Venezuela: batalla oficialista por el poder sucesorio

adan-chavez Una sórdida lucha subterránea por el control de espacios y por ubicarse en un lugar de privilegio en caso de sucesión se desató desde hace algunas semanas, cuando comenzaron los rumores sobre la salud del presidente Hugo Chávez.

Ahora, con la confirmación de que “el comandante” lucha contra el cáncer, los movimientos en ese sentido están a la orden del día.

De nada sirve que el vicepresidente Elías Jaua, un hombre sin poder real dentro del chavismo, lance un mensaje de “unidad” en el gobierno, ni las marchas de apoyo al mandatario y demostraciones de fuerza y cohesión. “No faltan los que ya se ven ungidos, aunque sea por una temporadita, al frente del gobierno”, explica un ex integrante del gobierno chavista hoy en la disidencia, quien, en diálogo telefónico con EL UNIVERSAL, sostiene que “no son nuevos aquellos que pugnan por un chavismo sin Chávez”.



Uno de ellos es el asambleísta, ex gobernador de Miranda y ex vicepresidente, Diosdado Cabello.

“Es el que está más callado, el que supo acumular más poder y el que si hay un movimiento interno ante una eventualidad del ‘Comandante’, buscará tomar el liderazgo”, explica un colega suyo en el bloque oficialista de la Asamblea.

El lunes, el gobernador de Barinas, Adán Chávez (foto), hermano mayor y primer ideólogo del presidente, hizo declaraciones por demás fuertes: “No habría que descartar la lucha armada como camino revolucionario…”, advirtió. A decir del analista y ex ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, el mensaje de Adán “no estaba destinado ni a la oposición ni a los enemigos de la revolución, sino a la tropa propia, aquellos que comenzaron a aspirar a cosas que con Chávez en buen estado y en su despacho no se hubiesen ni atrevido”.

“En un primer momento, la confusión sobre el estado de salud del presidente alcanzó a los mismos líderes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Comenzaron los codazos y se intensificó la lucha interna entre una rama militar y la civil dentro del partido. Son varios los que tiene su cuota de poder, pero ninguno con una llegada sobre la gente como Chávez, por eso la advertencia de Adán”, explicó.

Lo cierto es que, si Chávez tuviera que ser reemplazado, “él mismo marcará el camino”, reconoce un diputado chavista de alto perfil en la Asamblea Nacional. Entre los candidatos con más posibilidades aparece, además de Cabello (liderando el sector militar, ya que viene acompañando a Chávez desde el inicio de Movimiento Bolivariano 2000), el canciller Nicolás Maduro, quien controla buena parte del bloque de diputados gracias a la influencia de su esposa, Clilia Flores, ex presidenta de la Asamblea.

No son los únicos. El ministro de Energía, Rafael Ramírez, posee el poder sobre la “caja” de PDVSA, la petrolera estatal, y Fernando Soto Rojas, un viejo militante de la izquierda, es un referente de los sectores más radicales del oficialismo, pero también más éticos.

Pero todos los ojos, ante una virtual sucesión o prolongación del reposo presidencial, se dirigen a Adán Chávez, el hombre que encaminó al hoy jefe de Estado por los caminos de la política.

“Tiene el apellido Chávez; sin embargo, se duda que tenga la capacidad de mantener unificado al partido. Sólo se puede observar incertidumbre sin Chávez al timón”, explica el analista José Vicente Carrasquero.

Nadie espera que en los próximos días esas pujas mermen, sino por el contrario, como dice Petkoff, “aumentarán”, aunque ninguno ha decodificado, a ciencia cierta, si el mensaje que dio Chávez desde la Habana significa que se mantendrá en “el campo de batalla” o regresará a “cuarteles de invierno”. Sólo Chávez marcará el ritmo de la pelea sucesoria.

El Universal