Vicealmirante Ismael Schabib
Durante la semana que termina, una de las noticias que ocupó la atención de la opinión pública nacional fue el caso del ex–sub Gobernador de la Provincia cruceña Germán Busch, el Sr. Sebastián Hurtado, obligado a renunciar de su cargo acusado de racismo, por haber manifestado que los ayoreos se han vuelto una “lacra” para la sociedad, y algunos medios de comunicación se han lucido repitiendo esta palabra, sacándola del contexto de las declaraciones de este ciudadano, que lo único que hizo fue reflexionar sobre la situación lamentable en que se encuentran los integrantes de esa etnia, mostrar su preocupación por el estado de abandono. Seguramente que su error fue generalizar. Manifestó que se han dedicado a la vagancia, a la bebida, con el agravante de que ahora coquean… y se refirió a la coca como “maldita”… comentó que la situación de los ayoreos en el Paraguay es diferente, que en ese país viven mejor que en Bolivia, que desde la dictadura del general Alfredo Stroessner se habían tomado acciones a favor de ellos… señaló que era hora de hacer algo para que mejore su situación.
Las medidas que tomó la Revolución Nacional, después del 52, a favor de los humildes, tuvo más impacto positivo en el occidente que en el Oriente del país, los más favorecidos fueron los aimaras y los quechuas, los guaranís en sus diferentes clanes no recibieron el mismo beneficio al igual que el resto de los habitantes de las tierras bajas, pues se encontraban muy “lejos” del escenario donde se llevaron a cabo los históricos episodios. Las medidas revolucionarias que tomó el MNR no se hicieron sentir en estas latitudes con la misma efectividad que en el Occidente, no sólo por la distancia, sino porque la realidad de los indígenas y de la sociedad en general de las tierras bajas era diferente, y lo sigue siendo, el caso de los ayoreos es la prueba. El Estado boliviano, pareciera, nunca delineó una política para mejorar la calidad de vida de las personas nativas que habitaban en la selva, en tribus o clanes. En el Occidente el campesino vivía agrupado en comunidades, en poblaciones organizadas, en el oriente el indígena vivía disperso en la naturaleza, en el Oriente no había Estado, la sociedad vivía en una especie de autarquía obligada por las circunstancias, dicho con precisión, las líneas de tensión del Estado, a través de las cuales se gobierna eran muy débiles, no se hacían sentir.
En el Oriente, la mejor ayuda recibida por las diferentes etnias o clanes fue de parte de la iglesia católica y de los misioneros americanos y europeos, a quienes el populismo y la politiquería les pagó mal porque fueron expulsados de Bolivia, acusados de hacer experimentos de toda clase con ellos, cuando en realidad eran más solidarios que los mismos bolivianos, tal el caso emblemático de la ciudadela “Tomichucua” en el Beni, próximo a Riberalta. Estas gentes bendecidas por Dios, supieron valorar la cultura de nuestras etnias, les enseñaron a vivir mejor, incluso los misioneros aprendieron su dialecto para poder interactuar con ellos.
En este gobierno, se esgrime el discurso de que con la llegada al poder de un líder indígena, se gobierna para mejorar las condiciones de la gente más humilde, sin embargo se observa racismo, predilección por lo Aimara, hegemonía del Aimara y se percibe también que el indígena del oriente, está tomado en cuenta como relleno, no es un actor importante en el masismo, porque mientras campesinos y campesinas de Occidente ocupan cargos importantes como Ministros de Estado los Guaranís, de cualquiera de sus clanes, están ausentes.
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Retornando al caso del Sr. Sebastián Hurtado, analicemos algunas de sus palabras, empezando por lacra, el diccionario “pequeño Larousse ilustrado” dice textualmente: “señal que deja una enfermedad….// Defecto, tara, vicio// Ulcera, llaga.
En el contexto del comentario del Sr. Hurtado, se utilizó lacra como sinónimo de vicio, “los ayoreos pasan el tiempo sin trabajar, tomando bebidas alcohólicas y coqueando”, Respecto del término racismo, el mismo diccionario Larrousse dice: “Teoría que sostiene la preeminencia de ciertas razas sobre otras”. ¿El Sr. Hurtado dijo algo sobre de este asunto? No. Sin embargo el Sr. Lic. Dn. Álvaro García Linera, Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, en su obra “Autonomías Regionales Indígenas y Estado Multicultural” en la Pág. 180, dice textualmente: “A diferencia del resto de las identidades indígenas, la aymara ha creado desde décadas atrás élites culturales capaces de dar pié a estructuras discursivas con la fuerza de reinventar una historia autónoma que ancla en el pasado la búsqueda de un porvenir autónomo, un sistema de movilización sindical, en torno a estas creencias políticas y, recientemente, un liderazgo con capacidad de dar cuerpo político visible a la etnicidad”. Me parece una media verdad en la que encuentro un profundo contenido racista, no hay odios más mortales en la sociedad que cuando se mezcla la política con la raza y la religión, recuerden Bosnia, la Guerra civil de Yugoslavia, y porqué Milosevic y compañía fueron acusados de genocidas. Recuerden qué hicieron los croatas, y serbios con los bosnios. Recuerden cómo tratan los talibanes a las mujeres.
Lo lamentable en este asunto no ha sido solamente la actitud irresponsable de los medios de comunicación que desvirtuaron la preocupación del ex -sub Gobernador, repitiendo la palabra “lacra” como eco en sus micrófonos, sino que lo mostraron hasta el cansancio siendo objeto de humillación en la sede de los ayoreos, donde se había hecho presente para pedir disculpas, hecho que tampoco fue justipreciado. De esta observación se salva el Sr. Periodista del programa a “Todo pulmón”, de la Cadena “A”, que hizo un esfuerzo por mostrarse imparcial cuando entrevistó al susodicho.
Con el respeto y aprecio que siento por los profesionales de la comunicación social, quisiera decir que, me parece se han prestado al juego de la demagogia y el populismo (no todos, obviamente)
Creo que el verdadero pecado del Sr. Sebastián Hurtado, que no percibieron los periodistas, fue haber dicho sin pelos en la lengua: “la coca maldita”. Porque los verdaderos racistas nos quieren imponer la cultura de que la coca es sagrada, cuando está claro, que coca es cocaína, porque el efecto de los precursores en el proceso de elaboración de cocaína es sólo quitar el alcaloide de la membrana de la hoja. Quitarle la cocaína a la hoja de coca.
El gobierno se salió con la suya, y los medios de comunicación, “sin querer queriendo” le siguieron el juego, el Sr. Sebastián Hurtado dejó el cargo sumido en el desprestigio. Ganó la coca. La coca es intocable.