Corea del Sur, país con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, busca consolidar su posición global por medio de la digitalización de todo su plan de estudios.
Para 2015, la nación asiática quiere entregar todo el material del pensum escolar en formato digital a través de computadoras.
La información que siempre estuvo en libros de texto, estará sobre una pantalla.
El ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de Corea del Sur, Ju-Ho Lee, señaló que su departamento está preparando una estrategia de promoción para una «Educación Inteligente», enfocada en el aprendizaje personalizado.
El proyecto, que se dio a conocer en verano, incluye redes inalámbricas en todas las escuelas para permitirles a los estudiantes aprender «lo que sea donde sea».
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También incorpora sistemas de formación educativa que pueden funcionar en una variedad de aparatos, incluyendo computadoras personales, portátiles, tabletas y televisión por internet.
El funcionario señaló que el gobierno incluirá una amplia gama de recursos con el objetivo de mantener la calidad, mientras reducen los costos.
«La Educación Inteligente cambiará la forma como percibimos los libros de texto», indicó Lee.
«El paso de libros de texto tradicionales a libros digitales le permitirá a los estudiantes dejar sus pesados bolsos y explorar el mundo más allá del salón».
Entre los beneficios previstos se encuentra la posibilidad de que los alumnos en áreas rurales puedan escoger las materias que estudiarán y que lo puedan hacer desde casa.
Previamente, eran jóvenes que carecían de maestros especializados.
Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) halló que los jóvenes de 15 años de Corea del Sur son, entre 16 países desarrollados, los usuarios más competentes de las tecnologías digitales.
Fueron los mejores en los procesos de evaluar la información por internet, de determinar cuán creíbles eran las fuentes y de navegar por la web.
La UNESCO ha documentado la forma cómo Corea del Sur ha controlado cuidadosamente el uso de la información y la comunicación tecnológica en la educación.
El gobierno entendió la importancia de contar con estándares formales. De tal manera que los sistemas puedan trabajar conjuntamente y que la calidad esté garantizada.
Otra pregunta es si la tecnología en el salón de clase realmente hace la diferencia.
Un estudio del Departamento de Investigación Educativa de la Universidad de Lancaster halló que la tecnología digital en el salón de clase podría ayudar a los alumnos en su aprendizaje y podría ahorrarle dinero a las escuelas.
Maestros
Pero el talón de Aquiles son los maestros. Ellos sienten la necesidad de una mayor capacitación para integrar los recursos tecnológicos en sus lecciones.
«La triste verdad es que los estudiantes pueden aprender igual de mal en un salón lleno de computadoras, con pizarras interactivas y tecnología celular como con pupitres de madera y pizarrones», indicó David Weston, profesor de ciencia e información y comunicación tecnológica y fundador de la consultora Informed Education.
Existe un enorme potencial para que los softwares y los aparatos motiven y desafíen a los estudiantes en formas nuevas y creativas de aprender.
«Pero, al menos que exista un enfoque que promueva el desarrollo de los profesores, corres el riesgo de perder el tiempo, el dinero y la oportunidad», indicó el experto.
Algunos podrían ver en la tecnología una forma de reducir más costos a través del remplazo de maestros con robots. Algo que suena muy cruel.
Y aunque los niños tienden a ser más rápidos para aprender que los maestros en todo lo que tenga que ver con una pantalla, eso tiene una explicación.
El estudio de la OECD sobre jóvenes de 15 años puso en relieve diferencias cruciales en la forma como leen textos impresos y textos digitales, con su navegación no lineal.
«Los individuos que desarrollan las habilidades necesarias para usar esos textos eficiente y efectivamente estarán en una posición mucho más ventajosa a la hora de acceder a la educación superior, encontrar un trabajo exitoso y bien pagado y de participar plenamente en la sociedad».
Por eso, los creadores políticas públicas deben evitar crear una nueva «división digital» entre quienes puedan y no puedan usar esas nuevas tecnologías, señaló la investigación.
¿Gran hermano?
Pero existe una preocupación más grande y oscura sobre un plan de estudio digital: si usted pone todos los huevos educativos en una sola canasta digital, usted podría crear un monstruo.
Un gobierno inescrupuloso podría disfrutar el hecho de que todo lo que un niño aprende es controlable a través de un portal digital fácilmente manipulable.
Algunos temores han sido explorado en la novela «The Book» (El libro) de M. Clifford.
El autor estadounidense presenta una sociedad en la cual toda la información se transmite por medio de un lector electrónico.
La gente descubre que el contenido digital ha sido sutilmente alterado por un gobierno corrupto.
«Hay algo sobre el papel que genera confianza», indicó el escritor. «Y leer es algo muy personal».
En una sociedad que cada vez más se deshace de los papeles, podemos creer en la tecnología, pero las preguntas deben formularse cuando los gobiernos están envueltos, señaló.
«Lo que a mí siempre me ha dado miedo es la sutileza. La manipulación delicada, una palabra a la vez, para alterar la percepción de alguien».
Pese a que Clifford echa por tierra su oscuro escenario literario, tiene dudas.
«A medida de que vemos el mundo cada vez más interconectado en un nivel individual, es muy difícil que información real sea ampliamente alterada. Nosotros probablemente estamos seguros», señaló.
«Pero el hecho de que pueda pasar sin que nadie se dé cuenta es para morderse las uñas», dijo.
Fuente: bbc