Justicia impresentable


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Índice de los Editoriales de Periódicos

  1. Los Tiempos: Destemplada respuesta

  2. El Deber: Un exabrupto chileno

  3. Cambio: Una bravuconada rechazada

  4. La Prensa: ¿Chile tiene miedo?

  5. El Diario: Reestructurar a fondo la Policía

  6. El Mundo: Calmados

  7. El Día: ¡Democracia real ya!

  8. El Día: Bolítica

  9. El Día: El ‘héroe’ y sus títulos

  10. El Día: Justicia impresentable

  11. El Día: Perfectos idiotas

  12. El Día: Ingresarán al país 120 mil automóviles, una columna de 600 kilómetros

  13. El Día: Bolítica

  14. El Día: El que gobierna, viaja

  15. El Día: Gobierno ‘chuto’

  16. El Día: Historia de una memoria

  17. El Día: Cosas que uno ve

  18. El Día: De ‘chutos’ y ‘chutazos’

  19. El Día: Páginas negras

  20. El Día: Bolítica


Los Tiempos: Destemplada respuesta

Más allá de las intenciones de las  autoridades chilenas, hay una burocracia en esa nación que obstaculiza las posibilidades de acercamiento



Cuando los voceros no son los adecuados, en el ámbito diplomático, las consecuencias de desatinadas declaraciones no son, generalmente, positivas. Esto se ha vuelto a comprobar en las últimas horas, cuando ante el anuncio de elevar una queja por la posición de Chile en relación a nuestra demanda de una salida soberana al Océano Pacífico a la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), hecha no por el Ministro de Relaciones Exteriores del país, sino por el director de la novel Dirección de Estrategia Marítima y exministro de Defensa, Chile, a través de su Ministro de Defensa y canciller subrogante lanzó un trío de frases excesiva e innecesariamente agresivas: que Chile es un pueblo unido sobre la demanda marítima boliviana, que ese país está amparado por tratados internacionales y que tiene unas Fuerzas Armadas debidamente capacitadas para hacer respetar esos tratados.

Si a ello se suman las no siempre felices declaraciones de políticos y parlamentarios de ambos países, que generalmente echan agua al molino de la confrontación, se constata que la negociación real, la que debe seguir protocolos bien establecidos y que permiten incluso algunas salidas de tablero, sufra serios riesgos de quebrarse, llevando los asuntos en mesa a fojas cero, que es el peligro que actualmente se cierne sobre aquélla.

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No está demás recordar que desde la malhadada Guerra del Pacífico y desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad de 1904, Bolivia ha ensayado una serie de fórmulas para lograr que el país recupere una salida soberana al mar y siempre, cualquiera sea la razón, esta acción ha sido frustrada. En Chile, en cambio, prevaleció, hasta su interés por ser un país emergente a consecuencia de su expectable crecimiento económico y la consolidación de su sistema democrático,  la negativa tajante a encarar una negociación seria al respecto. Sin embargo, para ello debería, como otra condición básica, solucionar los problemas limítrofes con sus países vecinos y tener una fluida interlocución. Así, su política exterior ha estado dirigida hacia ese objetivo logrando un acuerdo aparentemente irreversible con Argentina, luego con Perú -aunque las divergencias surgen, como en el caso boliviano, al menor impulso- y con Bolivia.

De ahí, que había la percepción de que se presentaba una buena oportunidad para establecer un proceso de diálogo con posibilidad de encontrar una fórmula que devuelva a Bolivia su cualidad marítima y que se lo realice en el marco de la reserva, como funcionó hasta el primer bimestre de este año. No obstante, más allá de las intenciones de las autoridades chilenas, hay una burocracia en esa nación que obstaculiza las posibilidades de acercamiento a soluciones concretas, característica que, como ha sucedido en anteriores oportunidades, ha terminado por exacerbar a las autoridades bolivianas que, en justicia, exigen que además de crear confianza haya también respuestas concretas.

Como país con vocación pacifista y dialogante, Bolivia debe ser capaz de retomar el curso del diálogo y la negociación, exigiendo a Chile evitar expresiones de carácter belicoso y asumiendo, ambos, el compromiso de avanzar hacia soluciones concretas. La importancia del tema y su trascendencia en el futuro así lo exigen.

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El Deber: Un exabrupto chileno

El ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand, rompió ayer el tono mesurado y de total autocontrol que estaba manteniendo el Gobierno de Sebastián Piñera ante las iniciativas del Gobierno nacional referidas a la demanda marítima.

Dijo el ministro chileno, hablando también como Canciller interino, que su país “tiene fuerzas armadas prestigiadas, profesionales y preparadas, que están en condiciones de hacer respetar los tratados internacionales”.

El Gobierno de Piñera había estado manteniendo una actitud tranquila ante la arremetida del Gobierno del presidente Evo Morales, diciendo que se trataba solamente de una nueva etapa de la vida política boliviana en que un gobierno quiere tapar sus ineficiencias internas acudiendo al tema marítimo.

Que esa apreciación sea cierta o no, no corresponde juzgarlo ahora, pero lo que sí resulta inevitable es observar que el Gobierno chileno ha caído en una contradicción. ¿Si la campaña boliviana es tan poco seria y no tiene sustento, como se dice en Santiago, para qué amenazar con las fuerzas armadas chilenas?

Por otro lado, resulta difícil imaginar cómo unas fuerzas armadas pueden movilizarse para hacer respetar un documento. Aquel tratado no niega a Bolivia la posibilidad de tomar iniciativas multilaterales para encarar las consecuencias de su encierro.

No habría que descartar que el presidente Piñera esté en desacuerdo con el exabrupto de su ministro. Al fin y al cabo, con esas palabras el señor Allamand está dando la razón a todos los informes sobre el armamentismo chileno. Peor todavía, está dando la razón a las alusiones que el presidente Morales acaba de hacer a ese armamentismo.

Los partidos de la concertación chilena, que gobernaron ese país desde que concluyó la dictadura de Augusto Pinochet, manejaron el tema de la reivindicación marítima boliviana con maestría. Uno de sus principales voceros, ahora secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, llegó a decir en su momento que para el tema marítimo con Bolivia no hay solución.

La propia señora Michelle Bachelet mantuvo las cosas en una especie de malabarismo diplomático: el asunto era estrictamente bilateral mientras no se hablara de una cesión territorial, porque en ese caso se convertía en trilateral.

Fue un gobierno del partido socialista chileno el que produjo el milagro de hacer callar a Hugo Chávez por lo menos sobre el tema marítimo boliviano. El venezolano había dicho que le gustaría mojarse lo pies en una playa boliviana, pero luego de una gestión diplomática de Ricardo Lagos optó por no mencionarlo jamás. Nadie podía meterse en el tema, porque era estrictamente bilateral, según Chile.

Del lado boliviano, el tema no es tratado con seriedad. El Gobierno de Evo Morales designó a un “grupo consultivo permanente” compuesto por cuatro expresidentes, pero nunca más lo convocó.

Entre tanto, mientras surgen campañas bolivianas con o sin motivaciones de política interna, mientras los gobiernos chilenos se contradicen en sus argumentos para dar negativas al pedido boliviano, el drama del comercio exterior sigue ahogando a este país sin costas ni puertos. Son miles los camiones, de entrada y de salida, que están varados en las fronteras, esperando la buena voluntad de los vecinos, que son los dueños de los puertos.

