El conflicto político en Siria se está transformando en algo más: empieza a ser una colisión entre comunidades religiosas. Recientemente, madres como Nizha Ali Ibrahim han sufrido en carne propia el látigo de la violencia por estos motivos. La mujer, que perdió a su hijo, confiesa que no entiende por qué fue asesinado: era empleado de una tienda y su único crimen consistía en ser alauí.
Fuente: ActualidadRT
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