La sensación de cambio y el proceso de cambios


María Teresa Zegada*

Maria_T_Zegada_C_thumb En el mundo de lo social y lo político, las percepciones de la gente son tan importantes como los datos socio económicos, lo decía el constructivismo y sus tributarios en las ciencias sociales y políticas, y lo demuestra la realidad.

Sin embargo, no hay que olvidar que las percepciones pueden cambiar súbitamente justamente por su carácter subjetivo, esa es su virtud pero al mismo tiempo se convierte en su punto vulnerable.



Hace pocos días se presentaron en La Paz los resultados de una encuesta sobre percepciones que se viene aplicando en Bolivia y en otros países de América Latina desde hace aproximadamente 15 años, se trata del Latinobarómetro, en que se comparan en el tiempo y en el espacio los resultados de la percepción de la gente sobre la situación económica, social y política de cada país.

Resulta absolutamente relevante el significado que ha adquirido en el imaginario social la llegada del MAS al Gobierno, momento que se convierte en un hito insoslayable –marca un antes y un después- en la percepción de la gente. Observemos algunas variables: el apoyo a la democracia sube de 45% el 2004 a 62% el 2006, del mismo modo la confianza en la democracia subió de 42% el 2003 a 63% el 2006, esto se explica por la sensación generada con el proceso de cambio no sólo de inclusión y participación social, sino de esperanza de mejores condiciones de vida.

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Pero al mismo tiempo, este importante apoyo a la democracia constituye un llamado de atención al Gobierno en sentido de que la gente aprueba la forma en que el MAS accedió al poder y marca su derrotero futuro: la preservación de la democracia.

Sin embargo, otra variable que se denomina “satisfacción con la democracia”, ligada a indicadores económicos como el ingreso per cápita, relativiza este apoyo.

Del mismo modo, el estudio revela una amplia sensación de que el Estado en la gestión de Evo Morales es capaz de resolver los problemas, a diferencia del periodo anterior al 2005 en que en un 69% la población percibía que el Estado carecía de dicha capacidad, este dato también compromete la responsabilidad administrativa del Gobierno con este proceso.

Por último, otro grupo de variables interesantes gira en torno a las preocupaciones más importantes de la gente, que son sin duda las económicas.

En perspectiva histórica se mantienen como las principales preocupaciones de la gente en las casi dos últimas décadas, así en los años 90 la preocupación por el desempleo era de 16%, y en el 2010 sube al 21%, en tanto que la pobreza hace 15 años era del 7% y asciende el 2010 al 10%, las subidas y bajadas intermedias están sobre todo ligadas al predominio de otras preocupaciones circunstancialmente más relevantes como la política y la conflictividad.

Es también destacable la sensación de que la distribución de la riqueza es más justa en los últimos años, mientras el 2002 era del 11%, el 2009 llegó a 34%, descendiendo nuevamente el 2010, año que marca un punto de inflexión en distintas variables que experimentan un marcado descenso, que tendrá que ser motivo de evaluación por parte de los actuales protagonistas del Estado.

*Socióloga

Página Siete – La Paz