Lo que Bolivia necesita es un acceso fluido, de verdadero libre tránsito, sin trabas, sin demoras, sin pretextos, sin argucias ni trampas, a los puertos.


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Cambio: Una bravuconada rechazada

Las agresivas y desafortunadas declaraciones del canciller interino y ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand, quien amenazó a Bolivia con la fuerza militar para "hacer cumplir" el denominado Tratado de Paz y Amistad de 1904, no sólo fueron rechazadas unánimente por los bolivianos sino por los propios chilenos, porque su contenido expresa una posición anacrónica y anclada en el pasado, en un contexto en el que América Latina camina por el sendero de la integración regional, fortalecida por su democracia y la complementariedad de sus pueblos.

Una de esas voces provino de un comentarista de la red CNN en Chile, Tomás Mosciati, quien manifestó que lo menos que puede decir de esas declaraciones es que no corresponden y son "excesivas e inoportunas" y las calificó como una "bravuconada" que no hubo ni en el diferendo austral con Argentina sobre el canal de Beagle ni con el Perú, país que demandó a Santiago ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya por los límites marítimos que los enfrenta.

"Es la palabra del cholo del barrio, del prepotente ante el más débil", aseguró Mosciati —citado por ABI— y agregó que "Bolivia no es una amenaza militar para Chile, es el país —por lejos— más pobre de América del Sur", por lo que lo afirmado por el ministro chileno "suena ridículo". Enfatizó que "dentro de poco Bolivia planteará ante la OEA el tema de la mediterraneidad y las declaraciones de nuestro ministro (Allamand) en nada ayuda a la posición chilena, sólo van a despertar la solidaridad hemisférica ante el más desvalido". 

Mosciati apuntó que "es verdad que Bolivia tuvo una extensa costa, y la misma fue reconocida por Chile mediante Tratados; es verdad que esa costa fue conquistada mediante la guerra y es cierto que tenemos un problema con Bolivia".

Además, el comentarista chileno de televisión recordó que en 1978 "Chile le ofreció a Bolivia una salida soberana al mar; (y que) bajo el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet hubo ofrecimientos informales de una salida no soberana, y hay una agenda de 13 puntos que incluye la salida soberana de Bolivia al mar Pacifico".

Es decir, como habíamos afirmado ayer en este espacio de opinión, la amenaza lanzada por Allamand, en sentido de que Chile "tiene (unas) Fuerzas Armadas prestigiadas, profesionales y preparadas, que están en condiciones de hacer respetar los tratados internacionales y de cautelar adecuadamente la soberanía y la integridad territorial de Chile", no son compartidas por gran parte del pueblo chileno que apuesta no sólo por la integración y la solidaridad latinoamericana sino por la reparación de la injusticia más execrable que lastima a América Latina: privar a Bolivia de su acceso libre y soberano al océano Pacífico.

Es que a 132 años de nuestro enclaustramiento, en abril de este año, una encuesta realizada en Santiago de Chile por la consultora Opina reveló que el 64,2% de las chilenas y los chilenos está a favor de dar a Bolivia una salida al mar, aunque sin soberanía. El sondeo consultó a los encuestados cuán de acuerdo estaban con el presidente Sebastián Piñera de ceder mar a Bolivia sin soberanía. Las respuestas reflejan que un 43,4% de los encuestados se muestra "de acuerdo", mientras que otro 20,8% está "muy de acuerdo" con la postura adoptada por su Gobierno, según el estudio de Opina y difundida por el diario El Mercurio.

En cambio, un 18,6% asegura estar "en desacuerdo" y un 11,7%, muy en desacuerdo, mientras que un 5,5% se muestra "indiferente".

En ese contexto, y en palabras del presidente Evo Morales, toda guerra de agresión —como instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre Estados— no tiene lugar en el Siglo 21, porque es la antítesis de la conciliación, la mediación y la negociación, las herramientas civilizadas que permiten alejar la guerra del destino común de los pueblos de América Latina. Es decir, un presente que no admite anacronismos ni bravuconadas.

Toda guerra de agresión —como instrumento de solución a los diferendos y conflictos entre Estados— no tiene lugar en el siglo 21, porque es la antítesis de la conciliación, la mediación y la negociación civilizada.

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La Prensa: ¿Chile tiene miedo?

El Tratado de 1904 no puede ser objeto de denuncia, conforme a las reglas de la Convención de Viena, ante la Organización de Estados Americanos, según prevé el Ejecutivo.

En respuesta a las declaraciones del Ministro de Defensa de la República de Chile referentes a que las Fuerzas Armadas se encuentran en condiciones de hacer respetar el Tratado de 1904 suscrito con Bolivia y que ?ésta ?haciendo mención a la manifestación del Ejecutivo? es una antigua estrategia que cada cierto tiempo renace, muchas veces cuando los gobernantes bolivianos se encuentran con dificultades políticas en el ámbito interno?, parlamentarios del Movimiento al Socialismo (MAS) de la Asamblea Plurinacional Legislativa han señalado que ?Chile está temeroso ante una posible denuncia de carácter internacional?, refiriéndose a la posibilidad de someter el Tratado a un procedimiento internacional de denuncia ante el Organismo de Estados Americanos (OEA) la próxima semana en El Salvador.

Para confirmar si nuestros vecinos ?que hoy gozan de los placeres y privilegios del océano Pacífico? sienten temor respecto a la estrategia política planteada por el Estado Plurinacional, es imprescindible verificar si el Tratado de 1904, así como las reglas generales del Derecho Internacional permiten que el controvertido instrumento, suscrito entre ambas naciones, pueda ser objeto de un acción de esta naturaleza.

La Cláusula XII del documento dispone que ?todas las cuestiones que llegaren a suscitarse con motivo de la inteligencia o ejecución del presente Tratado serán sometidas al arbitraje de Su Majestad el Emperador de Alemania?. Sin embargo, en atención a que el Emperador de Alemania rechazó la designación realizada, Chile y Bolivia, en fecha 16 de abril de 1907 se vieron obligados a suscribir un ?Protocolo Sobre Sustitución de Árbitro? mediante el cual se designó a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya para que esta instancia internacional actuase como árbitro sobre las cuestiones que podrían suscitarse de la inteligencia o ejecución del Tratado. De lo señalado, se puede colegir que existió una manifiesta intención de ambos Estados de someter las diferencias derivadas de la interpretación y/o aplicación del Tratado a una jurisdicción distinta a la de sus propias legislaciones, misma que podría constituir una instancia de denuncia.

La Convención de Viena de 23 de mayo de 1969, sobre el derecho de los tratados, dispone en sus diversas cláusulas la posibilidad de denuncia de estos instrumentos internacionales en aplicación a las reglas de la citada convención. Específicamente, el artículo 56 señala que ?un tratado que no contenga disposiciones sobre su terminación ni prevea la denuncia o el retiro del mismo, no podrá ser objeto de denuncia o de retiro al menos: a) que conste que fue intención de las partes admitir la posibilidad de denuncia o retiro?. Del texto de la Cláusula XII descrita anteriormente, si bien la misma no hace expresa mención al término ?denuncia?, se podría interpretar que existió intención de someter el Tratado a una denuncia, lo que legitimaría la propuesta de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima boliviana. Sin embargo, con carácter previo, se debe verificar si Bolivia ratificó la Convención de Viena.

