Miriam Yubanure, dirigente Pueblos Étnicos y Fernando Vargas, de la Subcentral TIPNIS relatan el calvario que sufrieron a manos de los policías.
La dirigente, cuando era arrastrada por policías el domingo. Gentileza : PAT
“Jalaban de mi pelo y el gas no me dejó respirar”
Miriam Yubanure, dirigente Pueblos Étnicos.
Página Siete
“He sentido que no había más vida para seguir soportando tanto maltrato, torturándonos con tanto gas lacrimógeno que hacía imposible poder respirar.
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Efectivamente, los policías buscaban a los dirigentes, a los que estaban encabezando la marcha.
Los policías no me reconocieron, que soy una dirigente más de la Central de Pueblos Étnicos. Entre ellos, escuché a uno de los policías que decía ‘ella es la dirigente’ y otro le decía que no, entonces me preguntaron y para yo responder me jalaron del pelo hacia atrás para que yo mire hacia arriba. Yo no podía responder nada, porque no se podía respirar, los gases eran bastante picantes.
Me sentía inútil, mis manos estaban ya amarradas, mis pies, no podía más hablar y seguir soportando la presión que sentía. Entonces vi que había otros hermanos que estaban cerca de mí que también los policías les estaban dando golpes, pateándolos, echándoles gas y les gritaban ‘ya no nos hagan eso, por favor, ya no nos haga esto; nosotros no estamos haciendo nada para que vengan y nos ataquen de esa forma’.
Me decían que me calle y me taparon la boca; primero me taparon con su mano, pero casi me asfixiaron.
Después me dieron unas tres vueltas de diurex sobre mi boca, yo ahí me sentí impotente sin poder hacer nada, ni hablar nada, yo pensé que era sólo yo como dirigente que me sentía torturada, pero había muchos más de los hermanos marchistas que ya estaban torturados, asfixiándolos. Había muchas mujeres. (…) me arrastraron a la patrulla, ahí estaba amarrada, mis manos, mi boca estaba atada”. (Tomado de la red PAT).
“Me atacaron, pisaron y luego me esposaron”
Fernando Vargas, Subcentral TIPNIS.
Vargas fue golpeado por las fuerzas de represión. Gentileza : PAT
“No sentí absolutamente nada cuando vi a los policías, porque teníamos conocimiento de que era uno de los dirigentes que podía ser capturado; como no tengo absolutamente nada en mi contra, estuve tranquilo, esperé a los policías.
Ustedes verán las imágenes de cómo fui asaltado violentamente, me redujeron al piso, lo único que decían era: ‘A este desgraciado hay que matarlo, hay que patearle la cara, hay que deshacerlo’. Lo único que hacía era esconder mi cara.
Entonces me tiré al piso, logré escaparme de ellos, pero me volvieron a atrapar y ahí me atacaron, me pisaron y me esposaron”.
¿Qué opina de que el presidente Evo Morales haya dicho que lamenta la intervención?
“Quiere lavar su imagen al usar el término que lamenta. El coronel Aracena, yo vine antes de llegar a Limoncito y lo encontré en la comunidad de La Embocada, estaba a ocho kilómetros de donde nos encontrábamos, y ahí textualmente dijo el coronel Aracena: ‘yo lamento que la marcha no avanza más, llegará a Limoncito y no avanza ni un metro más, porque tengo órdenes del ministro (…) que no avanza más y eso yo cumplo’.
Que no venga el Presidente (Evo Morales Ayma) a decir que lamenta porque eso ya estaba definido, porque el coronel dijo que ‘tenemos órdenes de que la marcha sí o sí se tiene que parar, lo único que hago es obedecer las órdenes, sé que la cosa está mal pero aquí las órdenes del ministro se cumplen’. No es cierto que el Gobierno lamenta, hizo todas las acciones y se fue a San Antonio (Chapare) para distraer a la población de que él estaba realizando una consulta previa, pero vuelve a violentar la Constitución”. (Tomado de la red PAT). Página Siete
Madre halló a su bebé en San Borja, tras días de búsqueda
Ambas se reencontraron ayer. Amancaya Finkel / Página Siete
Natividad Viri , una mujer de la etnia chimán que integraba la marcha por el TIPNIS, se reencontró ayer en San Borja con su hija Salet, de un año de edad y que aún toma leche de su madre.
La mujer sólo tuvo tiempo de llevar consigo a su hija mayor al ser gasificada y detenida el domingo. Salet fue rescatada por otros marchistas que la encontraron y huyeron con ella al monte para después escapar hacia San Borja. Viri, por su lado, después de ser apresada fue llevada en bus a Rurrenabaque y recién pudo retornar ayer.
En Rurrenabaque, Natividad alimentó a una bebé que tan sólo tenía dos meses y que estaba sin su madre en la parroquia de este pueblo. “Había un bebé de dos meses que estaba en el bus en el que estábamos detenidos y no había quién le dé leche”.
Pudimos comprar un poco de leche en polvo y al llegar a Rurrenabaque encontramos a Natividad, que estaba sin su bebé y tenía leche por demás para dar al bebé de dos meses”, cuenta la activista por los derechos humanos Olga Flores, que también fue apresada. Natividad abrazó y besó a su niña al llegar al campamento Emaús y ambas se mostraron muy felices, después tres días de búsqueda. Página Siete.