Nueva reglamentación tributaria frena espectáculos en Bolivia

Abelardo Suárez*

ABELARDO OK Recientemente llamó la atención que, de manera imprevista se suspendieron varios espectáculos anunciados en Bolivia para los meses de Junio y Julio. Los más llamativos: la gira de AB Quintanilla (ex Kumbia King) por varias ciudades del país; los tres conciertos de Enrique Iglesias y el concierto de Noel Schajris (ex Sin Banderas) en La Paz. También salieron de cartelera algunos eventos como: shows infantiles, conocidos disertantes y capacitadores internacionales. Curiosamente también desistieron incluso eventos de apoyo social sin fines de lucro…

¿El motivo?



El 20 de mayo el Servicio de Impuestos Nacionales dispuso la vigencia de una nueva directiva impositiva que, sin afectar las alícuotas tributarias que son las mismas para la mayoría de los regímenes económicos, establece una serie de pasos previos, garantías y trámites burocráticos para la autorización de venta de entradas a espectáculos públicos.

¿Qué dispone esta nueva directiva?

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Conocida como Procedimiento Tributario para Espectáculos Públicos, básicamente es un sistema de autorización previa a la realización del espectáculo público, que, por la vía del procedimiento administrativo obliga tramitar desproporcionadas garantías bancarias sobre los potenciales tributos a generarse, e, implica un control excesivo e inequitativo del negocio con relación a otras actividades.

La nueva directiva presume que la totalidad de boletos puestos a la venta para cualquier espectáculo será vendida, y exige, una garantía del 220 % del monto máximo posible de tributos (Impuesto al Valor Agregado e Impuesto a las Transacciones) la que debe garantizarse antes como paso previo para conceder la autorización de venta de boletos, además de otros trámites administrativos.

En condiciones normales, esto supone montos mayores que el propio costo del artista, que sumado a los pagos obligatorios de Sobodaycom (Sociedad Boliviana de Autores y Compositores), mas las tasas locales de Espectáculos Públicos y aranceles sobre el contrato del artista, realmente eleva de el costo de los eventos en más de 300%.

A ojos de cualquier productor o empresario de espectáculos, esto deja de ser un negocio, ya de por sí muy riesgoso (he visto empresarios arruinarse porque el día de su concierto simplemente llovió lo suficiente para ahuyentar al público, amén de otros riesgos)

Rescatando historia reciente, desde el año 2005 se comienza a dinamizar el mercado de los espectáculos artísticos internacionales en Bolivia. Gracias a diferentes iniciativas privadas, poco a poco se logró profesionalizar el rubro, de manera tal, que se crearon muchas empresas especializadas proveedoras de servicios para eventos y espectáculos: Productoras, Sonido, Iluminación, Venta de boletos, Armado de Escenarios, Vallados de seguridad, Guardias y Personal de Seguridad, Video Leds, Backline, Pantallas Gigantes, Toldos, Estructuras, Catering, Protectores de césped para campos deportivos, etc. Todas con importantes inversiones.

Gracias a este entorno profesional, cada vez mayor y mejor formado, se desarrollaron producciones serias y responsables, que los artistas internacionales, en gira por Latinoamérica, sean latinos residentes en los EEUU o argentinos, brasileños, centroamericanos o algunos pocos europeos, comenzaron a incluir a Bolivia en sus destinos.

Bolivia logró credibilidad y confianza de bookers y managers de artistas de diversas tallas y prestigios. Inclusive empresas internacionales fijaron agencias o sociedades bolivianas para producir espectáculos en el mercado de este país. Un nuevo giro comercio se estableció y lo hizo con mayor fortaleza en el oriente boliviano, en la capital económica que es la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, ciudad que ha experimentado un explosivo crecimiento económico y poblacional, pasando de 50.000 habitantes a mediados del siglo pasado a cerca de dos millones en la década actual. Igualmente, la contribución de esta ciudad y su departamento al PIB boliviano pasó de un solo dígito a más del 40% del PIB nacional actual.

Contando con una población mayoritariamente juvenil, el mercado cruceño es el adecuado para la masiva concurrencia a espectáculos musicales. Es así que por vez primera en Bolivia y solamente en Santa Cruz, actuaron en los últimos años artistas de talla mundial como la colombiana Shakira, los mexicanos Vicente Fernández y Luis Miguel, los españoles Enrique Iglesias y Alejandro Sanz, El Megateatro argentino Floricienta, el portorriqueño Marc Anthony o se tuvieron fiestas electrónicas multitudinarias como la que protagonizó como DJ principal el afamado francés David Guetta entre otros

Por supuesto que un movimiento económico tan importante como este, y sobre todo, con tanta luminaria y atracción mediática iba a llamar la atención del Estado y sus organismos reguladores, que por falta de conocimiento del rubro, han reglamentado a ciegas, de forma que a ojos de cualquier productor o empresario de espectáculos, esto deja de ser una posibilidad de negocio y, con seguridad, orientarán sus inversiones en países vecinos, o, en otras actividades o giros comerciales

A todas luces, esto le plantea dos problemas a la economía nacional. Por un lado, muchos capitales que eran invertidos en Bolivia se va trasladar a otros países, lo que ya está comenzando a suceder por las informaciones recientes. Lo cual es preocupante. Por otro lado, y más preocupante: que pasa con las muchas empresas establecidas para dar servicios a los productores de espectáculos? Muchas de ellas con frondosas planillas de trabajadores, que poco a poco tendrán que desmembrarse y engrosar las huestes de desempleados.

De manera indirecta también sentirán el efecto, empresas como hoteles, centros de convenciones, estadios, líneas aéreas, agencias de viajes, ferias, transportes especializados, Sociedad de Artistas y Compositores, y fundamentalmente el SIN (Servicio de Impuestos Internos), además de un largo etcétera.

Llama la atención que el SIN reglamente de tal forma que ahuyenta las inversiones, supuestamente so pretexto de asegurar ingresos por tributos, cuando actualmente está en boca de todos, el caso emblemático de la nacionalizada empresa de telecomunicaciones, que adeuda más de un mil millones de bolivianos (140 millones de dólares) en impuestos y que aparentemente le serán condonados. Hacen falta muchos espectáculos de pleno éxito, para recaudar semejante cifra.

Sin entrar en consideraciones políticas, con mis casi treinta años trabajando en el rubro, creo que, de la misma manera que el reglamento de transporte se debe consensuar con los transportistas, conocedores de su mundo y su actividad, igualmente el reglamento de Espectáculos públicos debe ser socializado con los actores de esta actividad económica, de forma que, en cualquier caso, se garantice la legal tributación y a su vez correcto control de este importante giro comercial. Espero que el directorio del SIN tenga la mentalidad abierta para adecuar con realismo este reglamento en beneficio de la economía nacional

*Gerente General de Sonilum

Revista Música & Mercado