Encuesta de la UMSS: 8 de cada 10 están convencidos de que las medidas que aplica el Gobierno no servirán para desterrar este mal y cuatro de cada 10 cochabambinos han participado en algún acto de corrupción.
Sólo el 10% cree que se controló la corrupción. Marco León Los Tiempos
Los cochabambinos tienen una percepción marcadamente pesimista del enraizamiento de la corrupción en nuestro medio. Ni el 10 por ciento de la población cree que este flagelo esté controlado en Bolivia; ocho de cada 10 están convencidos de que las medidas que aplica el Gobierno no servirán para desterrar este mal y cuatro de cada 10 reconocen, incluso, haber participado alguna vez de algún acto de corrupción.
Los datos están contenidos en la segunda encuesta realizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas y Políticas de la Facultad de Ciencias del mismo nombre de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).
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Sobre el sistema democrático, el 36 por ciento de los encuestados cree que es preferible a cualquier otra forma de Gobierno, y sólo un ocho por ciento cree que en algunos casos es mejor un sistema autoritario.
La encuesta levantada en 14 distritos del municipio de Cercado (ciudad de Cochabamba) y otros tres municipios del departamento (Sacaba, Quillacollo y Punata), sobre una muestra de 1.200 personas consultadas, refleja una percepción de corrupción enraizada y sin mucho que se pueda hacer para evitarlo, al punto de que el mismo encuestado reconoce que, en ocasiones, no tiene más alternativa que incurrir en un acto deshonesto para conseguir algún servicio, especialmente del sector público.
La mitad de la población cree que la corrupción no está siendo “nada” controlada en nuestro país; cuatro de cada 10 (39%) responden que se controla “poco”, y apenas el 8,3 por ciento da a la interrogante una respuesta positiva (“mucho”).
Ante la consulta de que si la corrupción está más enraizada en la administración pública o en la privada, más de la mitad (51%) responden que en la primera, y el 32 por ciento, “en ambas”.
Sólo el 10 por ciento señala a la administración privada como el sector más corrupto. Las personas que responden “ninguno” o que simplemente no dan una respuesta constituyen un porcentaje despreciable.
Entre los actos de corrupción conocidos, cuatro de cada 10 (40%) señalan la coima como el acto deshonesto más recurrente, seguido de la amistad política (18%) y la afinidad familiar (8%).
Sin embargo, casi el 22 por ciento señala la opción “todos” los mencionados como los que más se practican en su municipio, mientras que el seis por ciento señala las influencias (opciones 2 y 3), es decir, la afinidad familiar y la amistad política.
Cuando se le pregunta al encuestado si él alguna vez participó de algún acto de corrupción, el 40 por ciento responde que sí, especialmente en los referidos a la agilización de trámites personales o de otra índole.
El 54 por ciento responde que no, y el restante seis por ciento dice que no sabe o no responde.
Es que, además, la mitad de los encuestados, cree que los trámites “tardan mucho” y uno de cada cuatro está convencido de que “hay que pagar para que agilicen el documento que se requiere. Ni siquiera el tres por ciento responde que los trámites se procesan de inmediato.
Pesimismo
La mayoría desconfía de instituciones
Ninguna de las instituciones puede preciarse de tener más del 13 por ciento de confianza de la población. Al contrario, la mayoría, casi el 40 por ciento, afirma no confiar en “ninguna” de las instituciones presentadas para la elección del encuestado.
De aquí para abajo, la prensa es la que figura con el mayor porcentaje (12 por ciento), seguida del Defensor del Pueblo (11 por ciento). El resto está con porcentajes despreciables por debajo del cinco por ciento: la Gobernación, la Alcaldía, el Poder Judicial, la Asamblea Legislativa Plurinacional, la Policía y la Universidad. Entre las propuestas no figuran la Iglesia ni Derechos Humanos, que en otras encuestas con preguntas similares suelen lograr altos porcentajes.
Ocho de cada 10 personas (algo más del 77 por ciento) considera que la corrupción no desaparecerá con las medidas que toma actualmente el Gobierno central, y sólo el 16 por ciento piensa que sí.
En tanto, acerca de las labores del Gobernador (Edmundo Novillo), la mitad de los encuestados califica su gestión como regular, y el 23 por ciento la encasilla como mala.
Los consultados que creen que se trata de una buena administración llegan sólo al 11 por ciento y el 10 por ciento anota una lapidaria respuesta de “pésima”.
En cuanto al alcalde (Edwin Castellanos en Cercado, Carla Lorena Pinto en Quillacollo, Humberto Sánchez en Sacaba y Leticia Camacho en Punata), el 52 por ciento responde que la autoridad hace poco para llenar las expectativas de la población, y cuatro de cada 10 (39 por ciento) dicen que no hace nada por su municipio. Apenas cuatro por ciento responde “mucho”.
INFORMACIÓN
La mitad de los encuestados (48%) cree que los medios hacen poco para fortalecer la lucha contra la corrupción, mientras que más del 28 por ciento sentencia que no hacen nada. Sólo el 17 por ciento cree que hacen mucho.
Más de la mitad de la población (50,7%) responde que se informa “de vez en cuando” de lo que acontece en el departamento, y el 35 por ciento dicen que frecuentemente. Uno de cada 10 no se informa casi nunca.
El 32 por ciento de la población no se siente bien informado sobre el proceso de descentralización, y le gustaría saber más. El 23 por ciento sí se siente informado, pero igual, quiere saber más.
Ocho de cada 10 personas responden no haber recibido ningún tipo de material informativo sobre el proceso de descentralización.
Los Tiempos – 28/08/2011