El Estado Plurinacional no ha ratificado la mencionada convención, en consecuencia, la misma no constituye parte del bloque de constitucionalidad del ordenamiento jurídico nacional.

Dicho esto, se puede arribar a una primera conclusión, el Tratado de 1904 no puede ser objeto de denuncia, conforme a las reglas de la Convención de Viena, ante la Organización de Estados Americanos, según prevé el Ejecutivo. Segunda conclusión, la República de Chile no tiene nada de que temer toda vez que Bolivia carecería de las formas legales para perfeccionar una acción de denuncia.

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El Diario: Reestructurar a fondo la Policía

Sin duda desvincular Identificación y Licencias de Conducir de la Policía Nacional es una medida necesaria largamente esperada, pero el nuevo destino de ambas es tema delicado. Estas medidas fueron precedidas de otras como la Ley de Régimen Disciplinario de la Policía y de un nuevo Reglamento de Ingreso para la formación de oficiales del ramo, disposiciones que reflejan una preocupación saludable por las que se interesó el Ministerio de Gobierno con aplauso general.

No obstante, no basta atacar dichos focos de corrupción al interior de la Policía con el sano propósito de aliviar a la ciudadanía cansada de exacciones. La crisis policial es mucho más profunda y requiere una nueva concepción a fin de que pueda cumplir las misiones de combatir el crimen y dar seguridad a la población, como le encomienda la Constitución. La intangibilidad o intocabilidad, si se quiere, de la institución, remonta su origen a su organización militar, la que vino frenando una reestructuración de fondo por el temor de los gobiernos a sufrir desestabilizaciones por las armas. Sobran ejemplos de asonadas e inclusive de movimientos revolucionarios a su cargo, tanto en el pasado mediato como más reciente.

Su régimen militar o militarizado, por imitación a los Carabineros de Chile, proviene desde que se denominaba Cuerpo Nacional de Carabineros, cuando era visible que se trataba de una fuerza de equilibrio con las Fuerzas Armadas, por cuya causa subsiste una suerte de emulación y de mutuo resquemor. Al presente se reserva todavía a la Policía un papel represivo contra la protesta social, no desaparecida ni disminuida bajo el actual gobierno populista, descuidando su función técnica en el plano de la prevención e investigación del delito, inseparable de los recursos científicos de laboratorio coadyuvantes de la Justicia. Estas funciones bien pueden ser ejercidas por una Guardia Civil desmilitarizada, pero disciplinada, al servicio de la sociedad y bajo la adopción de técnicas avanzadas de alta eficiencia. La moderna lucha contra el delito y la criminalidad así lo exige, tal como lo asumen las policías más modernas del globo. Tampoco el Gobierno requiere equilibrio de fuerzas militares-policiales como en el pasado, en vista de haber logrado la incondicional obediencia de ambas a modo de sinónimo de alineación política.

El proyecto de ley para el traslado de las funciones de identificación y relativas a la conducción de automóviles, yerra cuando pretende transferirlas a reparticiones dependientes de los ministerios de Gobierno y Obras Públicas, respectivamente, según informó la Comisión de Gobierno de la Cámara Baja. Es que la Administración Pública no es ningún dechado de honestidad, en especial la que tiene directa relación con el público, de donde se deduce que la corrupción solamente pasará de manos. La eficiencia y ahorro de tiempo para obtener dichos documentos se hace depender de sistemas informatizados bajo la supervisión de un ex – Presidente de la otrora Corte Electoral, personaje afamado por sus conocimientos de la materia, pero de quien es imposible suponer calidades humanas de omnipresencia para evitar vicios que al igual que los gérmenes malignos evolucionan con las circunstancias y resisten todo control terapéutico.

Por otra parte, la dependencia del Poder Ejecutivo de los organismos de identificación de personas y ciudadanos hace temer manipulaciones con respecto al padrón electoral, evidencia o susceptibilidad que, de todos modos, restará credibilidad y confianza a la opinión pública, requisito éste indispensable en la vida política normal de cualquier Estado. Otros países han recurrido a empresas internacionales especializadas en este tipo de registros, garantizando eficiencia y transparencia lejos de injerencias políticas.

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El Mundo: Calmados

Tanto el Presidente como el canciller y los otros los diplomáticos que intentaban resolver el problema marítimo de Bolivia por diferentes caminos, han quedado calmados una vez que el Ministro de Defensa chileno se animó a poner según él, los puntos sobre las íes y mostrar que el tema no es para la discusión, en virtud de un acuerdo firmado en 1904.

El tema de la reivindicación marítima ha sido tratado por todos los gobiernos, nos imaginamos que desde después de la guerra, aunque el tratado puso fin a la tensión cuando todavía el país se encontraba sufriendo los efectos de la derrota que sufrió en forma conjunta con el ejército peruano y que representó pérdida para los dos países a pesar de que para el nuestro, el daño fue mayor porque las puertas al mar quedaron definitivamente cerradas.

Si bien el acuerdo permitió a Bolivia algunas concesiones en el campo económico y también la construcción de un ferrocarril, para poder llegar a los puertos, el hecho de la soberanía es y seguirá siendo una carta pendiente que será tocada en cualquier momento.

Lo grave de la situación resulta porque es tocado precisamente cuando el gobierno de encuentra atravesando una situación crítica y hay necesidad, no solo de distraer la atención de la ciudadanía si no de buscar su unificación alrededor de un tema que es altamente catalizador.

Todos los bolivianos, desde su nacimiento, continuado en la familia, en la escuela y en la vida social, tienen suficiente información sobre la perdida del Litoral, el daño que ello representa y la necesidad de reivindicar el derecho sobre una salida soberna al mar.

Recordemos que durante la presidencia del Dr. Walter Guevara, se consiguió que el tema sea considerado como un problema internacional, como resultado de la conferencia de la Organización de Estados Americanos realizada en la sede de gobierno.

Para las autoridades chilenas, el problema no ha dejado de ser un problema bilateral, digno de ser resuelto entre los dos países y en esas condiciones, la capacidad de negociación ha sido siempre desventajosa para los bolivianos, por la calidad de la diplomacia chilena y el débil manejo de los argumentos para una buena negociación.

Uno de los momento en que se produjo un acercamiento fue cuando la dictadura de Banzer había hecho muy buenas migas con la de Pinochet, al extremo de intercambiar presos políticos o de hace desaparece a los opositores por cuenta del amigo; sin embargo, cuando ser habló del problema marítimo las cosas cambiaron de color a pesar de dejar para la historia un foto del histórico abrazo del acercamiento. entre comillas.

Cuando ambos países tenía gobiernos autocalificados de socialistas, se intentó un nuevo acercamiento inclusive se realizó un acta de entendimiento y se aprobó una agenda para ser tratada, luego de un intercambio de regalos que incluyó como era de esperar charangos y hojas de coca.

A la hora de la verdad y luego de la foto histórica, las cosas volvieron a fojas cero y los negociadores envalentonados no vacilaron primero en advertir al vecino con un spot de las Fuerzas Armadas, aprovechando la llegada de aviones y armamento ruso y otras guapezas que luego fueron desmentidas.

