El presidente acaba de engrosar el frondoso anecdotario de “evadas” que será su más seguro legado a la historia, con una serie de comentarios pintorescos sobre la reproducción y la familia en Europa, China y Bolivia.
El doctor Evo (título ganado a través de la veintena de honoris causa otorgados por sus cómplices ideológicos o encandilados románticos en diversas partes del planeta) criticó las costumbres reproductivas en Europa, cuestionando que en muchos países la gente prefiera tener mascotas antes que niños: “Ya no quieren tener hijos, sólo cuidan al ratón, gato, perro”.
Al relatar que a su paso por una ciudad europea se enteró que la población canina y felina superaba a la humana, Morales acotó que “El niño tiene que ir a la escuela, pero el perro y el gato no… (…) Por tanto, prefieren tener como acompañantes al perro y al gato y no al niño, la niña. Eso está pasando en el mundo”.
No contento con disparar sus dardos al Viejo Continente, Su Excelencia también se despachó contra China, señalando que “En algunos países, por ley, está prohibido tener más de un hijo”. El mandatario hizo una contraposición con la realidad de Bolivia, donde en su opinión “algunas casas parecen guarderías” por la cantidad de hijos.
Comprendemos que el jefe de Estado no tenga demasiado afecto por las mascotas, teniendo en cuenta que en las filas de su partido militan los Ponchos Rojos de antecedentes canicidas.
Pero nos parece que el mandatario no es precisamente alguien calificado para opinar sobre la situación de la familia en ninguna latitud, habida cuenta de los procesos que las madres de sus hijos tuvieron que seguirle para que se encargara de las pensiones alimenticias de los mismos.
Lo cierto es que Morales sigue desgastando su propia imagen a nivel internacional con este tipo de comentarios. El problema es que, al mismo tiempo, avergüenza al país entero…