Anders Behring Breivik odiaba al Papa Benedicto XVI, al que llamó "cobarde, incompetente, corrupto e ilegitimo". El terrorista noruego había propuesto un Gran Congreso Europeo del cual naciera una nueva iglesia anti-islámica. Además, fundó en 2002 una orden basada en los grados templarios de la masonería.
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