Como el diálogo no prosperaba, para darle un cariz integrador, se pidió la intervención de los expresidentes neoliberales y explotadores que aceptaron integrar el grupo negociador a cambio de la suspensión de unos juicios de responsabilidades por cualquier motivo.

Luego se habló de llevar el tema a los tribunales internacionales que podría dar un veredicto favorable a las inquietudes bolivianas, aunque cualquier solución sale siente por la utilización de ex propiedades peruanas que difícilmente serían cedidas por ese país que no siempre es tomado en cuenta en la negociación.

Resulta que cuando las advertencias de juicio y otras acciones parecían ser favorables el canciller chileno dijo su verdad, una verdad que en Chile es tan cultivada como la que se tiene en Bolivia, solo que en los términos opuestos, les dicen Bolivia nunca tuvo mar, se firma un tratado que se debe cumplir y otros argumentos que fueron utilizados siempre, la diferencia está en las circunstancias.

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El Día: ¡Democracia real ya!

Como es de común conocimiento, surgió en Europa un nuevo movimiento cuyo título define sus objetivos. Se llama, ¡Indignados! (con signos de exclamación incluidos) y cuyo propósito es tan imperativo como urgente: “Democracia real ya”. Tuve la curiosidad de saber quién fue quien apretó el gatillo del pistoletazo que puso en marcha una carrera de atletas la que llenó las plazas mayores de Madrid (Puerta del Sol), Barcelona (Placa de Catalunya), París – aunque menos – (Place de la Bastille) y otras de países que se precian de ser demócratas. Este oleaje de  los “Indignados” trae un sabor a rebeldía del que habrá que rescatar sus mejores propuestas.

Me pregunté entonces: ¿De donde salió la idea? Hurgando la prensa española de la semana pasada encontré la respuesta. El inspirador de ese movimiento preferentemente  juvenil fue un tal  Stéfane  Hessel, un jovencito de 93 años, diplomático y activista, alemán de nacimiento y francés de adopción, judío de origen, que peleó contra los nazis en la Resistencia francesa y soportó la tortura de los campos de concentración nazi. Su tesis fundamental es que la democracia se ha desviado y que tenemos la responsabilidad de rectificarla y depurarla hasta sus últimas esencias.

El primer paso es rescatar la “dignidad” que todo ser humano lleva consigo. El atropello a su dignidad es precisamente el que convoca a la indignación. Una indignación no violenta pero que sí compromete a cada uno de nosotros a una profunda  acción correctiva.  Hay que volver a los valores que proclamó la Revolución Francesa. A los que hay que agregar lo que manda la justicia social y proclama la Declaración de los Derechos Humanos, a cuya redacción ayudó el entonces joven Hessel. Indignación frente a quienes abusan del poder y deshonran la Justicia. Indignación frente a los potentados que buscan su beneficio a espaldas de los pobres y de la gente común que trabaja para sobrevivir. Esos potentados han constituido uno de los factores más determinantes de la crisis económico-financiera de este principio del siglo XXI.   Por lo demás, la indignación no da derecho a enfrentar al adversario por medio de la violencia ni por la prevaricación de los jueces y fiscales que aplican una legalidad formal contra los críticos del Gobierno con un ensañamiento inhumano.

Después de haber tratado de sintetizar lo que he entendido que sostienen los “Indignados”, todavía noto a faltar dos factores indispensables para alcanzar la meta de una democracia real “posible”.

El primero es el liderazgo. La democracia asambleísta ya no es viable en un Estado moderno. Y sin liderazgo, el asambleísmo se dispersa en caudillitos de poca monta. Ahora bien, de ninguna manera, los “Indignados” piensan en dejarse guiar por caudillos déspotas. Y aquí vienen a propósito las palabras del Papa Benedicto XVI cuando alentaba a los jóvenes a comprometerse en la gestión de la cosa pública. Y les advertía a los que “están llamados a responsabilidades políticas y administrativas no sean víctima de la tentación de explotar su posición por intereses personales o por sed de poder”. Tampoco encontré en la protesta de los Indignados, una alusión clara y explícita contra la corrupción. Probablemente porque ya está manifestada en el contenido moral del movimiento que acabo de sintetizar.

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El Día: Bolítica

Hemos creado una dirección de reivindicación marítima para llevar nuestra demanda a los órganos internacionales porque Bolivia también ejerce el derecho internacional y sobre esto Bolivia está demostrando vocación de diálogo".

María Cecilia Chacón
Ministra de Defensa de Bolivia


Se dice que: En el marco del aniversario de la FAB, la ministra de Defensa de Bolivia evitó referirse a las comentarios de su par chileno, Andrés Allamand, quien indicó que las FFAA de su país harían respetar los tratados internacionales.


El pueblo chileno actuará unido y para ello tiene Fuerzas Armadas profesionales y preparadas, que están en condiciones de hacer respetar los tratados internacionales y de cautelar adecuadamente la soberanía y la integridad territorial de Chile".

Andrés Allamand
Ministro de Defensa de Chile

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El Día: El ‘héroe’ y sus títulos

Hace poco la ONU le hizo saber al Presidente que los nombramientos que hace son simplemente simbólicos y que los mantiene dependiendo de los hechos posteriores a la designación. Recordemos que las Naciones

Unidas nombraron a Evo Morales en el 2009, “Héroe Mundial de la Madre Tierra”, título que le llegó como un consuelo  al jefazo, después de los vanos esfuerzos por conseguir el premio Nobel de la Paz. Pero recientemente, el organismo internacional lamentó que “su héroe” haya decepcionado a todos, pues durante los años que lleva en el poder, ha hecho poco y nada por los bosques, que se vienen destruyendo a un ritmo de 300 mil hectáreas por año. La representante de la ONU en Bolivia le dijo que la defensa del medio ambiente no se hace sólo con discursos. Qué va a decir la funcionaria cuando Evo Morales pase a la historia como el presidente al que se le secó un río, nada menos que el Pilcomayo. Y no hablemos de las consecuencias que traerán en la Amazonia boliviana las represas que construye Brasil en el río Madera, que contaron precisamente con el concurso de la negligencia de las autoridades nacionales. A este nuevo “héroe” ¿qué título le ponemos?

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El Día: Justicia impresentable

Qué clase de gente es la que seleccionará el MAS para postularla a los diferentes cargos del Órgano Judicial y que someterá al escrutinio el 16 de octubre. A lo mejor los sujetos que tiene en mente son tan impresentables que no quieren ni mostrarlos a través de los medios de comunicación. Y no estamos hablando, por supuesto, de belleza ni de colores, sino de decencia, un valor muy escaso dentro del oficialismo, que tiene como estrellas del senado a unos especímenes que dan vergüenza ajena, porque es obvio que han perdido todo el sentido del decoro y la moderación, virtudes que para un juez o un magistrado deben ser imprescindibles.

Qué tal un candidato al Tribunal Constitucional que confiese que es partidario de la tortura o el postulante a juez que hable flores de la coca ilegal o que diga, como aquel ministro, que está bien tolerar el contrabando en Bolivia porque esa es la forma de supervivencia de las comunidades rurales. El MAS va a respetar a rajatablas en la Justicia el cuoteo de los cargos  que mantiene con las organizaciones sociales y no tardarán en aparecer las incondicionales expresiones de fidelidad hacia el presidente Morales con señales de aprobación –con puño levantado y todo-, hacia el paradigma que ya tiene su marca registrada: “yo le meto y que legalicen los abogados”.

