Evo Morales. En un momento crucial de su relación con los pueblos indígenas, que todavía amenazan con iniciar el 15 de agosto una marcha contra el proyecto vial que cruzará el TIPNIS, el Presidente del Estado se sincera y considera que sus hermanos no pueden objetar el desarrollo y la integración. A su vez, cuestiona el influjo de algunas organizaciones no gubernamentales en la acción de los dirigentes. A algunos de éstos los culpa y a las bases las exonera.
La Razón
Evo Morales Ayma
Nació: 26.10.1959 Profesión: Agricultor Cargo: Presidente del Estado Plurinacional Agenda Evo Morales es un tipo aparentemente aficionado por los viajes. Una hora después de esta entrevista en La Paz, el jueves, estaba en Sucre, desde donde gobernó por tres días el país. Viaja constantemente en avión presidencial y helicóptero por varias ciudades y pueblos del país.
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Aún firme en su posición, el presidente Evo Morales considera que el proyecto vial que cruzará el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) no será la excepción en el mundo, aunque dice que una eventual consulta con los pueblos indígenas no será vinculante.
El Mandatario habló del tema en la entrevista exclusiva que ayer adelantó La Razón. En ella, además, sostiene que los dirigentes deberían entender que el desarrollo, vial o hidroeléctrico, con menor afectación posible al medio ambiente, y la integración, también son importantes.
— ¿Cuál es su valoración de los costos ecológicos que acarrean los proyectos de gran tamaño?
— Yo he llegado a la conclusión de que cualquier proyecto de exploración, construcción o electrificación, tiene un efecto ecológico. Las consultas son para ver cómo hacemos que el efecto no sea mayor. Las consultas se deben hacer con la gente que vive en el lugar, con los involucrados, directamente, para ver cómo aminorar el impacto.
Por ejemplo, en el tema de la doble vía La Paz-Oruro, yo planteo que a los lados de la carretera se debería acompañar con arborización. Así, algunos efectos de la construcción se compensan con otras medidas.
Entonces, que los comunarios nos digan cuáles son los problemas y cómo podemos evitar una mayor afectación. Pero no podemos evitar la integración para los pueblos.
Para mí, lo que más afecta el medio ambiente son las termoeléctricas; pero de emergencia, para evitar que no falte energía, tenemos que instalar termoeléctricas.
La hidroeléctrica más avanzada es la de Cachuela Esperanza, para generar 1.000 megavatios (MW); tiene estudio a diseño final, pero todavía no tenemos socios. Además, estamos conversando sobre la hidroeléctrica de El Bala, que puede producir hasta 3.000 MW y puede costar 3.000 millones de dólares o 4.000 millones de dólares. ¿Por qué le vamos a tener miedo a esa inversión si nos puede convertir en exportadores de energía? Claro, sin descuidar otras formas de generar energía limpia, como la eólica.
Yo conozco a dirigentes campesinos de organizaciones internacionales, algunos se oponen a la construcción de carreteras o de hidroeléctricas, pero lo que piensan los dirigentes no es lo que piensan las bases. Compañeros que no tienen servicio de electricidad están pidiendo que les llegue.
¿De dónde más podemos generar energía? Las fuentes eólicas, los paneles solares no son suficientes. Hemos distribuido miles por el campo, pero no es suficiente. Estamos hablando de pequeños empresarios, de familias que aumentan su consumo…
De manera general, seamos sinceros, en cualquier proyecto, lo que hay que evitar es que tenga mayores efectos.
— ¿Existe la posibilidad de otras alternativas que no atraviesen el Parque Isiboro-Sécure?
— Dígame cuáles serían. No hay alternativa. Se trata de que la entrada del occidente al oriente del país se haga por tres caminos. La salida de la Amazonía hacia los Andes tenga tres líneas, hasta ahora sólo está consolidado el camino por Santa Cruz hacia Trinidad.
El Plan General de Integración tiene una ruta desde La Paz, por Caranavi y Rurrenabaque, y luego hacia el norte hasta Cobija, Riberalta y Guayaramerín. La segunda entrada a la Amazonía es Cochabamba-Beni, que se resume en el tramo Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
¿Para qué desviarse por Santa Cruz para llegar a Beni? Este camino acorta el viaje entre Cochabamba y La Paz de 800 kilómetros a 300 kilómetros.
Lamento mucho que algunos hermanos conviertan en negocio su movilización. Ahí, mi gran satisfacción son las Seis Federaciones del Trópico cochabambino; nunca han dependido de las organizaciones no gubernamentales (ONG), de partidos, ni de empresarios. Nuestra lucha siempre fue autofinanciada.
Cuando algunos hermanos pretenden que las marchas sean por razones económicas… Las comunidades, la gente que vive en esa zona, está muy de acuerdo con la carretera. Puede tener sus riesgos el proyecto, cómo evitar que entre más gente en esos 60 km, que supuestamente es tierra virgen, lo cual es mentira, porque una empresa del exsenador (Wálter) Guiteras saqueó la madera en combinación con algunos exdirigentes como Marcial Fabricano. Los dirigentes departamentales saben cómo algunos empresarios sacaron madera del Parque Isiboro Sécure.
Valga la ocasión para aclarar: en 1988, ya un 7% y 8% del Parque tenía asentamientos; el gobierno de Víctor Paz Estenssoro los sacó a todos. Al gobierno de Jaime Paz Zamora se le planteó que las federaciones controláramos que nadie más entrara al Parque. Desde entonces, nadie más se ha asentado.
Antes de eso, en 1930, el gran gamonal del Estaño Simón I. Patiño ya había proyectado un tren Cochabamba-Trinidad. La prueba es Puerto Patiño; hasta ese punto pudieron avanzar los técnicos de Patiño, pero regresaron. Es un proyecto que ya tiene tiempo; data del auge del estaño.
