Manifestaciones multitudinarias en La Paz y Santa Cruz han dominado la jornada, en medio de un paro nacional contundente.
La oleada de indignación nacional se despliega imparable, uniendo a ciudadanos de diversas ideologías, etnias y regiones, en una suerte de “Primavera Boliviana”.
Las distintas renuncias ministeriales, incluida la del nefasto Sacha Llorenti, no han logrado desactivar la cólera popular, que sabe bien dónde reside la verdadera culpa por los abusos cometidos.
En este contexto, Evo Morales no ha tenido más remedio que salir una vez más a la palestra, finalmente para pedir perdón por la brutal represión, aunque aún sin asumir la responsabilidad por los hechos y sin realizar la imprescindible autocrítica.
Mientras tanto, surgen nuevos datos que ayudan a tener un concepto cabal sobre las dimensiones de lo sucedido el pasado domingo. Según el Defensor del Pueblo, Rolando Villena, hombre llegado a su cargo gracias a los votos del MAS pero que ha optado por su conciencia ética, la cifra total de desaparecidos sería nada menos que de 300.
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Al mismo tiempo, desde San Borja hay dirigentes indígenas que suman 150 heridos por la brutal acción policial ordenada desde el gobierno evista.
A menos de tres semanas de las elecciones judiciales, es evidente que el repudio generalizado al abuso gubernamental tendrá un efecto contundente sobre la votación popular.
Nos atrevemos a vaticinar que existirá un “Voto TIPNIS” que reforzará de manera significativa la tendencia al voto nulo, y donde veremos una gran cantidad de papeletas marcadas de un borde a otro con el nombre del parque nacional agredido por la voracidad burocrática-cocalera.
Octubre se acerca, cargado de presagios…