Ningún candidato a juez va a querer meter la pata y afirmar que introducir autos “chutos” al país es contrabando o tirarse en contra de los ayllus que matan policías para proteger sus actividades delictivas. No habrá uno solo que defienda la vigencia de la Ley 1.008 y peor aún, que se estrelle con los proveedores de la principal materia prima de la cocaína. Todos van a decir que está bien la forma cómo maneja las leyes el “proceso de cambio”, esas normas que han eliminado el precepto de la presunción de inocencia y que obligan al acusado a demostrarla y no al revés, como indican los más elementales principios jurídicos. Ninguno cuestionará los métodos aplicados por el fiscal Marcelo Soza en el “caso terrorismo” y con seguridad van a respaldar la violación del precepto de jurisdicción y de otros procedimientos que han facilitado la persecución política en el país.

Por eso es que el régimen se empeña en que nadie los vea, nadie les pregunte y nadie los cuestione. No sólo temen que los periodistas hagan quedar de burros a los candidatos, sino que detrás de cada palabra que pronuncien dejen un regadero de sandeces como las que pronuncia ese senador del MAS, que fue precisamente el que propuso que para ser juez no era necesario haber estudiado abogacía ni saber nada de leyes.

El régimen gobernante quiere llegar al extremo de exigir que los periodistas manden sus cuestionarios previamente para que algún censor del Tribunal Supremo Electoral efectúe los tachones correspondientes.

Esta ridiculez, además de constituir un retroceso a los tiempos del cepo y los grilletes, refleja el temor de que, a través de una simple entrevista o un perfil se desnuden todas las barbaridades que son capaces de propalar los acostumbrados personajes que este Gobierno ha llevado a la palestra pública en los últimos cinco años.

 

Qué tal un candidato al Tribunal Constitucional que confiese que es partidario de la tortura o el postulante a juez que hable flores de la coca ilegal o que diga, como aquel ministro, que está bien tolerar el contrabando en Bolivia porque esa es la forma de supervivencia de las comunidades rurales. El MAS va a respetar a rajatablas en la Justicia el cuoteo de los cargos  que mantiene con las organizaciones sociales y no tardarán en aparecer las incondicionales expresiones de fidelidad hacia el presidente Morales con señales de aprobación hacia el paradigma que ya tiene su marca registrada: “yo le meto y que legalicen los abogados”.

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El Día: Perfectos idiotas

Cuando hace años leí el “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano” de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa, nunca hubiera imaginado que uno de los tres  autores se pasaría militantemente al bando de Ollanta Humala en flagrante contradicción con lo sostenido en el best seller que nació en contraposición y en respuesta a Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de Latinoamérica” del cual  Chávez sarcásticamente, le regaló un ejemplar a Barack Obama y es además, el libro de referencia preferido en su pesado “Aló Presidente”. Este no es un dato menor.

Si cuando estos intelectuales escribieron su ensayo, Hugo Chávez hubiese estado en el medio de la escena como hoy, seguramente ocuparía un lugar preponderante dejando a Perón y a Castro muy disminuidos.
El domingo por la noche y luego del último debate presidencial en el Perú entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala, corrí a buscar mi librito para ojearlo nuevamente. Tengo la satisfacción de reconocer que mi memoria está intacta. La postura de los autores del aplaudido ensayo, es tal cual la recordaba.

Puede que sea válido cambiar de idea, pero me desconcierta de alguien que parecía tan liberal, antiestatista y de clara posición contraria a los caudillos latinoamericanos en boga que ayer calificaba de “perfectos idiotas”.   A continuación del debate, Álvaro Vargas Llosa, desbordó de pasión para ningunear a Fujimori y ensalzar a Humala, que de no haberse visto, hubiese costado creer.

Suponer que Humala está alejado de Chávez, cae por su propio peso tan sólo con leer alguno de los medios estatales venezolanos y ver la óptica desde la indisimulada indiscreción de Telesur. Pero creer que Humala, ha dado garantías de su vocación de gran demócrata porque juró con la mano en la Biblia, suena un  poco a romanticismo épico, veta heredada seguramente de su famoso padre quien también tiene una postura más en contra dé que a favor dé. Pero es la vehemencia,  la admiración y fe  manifestada lo que asombra. Y no sé qué quiere decir cuando afirma que “Humala les ha dado el poder de detenerlo (¿cómo?), en caso de salirse de los cauces institucionales”.

Deberíamos contarle que acá en Bolivia, tenemos un gobierno con intensa inclinación electoralista o lo que es lo mismo, a usar las formas de la democracia pero de cuyo fondo día a día estamos más inseguros. Tuvimos -en pasado-  “enorme garantía democrática” también. Que la institucionalización en Bolivia es un preciado bien perdido. Que supuestamente se gobierna oyendo al pueblo. Sólo que el pueblo al que escucha, se ha reducido al consejo de ministros, asesores venidos del Caribe, asambleístas y uno que otro dirigente de los cada vez más mermados movimientos sociales afines. Que estamos en la recta final de una inédita elección popular de la totalidad de la magistratura que no será una muestra del pluralismo que se proclama.

So pretexto de ecuanimidad y equilibrio, tanto preguntas como respuestas, serán censuradas por el Órgano Supremo Electoral, como una muestra que en este país ya no se respeta ni la libertad de prensa ni la libre expresión ciudadana. Y hace cinco años y cinco meses, acá también se creyó en la vocación democrática del gobierno entrante. La judicialización de la política es cotidiana y el respeto a las minorías se lo pasan por el forro.

El giro que dio Humala en su posición inicial -encuestas de por medio- no se sabe cuán creíble puede ser. Las encuestas tienen tanto valor como el navegador de un avión que va indicando cuántos grados se debe girar a un lado u otro para mantener el curso a causa de los vientos variables.  La afirmación de que Humala pasa más por Brasilia que por Caracas no sería del todo grave. Pero decir que pasa más por Santiago que por Caracas, es un exceso de subjetividad propagandística en pos de los últimos votos aprensivos.

Los mismos argumentos válidos para darle un voto de confianza a Humala en cuanto a su apego a la constitución, su afán antiprorroguista, la protección a la propiedad privada, la seguridad jurídica para que continúen llegando las grandes inversiones al Perú, debería usarse asimismo para confiar en que Keiko Fujimori, no tiene porqué ser una copia fiel de la manera de gobernar de su padre.

El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano continúa vigente. Y quién sabe más hoy, que a mediados de los ’90. Ojalá que la elección de uno de los autores que admite “no estar votando a Dios sino a un simple hombre con sus luces y sus sombras”, no se arrepienta mañana, como miles de bolivianos de clase media, que también apostaron por un dudoso demócrata de gran afinidad a la cuña de Ollanta Humala.

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El Día: Ingresarán al país 120 mil automóviles, una columna de 600 kilómetros

No es fácil imaginarse qué harán circulando en nuestras calles y carreteras, además de los que ya están, 600 kilómetros de vehículos.

