Ismael Schabib Montero*
La opinión pública nacional e internacional sabe que el centro irradiador del narcotráfico en nuestro país es el Chapare, porque es el área geográfica donde se siembra la coca destinada, en su mayor porcentaje, a la elaboración de cocaína, lugar donde el Sr. Presidente tiene su mayor base de sustentación política, otra región importante son los yungas paceños, con la diferencia que es un área conocida como de siembra tradicional, donde se cultiva la mejor coca para el consumo medicinal y para la masticación o “acullico”, pero también es un lugar donde existen señales claras de coca excedentaria destinada a esta ilícita actividad.
Por cultura médica elemental, se sabe que el cáncer empieza en un punto irradiador de las células malignas y que los médicos (oncólogos), para tratarlo concentran su atención en ese lugar para extirpar el tumor quirúrgicamente, neutralizarlo mediante sesiones de radioterapia y/o quimioterapia, el punto irradiador puede ser cualquier órgano de nuestro cuerpo. Se entiende por metástasis cuando las células cancerosas que circulan por el torrente sanguíneo ya han invadido o tomado otros órganos y, la enfermedad es terminal, cuando esa malignidad hace imposible el funcionamiento del cuerpo humano en su conjunto, no se puede tratar y la muerte es inminente.
Si por pedagogía hacemos una comparación del narcotráfico con esa mortal enfermedad, el centro irradiador del cáncer del narcotráfico en Bolivia, es el Chapare.
Entonces, elementalmente se puede deducir que para que el narcotráfico, por lo menos sea neutralizado, se lo debe combatir con mayor esfuerzo en el Chapare, no hay por donde perderse y esto es algo que ya se dio, no sólo cuando se lo combatía con cierta eficiencia, sino cuando se llegó a casi coca cero, uno de los que entonces fungió como Ministro de Gobierno fue, el Ing. Guillermo Fortún Suarez, persona de avanzada edad, ahora preso en el panóptico, otro exitoso Ministro de Gobierno de esa gestión fue el Sr. Guido Nayar, perseguido, acusado de terrorismo y el Sr. Leopoldo Fernández preso, acusado de genocidio. ¿Será casualidad? ¿Será la venganza de la coca?
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La expansión de los cocales, equivalente a metástasis, es innegable, áreas protegidas como el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure, están amenazados por esta malignidad, ahora es el centro de atención de la opinión pública nacional por la construcción de una carretera que tendría que partir desde Villa Tunari (zona roja de narcotráfico en el Dpto. de Cochabamba) hasta San Ignacio, Capital de la Provincia Moxos del Departamento del Beni, donde uno de los óbices es el temor justificado de los indígenas y la opinión pública nacional de que en este parque se siembre más coca ilegal, usando esta vía para desplazarse, al margen del costo medioambiental por la construcción de la carretera misma. Otros parques nacionales ya han sido invadidos por esta siembra maligna.
Hemos sido sorprendidos en esta semana con un video que están pasando los medios televisivos, donde se muestra actividad del narcotráfico en el extremo Norte del país, en la ciudad de Cobija la Capital de Pando y en la región colindante del Brasil. Pando es un Departamento tomado por el Gobierno a sangre y fuego, y donde periodistas brasileños han puesto en evidencia la facilidad con la que se vende cocaína, donde una mujer colaborada por su hijo menor de edad, es una de las que se dedica a esta maligna actividad. El cáncer del narcotráfico hace metástasis también en Pando, con el agravante que ese girón patrio, además, es puente para transportar cocaína desde el Perú al Brasil. La situación del Departamento en su conjunto es peor que la de cualquier otra región por que es el órgano más frágil y vulnerable del Estado boliviano, por su escasa población y la presencia de malos extranjeros.
En realidad el narcotráfico se ha extendido por todo el país, este cáncer ha hecho metástasis en todo el organismo geográfico llamado Estado boliviano, que no debiera tener una muerte física, sino moral y ética, ser un narco Estado, ¿Qué podemos esperar del futuro de ese menor de edad que ayuda a su madre en Cobija a vender cocaína y como él, otros?
Las señales que da el gobierno son totalmente contradictorias en la cruzada contra este cáncer, van en dirección contraria a alguna política de curación, más parece de fomento a la enfermedad, el Sr. Presidente del Estado Plurinacional, Dn. Evo Morales, es el presidente de las federaciones de cocaleros, de los que hacen la siembra de células malignas, se siembra más coca, los órganos de interdicción no operan en el centro irradiador de este cáncer, en el Chapare, no se extirpa el tumor, al contrario se expulsa a la DEA a nombre de la dignidad nacional, (nos quedamos sin oncólogos extranjeros), ¡qué paradoja! y a parte del país en su conjunto la más perjudicada con la expulsión de la DEA es nuestra Policía, porque no tiene un contrapeso, un control, nunca antes a este gobierno el Policía boliviano ha estado tan expuesto para corromperse, máxime si están politizados hasta el cuello con el “proyecto del cambio”, los “oncólogos bolivianos”, como el Gral. Sanabria, ya tienen cáncer, son narcotraficantes.
¿Se quiere curar al paciente, al Estado Boliviano? ¿Se lo quiere matar? ¿Bolivia es un paciente terminal? ¿Somos un narco Estado? Lo real es que nuestra sociedad está inerme.
*Vicealmirante de la República de Bolivia