Manfredo Kempff Suárez
Finalmente, aunque sea de manera preliminar, algunos sectores de la oposición se han reunido para ofrecer una alternativa al país ante la debacle que está destruyendo todas las instituciones nacionales. Si el gobierno del MAS continúa en el poder, no quedarán ni los ladrillos rotos de lo que ha sido el Estado nacional. El presente Estado Plurinacional – un burdo invento destinado al fracaso – está dispuesto a arrasar con todo, de acuerdo a esa doctrina suicida de que se debe terminar con lo existente para que resurja una nueva Bolivia.
Se han reunido opositores muy importantes en Cochabamba, muchos de los que, naturalmente, tienen procesos pendientes que les sigue la justicia masista. No ha podido estar presente Mario Cossío, refugiado en Paraguay, ni tampoco Ernesto Suárez, ahora bajo arresto domiciliario. Ni para qué hablar de Leopoldo Fernández, encarcelado desde hace tres años sin sentencia y ahora abusivamente recluido en el penal de alta seguridad de Chonchocoro, donde, se supone, van los reos rematados.
Pero el esfuerzo de la reunión de Cochabamba ha sido encomiable y ver al gobernador cruceño Rubén Costas desafiando al gobierno devuelve el ánimo a los cruceños y al país entero. Muchos hombres y mujeres de valía han estado firmes en esta alternativa nacional que se quiere construir. Lo ideal es que toda la oposición se hubiera concentrado en Cochabamba, pero eso es mucho pedir en un país de mezquinos y de “merecedores”.
Fuera de Bolivia como estamos hoy, no sabemos si se convocó a o no al Movimiento Sin Miedo (MSM). Suponemos que no. Y lo suponemos porque el MSM está jugando a su propia carta. Juan del Granado cree poder batir a Evo Morales sin comprometerse con aliados con quienes siempre tendrá que compartir algo. Por otro lado, los políticos y cívicos reunidos en Cochabamba, deben sentirse aliviados sin el MSM muy cerca. Por último el MSM y el MAS son la misma chola con otra pollera, sólo que a S.E. ya no le interesó la alianza cuando se dio cuenta de que su poder era inmensamente superior a lo que aportaban los “sin miedo” y los apartó de un papirote. Pena que el MSM no se sume al gran frente de alternativa nacional, pero Juan del Granado y sus muchachos quieren profundizar el “cambio”, es decir, joder más al país. Tarde o temprano acabaríamos rompiendo.
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Otra cosa es Samuel Doria Medina y su Unidad Nacional (UN) que aportarían mucho al frente anti-masista. A Doria Medina no se le puede quitar bajo ningún punto de vista su coraje y su plena vocación democrática. Es un hombre ejemplar en Bolivia. Sin embargo, está convencido de que el hombre es él y nadie más que él. En las anteriores elecciones generales quedó claro que no está dispuesto a ceder ni un centímetro a favor de otro candidato. Cree, Doria, y tiene todo el derecho, de que su destino es la Presidencia. El único inconveniente a nuestro juicio es su falta de carisma que lo limita mucho y su escasa convocatoria en el oriente del país que lo hace candidato andino. Si Doria Medina quiere ir solo o con aliados dóciles a su candidatura, ese ansiado frente de alternativa se vería seriamente limitado. Si no se puede contar con Juan del Granado – ni se quiere porque son masistas solapados – no sería posible prescindir de Unidad Nacional porque entonces volvería a ganar el MAS. Habría tres o cuatro candidatos en cancha y eso sólo puede favorecer las ambiciones de S.E.
La situación política no está para bromas porque, además, habrá que enfrentar a un Tribunal Supremo Electoral (TSE) de tinte oficialista, que por lo tanto hará todas las concesiones al MAS. Entre tanto, como producto de una Constitución descabellada, se producirán las elecciones a magistrados, que estarán plagas de vicios y trampas, como es eso de que los delegados de mesa lo conformará “la población en su conjunto”, es decir a ojo del MAS.
Queda mucho por delante hasta llegar a las nuevas elecciones y tal vez sea anticiparse mucho referirse a ellas. Pero es necesario que se vaya conformando un frente político con coincidencias que pueda salir victorioso frente al avasallamiento. No debe dejarse de lado que S.E. sigue sumando puntos, aunque baje ocasionalmente por sus infantiles metidas de pata. Tener en sus manos la información y la propaganda es mucha ventaja en la pugna democrática. El gobierno seguirá exhibiendo las cifras de su crecimiento económico – olvidando la corrupción generalizada y el narcotráfico – sin que el pueblo pueda informarse de que Bolivia no produce ni una onza más que hace un lustro con los gobiernos llamados neoliberales y que son los precios de las materias primas los que están por los cielos. Bastará que los precios retornen a la normalidad para que todos nos demos cuenta del desbarajuste actual, pero claro que esa realidad sería terrible para la economía de los bolivianos.
Tal vez sea necesario que se destape la verdad para que se acabe con la farsa del oficialismo y la gente pueda darse cuenta de cuánta mentira se dice y se publica a diario y de cuán incapaces son los que manejan la situación desde la Plaza Murillo.