Si consideramos que cada motorizado tiene entre 3,5 (jeep) a 7,5 Mts (camioneta) de largo, convendremos que el promedio mínimo a calcularse sería de 5 metros por cada uno, totalizando 600.000 metros, es decir 600 kilómetros ininterrumpidos de vehículos. Si ponemos estos motorizados en fila, empezarían en Santa Cruz y casi llegarían hasta la Paz. ¿Será posible que nuestras calles y carreteras, que ya están saturadas, soporten este incremento?…

Por otro lado, sabemos que el país subvenciona el combustible  que usamos. (En Brasil el litro cuesta $us 1,67,  en Argentina $us 0,98, en USA $us 0,90 y en Bolivia  $us 0,53 centavos.

Si 120.000 vehículos consumirían un promedio de 10 Lts. al día cada uno, serán 1,2 millones de litros diarios los que aumentarán al requerimiento actual de combustibles en el país.

Probablemente se recaudarán 540 millones de dólares por concepto de impuestos de importación si consideramos que el tributo de cada vehículo por derechos aduaneros será de 4.500 dólares. Esta recaudación será consumida y superada más a la corta que a la larga por la subvención adicional  que se generará a los hidrocarburos que actualmente otorga el estado y el temido gasolinazo será inminente y muy pronto. En otras palabras este único tributo será un auténtico boomerang e indefinido para la economía del país.

Una solución salomónica para evitar el quiebre de muchos connacionales que tienen sus vehículos ya en el país, sería la siguiente:

Dentro del recinto aduanero permitir desarmar los vehículos, extrayendo todos sus componentes, (motor, caja, ejes, ruedas, vidrios, puertas, componentes electrónicos, etc), con excepción del chasis y la carrocería (chalona), a fin de evitar que el motorizado sea rearmado.

Establecer un tributo por la importación de estas partes, acorde a las condiciones de usados que son,  a fin de permitir a los dueños de los vehículos recuperar sus capitales.

Confiscar tanto los chasis como las carrocerías y llevarlas a fundición para recuperar la materia prima en favor del estado a fin de compensar cualquier diferencia en los impuestos a recaudarse.

Este procedimiento, además de permitir “por última vez” el perdón de quienes a sabiendas o no, infringieron la ley, será más que todo, un precedente para el futuro.

Considerando la gran cantidad de vehículos usados y más que eso, “viejos”, que circulan en Bolivia, será de mucha utilidad el stock de repuestos,  para posibilitar la circulación por un tiempo más,  de los que ya están en nuestras calles y carreteras.

Por su parte, los dueños de estos motorizados recuperaran su capital y posiblemente tendrán ganancias adicionales con la venta de estos repuestos.

 

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El Día: Bolítica

Si llega la acusación formal daremos curso a lo que dice la justicia. Nosotros en este tema no tenemos nada que ver, es un tema de la justicia".

Edwin Muñoz
Jefe de la Bancada del Mas en La Asamblea Departamental


Se dice que: En caso de que la Fiscalía solicite la suspensión del cargo de los gobernadores del Beni, Ernesto Suárez, y de Santa Cruz, Rubén Costas, los asambleístas del MAS darán curso al requerimiento fiscal en las respectivas asambleas legislativas.


Nuestros adversarios políticos intentan derrocar a Suárez y tomar la Gobernación como lo hicieron en Tarija. La democracia está en riesgo porque el MAS utiliza la justicia con fines políticos".

Fabiola Leiva
Jefe de Bancada de Primero El Beni

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El Día: El que gobierna, viaja

Durante los últimos meses se ha estado comentando sobre la inusitada pérdida de interés del presidente Morales por los viajes. Apenas dos vuelos al exterior desde diciembre del año pasado, es decir, desde que fue detenido en Panamá el ex jefe antidrogas de Bolivia, René Sanabria. Desde hace tiempo también se comenta con mucho más insistencia que quien en verdad maneja los hilos del Gobierno boliviano es el vicepresidente Álvaro García Linera, a quien se le atribuyó la responsabilidad por el “gasolinazo” y quien ha diseñado todo el plan político-jurídico de la elección de las autoridades del Órgano Judicial, que incluye, por supuesto, el desplazamiento de la Policía en el control del servicio de Identificación. García Linera es también el que hace los viajes. Acaba de llegar de Argentina, donde se entrevistó con la presidenta Cristina Fernández y en este momento ya está en Madrid, España, donde ha sido invitado por una universidad para hablar sobre la realidad nacional. Está prevista también una entrevista con el vicepresidente tercero del gobierno español, Manuel Chaves, y con el líder del Partido Socialista. La única ventaja es que el nuevo viajero no confundirá el Reino de España con una república y tampoco dirá que los aymaras lucharon contra el Imperio Romano.

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El Día: Gobierno ‘chuto’

En Bolivia vivimos inventando palabras para disfrazar la ilegalidad. “Coca excedentaria”  le decimos a la coca que es usada para fabricar cocaína y que ha sido durante los últimos 30 años el caldo de cultivo del movimiento político que hoy nos gobierna a todos. “Chutos” son los autos de contrabando, cuyos propietarios han sobornado vigilantes fronterizos, han falsificado placas, han comprado las conciencias de dirigentes campesinos y líderes de ayllus que confiesan sin ambages que son protectores del “contrabando”, actividad que fue calificada por un ex ministro de Educación (de este Gobierno, por supuesto), como un medio de supervivencia habitual de numerosas comunidades rurales, que hoy combinan este rubro con el tráfico de drogas, pues son complementarios.

¿Hace cuántos años que se declaró ilegal a la internación y comercio de ropa usada en el país? ¿Cuántas hectáreas por encima de las que mencionan las leyes hay sembradas en Bolivia? ¿Qué se hace para incorporar a la legalidad al 70 por ciento de las actividades económicas que no pagan impuestos, que no cumplen con los requisitos de sanidad ni ninguna otra norma de comercio o de seguridad, que violan leyes laborales, ordenanzas municipales y hasta penales.

El presidente Morales dice odiar la burocracia y es cada vez más notorio el desprecio que siente por las leyes. Lo dice abiertamente y lo practica con regularidad. No se entiende entonces, que casi al mismo tiempo que la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobaba la amnistía para decenas de miles (no se sabe cuántos son) de autos ilegales, el Órgano Ejecutivo lanzaba el Decreto Supremo 772 que establece nuevas restricciones a las exportaciones legales y que provocó un cuello de botella en las fronteras, obligando a retornar a muchos camiones cargados. Ni siquiera el personal de la Aduana, institución que se quejó por el “perdonazo” a los “autos chutos”, podía entender las recientes determinaciones, que agravan aún más la inseguridad jurídica y ahuyentan las inversiones legales.

Durante varias semanas previas, el anuncio de la amnistía de los “autos chutos” estuvo en boca de varios senadores que combinan sus actividades legislativas con ciertos negocios informales, mientras autoridades del área económica hacían intentos por minimizar la medida y en otros casos expresaban cierto rechazo. Esa fue la forma del Estado Plurinacional de lanzar la advertencia a los contrabandistas de que estaba por abrirse la tranquera de la ilegalidad y en consecuencia, dar el banderazo para que puedan cruzar la frontera con su mercadería.