Además, las instituciones del departamento de Cochabamba sacaron el año pasado una solicitada en el diario Los Tiempos diciendo que “hemos esperado este camino desde el año 1826”. Es un proyecto que muchos quieren. No es posible que algunos hermanos indígenas, influenciados por ONG, por fundaciones, se opongan a un proyecto de integración del oriente con el occidente; es una cuestión de desarrollo.
Estoy sorprendido; queremos conversar, pero nos quieren chantajear. En su última marcha, la CIDOB (Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente) decía que si le dábamos la ABT (Autoridad de Fiscalización de Bosques y Tierras) dejaban de marchar. La ABT es la autoridad responsable de la madera. Nos plantearon que todos los parques y reservas pasen a manos de la CIDOB. Pero éstos son propiedad del Estado.
También, varias ONG sacaron un documento que dice: Amazonía sin petróleo. Mi respuesta fue que entonces también podríamos tapar los pozos del Chaco boliviano, y ¿de qué va a vivir Bolivia?
Digo yo, ¿cómo mis hermanos pueden oponerse a que se explore en busca de más petróleo, a que haya integración con caminos o a que se construyan hidroeléctricas?
Las consultas se van a hacer, pero revisemos los acuerdos internacionales o la misma Constitución; las consultas no son vinculantes. No nos engañemos, son para que haya menos contaminación por un proyecto, pero no son para que las empresas que buscan petróleo, o el Estado, sean chantajeados o extorsionados. Y luego les ponen 15 ó 20 millones y ya.
¿Para qué vale la consulta?
Ahora, qué nos plantearon algunos compañeros: que en esos 60 kilómetros del TIPNIS, por medio de una ley, se prohíba que haya nuevos asentamientos en la ruta.
¿En qué parte del mundo nunca ha pasado una carretera por un parque nacional? Evidentemente, eso se tiene que hacer con normas. Si yo fuera dirigente indígena de la zona, realmente aprovecharía el camino para desarrollar el turismo ecológico.
Hay familias que están muy de acuerdo, nos piden que el camino, en lugar de hacer una línea recta, pase por sus comunidades.
— ¿En qué momento está la relación Gobierno-indígenas?
— Una cosa es con los dirigentes y otra con las bases. Los compañeros de base están contentos con los resultados. Los dirigentes nos quieren chantajear, pero también son un problema las ONG y los anteriores gobiernos.
Yo, alguna vez, recibí insinuaciones para aceptar plata del Gobierno, pero jamás acepté. Ningún partido ni gobierno ni ONG financiaron nuestras movilizaciones, que fueron tantas.
Cuando hubo conflictos con el Gobierno, de la Residencia Presidencial entraban y salían dirigentes en ambulancias. Eso me cuenta el personal de la Residencia. ¿Con qué se iban? Con plata.
Este Gobierno jamás va a dar plata; no somos de esa cultura. Lo saben los compañeros. Podemos construir sedes o dotar de movilidades, pero dar plata en efectivo a un dirigente, no.
Algunos dirigentes tienen intereses de figuración política, pero sin ninguna reivindicación real.
De Evo las respuestas fuera de la política dura
— Se ha escrito mucho de usted: libros, artículos, malos, buenos, regulares. ¿Se queda con algún título, con algún libro?
— Evo pueblo, me encanta ese libro.
— Dicen que usted es el primer y último Presidente indígena. ¿Habrá otros Evos?
— Eso me han metido en la cabeza. Si yo manejo mal Bolivia, como dirigente sindical, campesino o indígena, nunca más Bolivia confiará en otro dirigente sindical, sea obrero, de clase media o campesino indígena. Ese temor me lo han metido en la cabeza; ese mi pensamiento no es reciente, eso viene desde 1988.
— ¿Cómo se ve en 20 ó 30 años?
— Ahí, con mi cato de coca, trabajando en la agricultura y ya fuera de la política después de prestar un servicio. Yo quiero decirles a los que dicen que ‘Evo irá a su reelección’, eso dependerá del pueblo. Claro, constitucionalmente estoy habilitado, pero si en este momento me fuera, estuviera feliz, contento. Nunca soñé con ser Presidente y diputado, y, además de eso, nuestra presencia en el Palacio de Gobierno no ha sido en vano, sabe el mundo entero, sabe el pueblo boliviano. Misión cumplida, enorme satisfacción.
— Desde el 2006, ¿cuál ha sido su día de mayor satisfacción y cuál de mayor frustración?
— El día de la nacionalización, el 1 de mayo del 2006. Mi mayor frustración, no, sino mi mayor dolor, diría, en el que los dos sectores mineros se enfrentaron y se mataron en Huanuni, cooperativistas y sindicato; no puedo entender que entre compañeros se maten. Me sentí impotente.
— ¿Ha llorado alguna vez durante su presidencia?
— ¿Quién no llora? Anoche (miércoles 3) lloré; Iván (Canelas) también lloró por las abuelitas.
— ¿Bolivia?
— Es mi mujer, mi primera dama. Bolivia es mi madre, Bolivia es todo para mí. ¡Ay, qué Bolivia para Evo!
— ¿Santa Cruz?
— Hija de Bolivia.
— ¿Álvaro García Linera?
— Una yunta (par de otro toro) ¿Sabes lo que es yunta, eh?
— ¿Marcelo Quiroga Santa Cruz?
— Líder de la clase media. Qué bueno sería la clase media con ese pensamiento, que viene de un sentimiento profundo por el pueblo.
— ¿Qué es lo que más le gusta del periódico La Razón?
— La Razón (ríe)… Yo diría la parte deportiva (Marcas).