afines al MAS han dado a entender (e.g., cuando tematizan a los 500 años de explotación) que nuestra sociedad es la misma desde la era precolombina, y esa es la identidad que se debería perseguir. El intento de forzar una identidad política y cultural de pensamiento único es artificial y absurdo.
En el año 2009, Alex Baur, columnista de la revista Weltwoche, criticó este aspecto: “Con la glorificación de la herencia indígena, Evo Morales se basa en la falsificación histórica que muchas dictaduras militares nacionalistas usaron en el anterior siglo. Pero es que hoy día, los Incas tienen para Bolivia la misma relevancia que los Galos tienen para la Francia actual”.
En días pasados, tuve la oportunidad de ver la transmisión televisiva de los escasos integrantes de la etnia “yuracaré-mojeño” durante la marcha que realizaron en dirección a la ciudad de Santa Cruz. Más impresionante que los improvisados arcos de deficiente construcción que llevaban consigo, fueron la vestimenta y la adecuada capacidad comunicacional de estos. Se los podría haber confundido con cualquier transeúnte de la capital departamental. Es indudable, los marchistas eran mestizos, como todo boliviano.
La sociedad boliviana actual, la del nuevo siglo, no corresponde a la visión obsoleta del presidente Morales y del Masismo. La comunidad boliviana es una de mestizos, en la cual no importan el origen, apariencia o raza, sino el rendimiento y el éxito. La representación política fundamentada en el origen étnico no debería tener validez alguna.
Siendo el partido oficialista un ferviente creyente del Socialismo, en el cual la igualdad está por encima de la libertad, resulta contradictorio observar que este promueva desigualdad política. Con un artificio bastante sofisticado (la creación de nuevas etnias indígenas), algunos de los llamados oprimidos por el sufragio censitario del pasado, han sido convertidos en electores muy privilegiados.
El objetivo de alcanzar igualdad política para todos los bolivianos, nuevamente ha fracasado. Solo se puede advertir una traslación del poder en favor de ciertos grupos civiles (no étnicos), es decir, solo se ha intercambiado la identidad de los opresores y de los oprimidos.
El Día: Bolítica
El hecho de que el mercado mundial de drogas haya crecido de forma permanente es lo que hace que México esté viviendo estos problemas de violencia que se originan en el enorme poder que tienen los cárteles de la droga mexicanos".
César Gaviria
Ex Presidente de Colombia
Se dice que: Una comisión formada por ex presidentes y otras personalidades aseguró que el combate contra el narcotráfico fracasó. Proponen legalizar algunas drogas.
En diciembre de 2006 lanzamos una ofensiva contra el crimen organizado que, sin embargo, no ha permitido reducir la violencia. La lucha se ha traducido en, al menos 35 mil muertos, varios de ellos, civiles".
Felipe Calderón
Presidente de México
El Día: Presente griego
Hasta ahora se sabía que el ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, llegó a Bolivia procedente de Mauritania, sin embargo, no se explica por qué estuvo acompañado de una comitiva compuesta por militares venezolanos y funcionarios cubanos. Algunas versiones indican que antes de pisar suelo boliviano, el funcionario iraní estuvo en Caracas, donde su estadía fue mantenida en secreto, ya que de lo contrario, la publicidad de su visita hubiera confirmado de ipso facto las versiones sobre la instalación de una base militar de Irán en Venezuela, un hecho que ha sido motivo de polémica mundial. La protección del régimen de Hugo Chávez a un terrorista buscado por la Interpol hubiera sido también un asunto mucho más escandaloso de lo que ha significado para Bolivia y para Evo Morales, cuyo régimen se prestó mansamente a quitarle el bulto a Venezuela. Al parecer, la llegada de Vahidi al país fue preparada con algunas semanas de anticipación y los arreglos incluyeron la aprobación en la Asamblea Legislativa Plurinacional de un convenio que elimina la exigencia de visas para los ciudadanos iraníes de tal forma de facilitar la entrada de Vahidi al país. En otras palabras, el Gobierno boliviano recibió un “presente griego” que confirma su absoluta subordinación al régimen venezolano.