Los que critican la falta de coherencia de un Gobierno que puso en la categoría de “delito penal” al contrabando y que supuestamente le declaró la guerra a los contrabandistas, olvidan considerar que el origen y la razón de ser de este régimen es la ilegalidad y que mientras permanezca en el poder no hará otra cosa más que consolidar este sistema de cosas.  La lucha contra la corrupción, las leyes y los decretos que restringen ciertas actividades, no son más que instrumentos destinados a destruir a los enemigos, cuya lista se ha extendido a todo aquel que insista en respetar las leyes y conducirse por el sendero de la formalidad. El instinto de supervivencia indica que el mejor camino es obviamente el que está marcando el Gobierno “chuto”. Así lo van a asimilar muchos bolivianos que hasta ayer creían que era posible evitar este descalabro.

 

Los que critican la falta de coherencia de un Gobierno que puso en la categoría de ‘delito penal’ al contrabando y que supuestamente le declaró la guerra a los contrabandistas, olvidan considerar que el origen y la razón de ser de este régimen es la ilegalidad y que mientras permanezca en el poder no hará otra cosa más que consolidar este
sistema de cosas. 

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El Día: Historia de una memoria

En diversos momentos históricos los hombres de ciencia han encontrado objetos extraños de diferente textura y forma que los han sorprendido: Una esfera de un material desconocido, una pirámide de metal o cilindros transparentes cuyo significado se ignora, de una manera similar que otras civilizaciones del futuro encontrarían un disco compacto –CD- cuya forma circular lisa les sorprendería al ignorar que contienen información que les daría una idea de lo que somos hoy. Lo que quiero decir que es importante guardar la memoria de las civilizaciones para que otros seres las entiendan y construyan el futuro. Por ello, la memoria escrita, hoy por hoy, es un tesoro a conservar.

Cómo entender, por ejemplo, aquel surrealista ejemplo de la explotación de la plata del Cerro Rico de Potosí, cuya enorme riqueza hubiera permitido construir un puente de plata desde América hasta España. Los historiadores, metodología científica mediante, podrían comprender los avatares del surgimiento de las naciones emergentes de América del Sur por medio de la interpretación de los hechos económicos suscitados en la ruta de la plata. Resulta imposible eludir el hecho que la ciudad de Potosí fue, en su momento, una urbe que albergaba más almas que la capital de Francia, París. En Potosí se comerciaban los más variados artículos procedentes de diversas regiones del mundo.

Todo ello está registrado en la ahora declarada “Memoria del  Mundo”,  que son los testimonios escritos del Fondo Documental de la Real Audiencia de La Plata, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Estos documentos informan sobre el desarrollo de las minas de plata de Potosí, entre 1561 y 1825, cuya explotación se exportó a España y Europa, constituyéndose en el primer eslabón del circuito comercial globalizado para la plata en los siglos 16 y 17. Una perla comparable al patrimonio documental de la Música americana colonial, de los siglos 16 y 17, reconocido “Memoria del Mundo” en 2007.

En todo caso se trata del rescate de la memoria colectiva de los pueblos, a partir de la memoria histórica e individual registrada en documentos que reflejan la historia cultural del Nuevo Mundo en todas sus facetas, desde sus fuentes indígenas, africanas y europeas que nos han dado características religiosas y laicas, civiles y políticas peculiares, refinadas y populares, vocales e instrumentales, místicas y dramáticas, así como también renacentistas, barrocas y clásicas. Un ejemplo más del formidable mestizaje mundial que echa por tierra posturas elitistas y clasistas, y que privilegia la universalidad de los derechos humanos y el destino común de la sufrida humanidad.

La “Memoria del Mundo” se enriquece con un patrimonio documental de importancia internacional, regional y nacional cuya preservación y acceso sin discriminación obliga a los poderes públicos a ingentes esfuerzos, en estricta colaboración con los ciudadanos y los sectores empresarial y comercial. De alguna manera, se reconstruye la historia de la memoria de los pueblos a partir de una memoria de la historia registrada por quienes fueron testigos del paso del tiempo. Quizás sea una vía para entendernos, sobre la base documental que nos demuestra que no somos totalmente occidentales ni hispánicos, ni enteramente americanos. Nos ayudará a recordar de dónde somos y a qué venimos.

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El Día: Cosas que uno ve

Santa Cruz, Aeropuerto Viru-Viru, amanecer del 24 de mayo. Inicialmente creí que se trataba de contrabandistas panameños, posiblemente narcos. Carritos y carritos de equipaje, con al menos cincuentena de inmensos bolsos herméticamente envueltos en plástico, se alineaban ante los mostradores de COPA. Los dueños, todos hombres exceptuando a dos mujeres, una negra y una local, llevaban el pelo al rape y destacaban por la musculosidad de sus cuerpos. Comerciantes no, me dije, y supe que eran soldados, soldados cubanos haciendo qué en Bolivia, no sabía.

Dos oficiales, seguro, porque ante ellos se reportaba la tropa, una docena. Aunque vestían de civil, notoria era su actitud de primates elementales como suele ser la milicada. Me intrigaba el cargamento, todo en bolsas iguales, grandes de metro y más, y altas de cincuenta centímetros. Llevaban una etiqueta que traía una especie de venado, como si fuesen aperos de cazador. Pero para qué sacarían cubanos armas de Bolivia. Lo contrario es más creíble. Era, sin lugar a dudas, contrabando de las fuerzas de cierta revolución para ingresarlas al país donde tristemente no hay nada. Qué clase de contrabando queda la pregunta, porque pienso que se podría comprar más barato en Panamá, desde donde ellos continuarían a La Habana y yo seguiría hacia Houston.

Un borrachito paceño que hacía fila conmigo comentó que aquello parecía el Desaguadero, y fotografió desde el celular. Entonces uno de los mandamases se paró, y caminó hacia él, inquisitivo aunque sin hablar. No le había gustado. Algo tenían que esconder. Era por demás rara la situación, confirmada luego que vimos pasar el cargamento directo hacia el avión, sin cuestionamientos. Creí, porque tengo derecho a creer, que quizá así es como la droga, prominente negocio de la era Morales, sale del país, y que las historias que uno y otro lado cuentan son medias historias, incluida la del general Ochoa, fusilado por Fidel, y de la que he oído una versión distinta, que citaba también a Escobar, el de Medellín.

Uno de los soldados era boliviano, por su pasaporte; oriental. A éste lo acompañaban una mujer y una niña pequeña, con documentos norteamericanos. Al iniciarse el chequeo de narcóticos, los cubanos se burlaban del agente a cargo llamándolo D’Artagnan, mientras hablaban de peleas de gallos en Jagua la Grande. Casi entablé conversación, ya que había pasado yo por allí y por Aguada, pero preferí callar y observar. Los agentes de narcóticos del estado plurinacional ponían énfasis en los dulces y los chicles, con evidente desconocimiento de causa, o porque simplemente no les interesaba. Luego entramos a preembarque y los guerreros se fueron al bar a tomar Coca Cola y tal vez ron. Cuando llegó el avión de Panamá que nos llevaría, bajaron más soldados cubanos de civil, que saludaban de detrás del vidrio a sus camaradas. Obvio que son muchos y que conforman una de las estructuras de poder del emperador iletrado. Pensé en los imbéciles militares de Bolivia bravuconeando acerca de la matanza del Che, y que fuerzas foráneas no hollarían otra vez territorio nacional. Hoy los cubanos les hacen comer desde las botas. Los generales de Bolivia se venden, y barato, como putas (con respeto de ellas).

