Entorno de pobreza

Economía de palabras – Humberto Vacaflor Ganam

Dice la Fundación Ethos, que opera en México, que el combate de la pobreza va mucho más allá de lo que creen los gobiernos dedicados al asistencialismo.

El ejercicio que hace esta fundación es muy interesante porque plantea el concepto de “entorno de pobreza”.



Si una familia tiene dinero porque le ha llegado, uno, dos o quince “bonos”, pero vive en un país donde no hay luz eléctrica, no hay seguridad ciudadana, y además no tiene libertad de expresión, ¿ha superado la pobreza?

Esta fundación dice que no. Y ha elaborado un ranking de ocho países de América Latina incorporando el concepto de “entorno de pobreza”.

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El informe (ethos.org.mx) se difundió al mismo tiempo que el FMI entregaba su balance de la pobreza en la región.

Mientras el FMI dice que en Bolivia la pobreza disminuyó de 35% a 26% en los últimos cuatro años, el informe de Ethos pone a Bolivia en el último lugar de su escala.

Mauricio Rodas, ejecutivo de Ethos, hablando en CNN en español, dijo que el estudio permitió establecer que los países donde los gobiernos hablan más sobre el combate a la pobreza son los que peores resultados tuvieron.

Los últimos tres puestos de esta calificación son para Ecuador, Venezuela y Bolivia, en este orden.

En Venezuela hay quince “bonos” que entrega el gobierno a la población, pero no hay luz eléctrica segura y es el país con mayor inseguridad ciudadana en la región.

Chile y Costa Rica son los países mejor calificados en el estudio de Ethos. Sus gobiernos no hablan mucho sobre el combate a la pobreza, pero aplican políticas que alientan la creación de empleos.

Son países, estos últimos, donde los gobiernos no se dedican a controlar los medios de comunicación, sino a gobernar. Y en esos países se tiene un menor “entorno de pobreza” que en aquellos donde se privilegia la propaganda y se descuida la gestión.

El informe incorpora, en efecto, la libertad de expresión como un elemento esencial en la lucha contra la pobreza. Los países peor calificados en el estudio son, casualmente, lo que más golpes han dado en la región a la libertad de expresión.