El Día: Hacia la consolidación de un ‘Estado forajido’
No debería sorprender a nadie la presencia en Bolivia del ministro de Defensa iraní, Ahmad Vahidi, un terrorista buscado por la Interpol y a quien se lo acusa de haber sido el autor intelectual de un atentado ocurrido en 1994 en Buenos Aires y que mató a 85 personas, entre ellas, seis ciudadanos bolivianos. Una de las primeras medidas que tomó el Gobierno de Evo Morales cuando asumió el poder en el 2006, fue ocultar a dos extremistas paraguayos que secuestraron y mataron a la hija del vicepresidente de aquel país, Raúl Cubas. Un viceministro de Gobierno los ayudó a escapar luego de que fue emitida una orden de captura internacional contra los asesinos. Desde entonces el Estado Plurinacional ha sido el refugio seguro de integrantes de las FARC y de otros grupos y cada vez suena con más insistencia que en el territorio nacional se están reorganizando algunas células de Sendero Luminoso y el MRTA.
Pero el problema no termina ahí, Bolivia también es hoy una importante área de operaciones de cárteles mexicanos y colombianos, que no sólo han modernizado y multiplicado la producción de cocaína, sino que han convertido al país en el mayor centro de acopio de droga peruana, que es exportada a todos los continentes, especialmente a Europa, vía Venezuela y África. El Estado Plurinacional se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza para Brasil, Chile y Argentina, nuestros vecinos que sufren como nadie las consecuencias de esta explosión del crimen organizado, que involucra a decenas de narcocomunidades de los valles altos de Cochabamba y a los ayllus del norte potosino que combinan el tráfico de drogas con el contrabando.
La visita del ministro-terrorista no es nada casual y tampoco fue producto de la equivocación de una funcionaria neófita o un canciller despistado. Ahmad Vahidi vino a inspeccionar la marcha del plan estratégico militar que ha puesto en marcha la ALBA, bloque integrado entre otros países, por Venezuela, Ecuador, Bolivia, Cuba y Nicaragua, pero al que también ha sido incorporado Siria como observador, un país seriamente comprometido con el terrorismo y estrecho aliado de Irán.
El disgusto que causó en Argentina la visita de Vahidi a Bolivia es apenas un daño colateral para el Gobierno de Evo Morales, cuya política exterior está orientada a convertir al país en un Estado forajido e integrarlo a un bloque internacional siniestro del que son parte primordial, el fundamentalismo islámico vinculado al terrorismo, las FARC colombianas, los etarras españoles y por supuesto, toda la red del crimen organizado que tiene a varios países a su merced. El plan incluye una carrera armamentista que ha causado malestar en toda la región. Recientemente se confirmó que Irán tiene planes de construir una base militar en Venezuela y el pasado martes, nuestro “ilustre” visitante, manifestó la voluntad iraní de cooperar con Bolivia en el área de las armas y el entrenamiento de tropas.
Toda esta situación explica mejor que nada la reciente reacción del Gobierno chileno, haciéndole saber a Bolivia hasta dónde está dispuesto a llegar en caso de que a alguien se le ocurra alguna aventura. La queja paraguaya por el belicismo que promueve el régimen de Evo Morales es de larga data y obviamente, este tema fue abordado con suma claridad por el presidente norteamericano Barack Obama, durante su reciente visita a Chile y Brasil.
El disgusto que causó en Argentina la visita de Vahidi a Bolivia es apenas un daño colateral para el Gobierno de Evo Morales, cuya política exterior está orientada a convertir al país en un Estado forajido e integrarlo a un bloque internacional siniestro del que son parte primordial, el fundamentalismo islámico vinculado al terrorismo, las FARC colombianas, los etarras españoles y por supuesto, toda la red del crimen organizado que tiene a varios países a su merced.
El Día: Contrasentidos y contrastes
Ya me tiene podrido tanto día de esto, día de aquello. Me picaron clarinadas del “día del desafío”, insuflar el “mens sana in corpore sano” en país de guatones mal nutridos y mujeres que reducen grasa abdominal con liposucción. Contrasentido es invocar más ejercicio en aire cada vez más poluto y en calles atosigadas por transporte público y automotores usados. El gobierno de nuestro deportista Presidente, tapa buracos de dispendio fiscal con ingresos de la cantaleta de “legalizar por última vez” miles de vehículos “chutos” parqueados en Challapata. Qué contraste con Holanda, cuyos ciudadanos prefieren la bicicleta que descongestiona sus calles y pedaleando les mantiene en forma.
El 24 de mayo ha sido instituido “Día contra el Racismo y la Discriminación”, como si tales formas de exclusión se eliminaran por decreto. La fecha recuerda un hecho no racista, sino politiquero, ocurrido en el fragor de la contienda política en Sucre: la reacción de bravíos universitarios al chantaje amenazador de campesinos oficialistas de tomar la ciudad. Pero la imagen de los “pobrecitos” dio la vuelta al mundo, quizá asociando el censurable desfile de semidesnudos a escenas del holocausto racista de los nazis. No murió nadie, salvo en el abuso constitucional de La Calancha.