A tiempo de subir al avión, entraron a la primera llamada. Los miré acomodados en los sillones de cuero de primera clase y asimilé la gran ventaja de pertenecer a la Revolución. La única que fue en clase económica, con el resto, fue la boliviana con su hija, mientras nos cerraban las cortinas y les servían de entrada mojitos y otras vainas. A revolución así, la de aquí y la de allá, pertenecer no quiero. Porque ni contrabandista soy, ni narco, y menos milico de tal por cual.

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El Día: De ‘chutos’ y ‘chutazos’

Hay cosas que uno a veces no logra entender, pero como alguien dijo que “la política es el arte de lo posible”, se ve forzado a hacerlo. El tema de hoy tiene que ver con una propuesta de ley por parte de un senador oficialista, para favorecer con una amnistía a los vehículos “chutos”, indocumentados —sin eufemismos— contrabandeados.

“Economía y Aduana observan la legalización de chutos”, tituló La Razón (25/05/2011) dando cuenta de su preocupación por la posible afectación a una norma que el Órgano Ejecutivo lanzara el 2008 para propiciar la importación legal de vehículos y renovar el parque automotor, vetando el ingreso de los viejos y usados que, por contaminar, son desechados en otros países. Dicha ley podría borrar con el codo lo escrito con la mano.

Según la nota, la presidente de la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) exteriorizó su preocupación no sólo porque esa iniciativa debilitaría a dicha entidad en su destacable decisión de luchar contra el flagelo del contrabando, sino porque tal señal podría deteriorar la conducta del “contribuyente cumplidor”, tornándose perversa en contra de la legalidad, repitiendo así el error de los gobiernos neoliberales que para tapar el déficit fiscal recurrían a “perdonazos” tributarios a fin de generar ingresos, así sea dando la venia a un delito.

Pero, si bien los pronunciamientos por separado del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y de la ANB tuvieron coincidencias, también se notó una diferencia: mientras la Aduana estimó que el techo podría ser de 5.000 motorizados, dado que no todo podrá ser “legalizado” (vehículos siniestrados, amolados, remarcados, robados, incautados, etc.), el portavoz del ministerio mencionó más bien 10.000 motorizados, y lo curioso fue el “esfuerzo de cálculo” que se habría hecho para determinar la recaudación que ello podría generar —cinco millones de dólares— lo que significaría, ¿un promedio de 500 dólares por “chuto”?  ¡Ojalá se confirme el mal “esfuerzo de cálculo” realizado!

Muchas dudas se ciernen sobre el tema. ¿Cuál la necesidad de premiar al ilegal y castigar al importador formal? ¿Cuántos autos usados fueron contrabandeados por el solo anuncio de la “ley perdonadora” y cuántos más entrarán ilegalmente hasta su aplicación? ¿Qué de la contaminación y del consumo adicional de combustibles que ello implicará? ¿Nadie pensó en aprovechar la situación para obligar a convertir a GNV los autos contrabandeados? ¿Se permitirá a la Aduana hacer un trabajo profesional en la valoración aduanera? ¿Querrán los contrabandistas pagar las multas? ¿Qué pasará con los autos que no se legalicen? ¿Habrá una prórroga, como la otorgada a los contrabandistas de ropa usada? ¿O se los confiscará? ¿Cómo? ¿Quién? ¡Si el sacrificado COA no tiene pisada en diversas localidades convertidas en verdaderos feudos de contrabandistas!

La historia da cuenta que cuando se premia la ilegalidad y la informalidad, las sociedades languidecen. Con razón se dice que la principal diferencia entre los países desarrollados y subdesarrollados es que en los primeros las normas son flexibles pero de aplicación rígida, mientras que en los subdesarrollados “las leyes son duras pero su aplicación es flexible”.

Con esta nueva amnistía para los “chutos”, la sensación de riesgo que había subido y preocupado a los contrabandistas bajará, pero además se premiará a los “vivos” que infringieron la ley,  y se dará un nuevo “chutazo” (patada) a quienes la respetaron.

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El Día: Páginas negras

No se olvide que los jueces han tenido un papel de primera importancia en la historia de las civilizaciones. No puede entonces confiarse la justicia en manos de militancias políticas radicales o insolventes moralmente. Esta es la cuestión que plantea la Ley del Régimen Electoral, a pesar de que el propio Evo ha insistido en que la prensa no tendrá limitación alguna para entrevistar y dar a conocer al gran público las cualidades de los postulantes a los altos puestos del órgano judicial, todavía quedan recovecos en la misma ley que exige la autorización del Tribunal Supremo Electoral para que los periodistas puedan interrogar al postulante. Así que las próximas elecciones para magistrados y jueces tendremos que votar a ciegas. Y si -como es lo más probable- sale de las urnas un Órgano Judicial impropio de un país civilizado, tendremos que acatar las decisiones de un Órgano Judicial capaz de las mayores aberraciones e injusticias.

Esta sería una de las consecuencias de la forma de gobierno que rige actualmente en el país. Si es verdad que un Estado Democrático de Derecho es el que distribuye adecuadamente las competencias estatales en los órganos legislativo, ejecutivo y judicial, la conclusión es que el régimen político del MAS está muy lejos de ser democrático.

Pongamos por ejemplo algunos hechos que enturbian la historia del gobierno masista: Me refiero a Santos Ramírez, hombre de confianza de Don Evo, ex presidente de YPFB actualmente encarcelado, imputado principal de una estafa de gran envergadura. El hecho no pudo disimularse, entre otros motivos, porque en aquella hazaña cayó asesinado el ingeniero Jorge O’Connor D’Arlach.

El segundo punto negro mayúsculo del actual Gobierno fue la captura del ex general René Sanabria detenido en Panamá por delitos graves de narcotráfico y actualmente encarcelado y juzgado en Florida (USA). Sanabria no era un cualquiera. Ocupó los cargos de jefe de la policía antinarcóticos, y luego director de la “inteligencia” de la Policía boliviana. Nadie se enteró de sus turbios negocios: Ni el Ministerio de Gobierno ni el de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción. No sigo contando el negociadillo de las placas clonadas por demasiado conocido.

Pero sí mencionaré que el reo Sanabria probablemente se acogerá a la condición de testigo protegido que, según la legislación norteamericana, puede otorgar ciertos alivios a la pena impuesta al condenado.

Con éstos y otros antecedentes, unos frescos fiscales bolivianos pretenden meter sus narices en el proceso contra Sanabria. Ni el tribunal admitirá funcionarios ajenos. Y, muy probablemente, ni el consulado estadounidense les otorgará la visa.
 

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El Día: Bolítica

Lo que sí tenemos, como corresponde, y esto es tranquilizador para los chilenos, es que las Fuerzas Armadas se encuentran en su capacidad plena para resguardar la soberanía y la integridad territorial".

Andrés Allamand
Ministro De Defensa De Chile


Se dice que: La demanda internacional de reivindicación marítima que pretende Bolivia, ha enturbiado el diálogo que venía sosteniendo con Chile sobre una agenda de 13 puntos incluido un acceso soberano al mar.


El discurso ‘bélico’ del Ministro de Defensa de Chile no coincide con lo que señala el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien dijo que la mejor forma de avanzar hacia acuerdos es el diálogo".

Rubén Saavedra
Director De Estrategia Marítima

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