Álvaro Riveros Tejada
Al titular el presente artículo, más que en el libro de Andrés Oppenheimer que tiene el mismo epígrafe, pensé en esa vieja sentencia que reza cuando alguien dice mentiras: “está contando cuentos chinos”.
Tal ocurrencia viene a cuenta por la insólita profusión de alusiones que se ha hecho últimamente al coloso asiático, especialmente a raíz del viaje de S.E. a esa república, a la cual se le ha conferido el extraño título de “socio vitalicio de Bolivia” a tiempo de expresar que el capitalismo no es una solución para el mundo, ignorando que sus anfitriones han ingresado en la órbita del más secante capitalismo desde hace más de una década.
Sin embargo, al margen de esos eufemismos políticos, nos detenemos ante los proyectos que S.E. debió plantearle a Hu Jintao y que podrían llenar una canasta de pedidos navideños, que van desde un satélite de 300 millones de dólares, pasando por un puerto marítimo en Ilo-Perú, hasta un tren que una Santa Cruz con ese puerto.
Entretanto, el país se estremece ante protestas que amenazan despertar a S.E. de sus plácidos sueños y llevarnos a una realidad más concreta. Se inicia la marcha de los indígenas que partiendo desde Trinidad se dirige hacia la ciudad de La Paz reclamando por el corte que se pretende realizar en la yugular del territorio indígena y parque nacional (TIPNIS), con la amenaza de convertirlo en un vasto centro cocalero. La atenuante que señala el gobierno para realizar este proyecto, es que no se ha diseñado todavía el trazo de la segunda fase de dicha arteria, lo que pone en duda la seriedad y capacidad del gobierno brasilero que ha aprobado un crédito, ha contratado una empresa ejecutora y ha desembolsado el dinero, sin contar con tan indispensable requisito. No quisiéramos pensar que la existencia de petróleo en dicha zona de conflicto, o la enorme cantidad de madera preciosa que en ella será cortada, haya hecho soslayar a los brasileros tales trámites burocráticos.
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Por su parte, Potosí ha decretado un nuevo ciclo de protestas ante los compromisos gubernamentales formulados hace un año y que no se han cumplido hasta la fecha y algo similar ocurre con la vecina ciudad de El Alto, donde ya se ha decretado un paro indefinido desde esta misma mañana.
Es curioso que todos estos movimientos sociales tengan como común denominador a elementos que otrora eran los más firmes bastiones de apoyo al MAS. Ello nos lleva a pensar que éstos, al haber ingresado a engrosar la clase media de la nación- como afirma el gobierno- han comenzado a sufrir todos los problemas que ésta enfrenta, como: racionamiento de energía eléctrica, cortes de agua, incremento en los precios de los alimentos y otras carestías que crecen proporcionalmente al auge del narcotráfico, del contrabando y de los mega proyectos que no dejan de ser simples cuentos chinos.