Qué contraste con las que mueren sin merecer días recordatorios: las víctimas de múltiples asesinatos de mujeres en Bolivia, de los cuales se conoce solo la punta del iceberg. Sea el motivo sexual, conyugal, infantil, familiar o por abortos clandestinos, las leyes son permisivas: yo digo que sesgadas. El asesinato se castiga con 30 años de cárcel sin derecho a indulto, pero el feminicidio se disfraza de emoción violenta y solo merece de dos a ocho años de reclusión. Contrasentido es que una mitad del país sea discriminada por el sesgo machista de la ley. Barren un problema social bajo la alfombra de la indiferencia.
El otro día recaí en un spot de televisión internacional, sobre atractivos turísticos del Perú que explotan el pasado incaico enfocado en Machu Picchu, su meca turística. Atraen millones de turistas, que significan mayores ingresos que la actividad minera del occidente boliviano, incluidos la mina San Cristóbal y el queso gruyere del Cerro de Potosí. Rebalsan los valientes a Tiahuanacu, a la escénica capital de facto de Bolivia, a la maravilla natural del Madidi, y al espejito que intrigaba al astronauta Neil Armstrong desde la luna: el Salar de Uyuni.
Hoy puede ser protectorado de Hugo Chávez, pero Bolivia enclaustrada es una cautiva de Chile desde 1879, condición ratificada con la bayoneta en el coto en el Tratado de Paz, Amistad y Límites de 1904. Desde entonces el pitbull chileno ha matoneado al pekinés boliviano. Impuso el decimonónico imperativo militar de ocupar no sólo las cumbres de la Cordillera Occidental –límite natural que separa el altiplano del litoral marítimo- sino las planicies adyacentes, que hoy dan sustento a su alarde de ser altiplánico también. Desvió ríos internacionales, como el Lauca, para regar desiertos arrebatados. El agua de manantiales de Silala, concedida para enfriar locomotoras, ahora da de beber gratis a ciudades chilenas.
El niño boliviano acosado por el atorrante mozalbete chileno es además minusválido por la miopía y desidia tradicional de sus gobernantes. Nada mejor para ilustrarlo que el turismo internacional que llega de San Pedro de Atacama, Chile, a las lagunas multicolores de Sud Lípez. Quizá tan preciada golosina sería la que Chile exigiría si se accediese al trueque de territorios para dar a Bolivia un corredor al mar.
Los caminos militares chilenos hacia la frontera se han convertido en arterias de penetración al circuito turístico que remata en una maravilla natural boliviana: el Salar de Uyuni. En su lado han construido hoteles de cinco estrellas, donde los turistas extranjeros pagan con gusto diez dólares por una cerveza. Bien vale la pena el confort de hoteles con inodoros que fluyen desperdicios sin taparse, baños con agua caliente y fría, dormitorios de colchones mullidos y sábanas limpias, menús regidos por chefs que evitan excesos gastronómicos en la altura.
Del tamaño de Sud Lípez debe ser la región de Champagne en Francia, moteada de casi 300 hoteles. Ni cinco por ciento de esos hay en la región boliviana de los lagos multicolores, los géiseres y el mar de sal más vistoso y rico del mundo. Contrasten con lo que Saúl León Ortuño cuenta de una posada en Laguna Colorada: los servicios higiénicos eran dos espacios pequeños con un inodoro artesanal y un bidón plástico cortado en la parte superior; no había papel sanitario. Tenía varias habitaciones; en cada una había de tres a cinco literas de tres niveles, con una colchoneta de diez centímetros de ancho, de los cuales dos eran mugre acumulada. Mi amigo pasó la noche de pie.
El contrasentido de un país de gran potencial turístico y la penosa realidad, yace en la olla podrida de bloqueos y marchas, así empresas cancelen la llegada de turistas mediante medios satelitales. La infraestructura es mala no porque los bolivianos gusten de dormir en camastros o defecar en huecos hediondos. El meollo es una Constitución que da a los “originarios” control sobre sus territorios. Solo permiten inversión privada mediante comodatos de 10 a 15 años, que no compensan inversiones que luego deben ser “devueltas” a la comunidad. Ni que los inversionistas fueran opas.