Fernandita Quipildor, 15 años celebrando la vida


No es una quinceañera cualquiera, la historia de Fernandita Quipildor es un canto a la vida y a la esperanza. Ella, su padre y su madre (+) no quisieron ser un número más en las estadísticas del VIH sida y dieron el rostro humano a un tema tabú de nuestra sociedad, encabezando en 2003 una campaña nacional, afanados en su lucha por conseguir la medicación para frenar el padecimiento. Ayer la jovencita se levantó temprano y no se cansó de admirar por primera vez el vestido de quinceañera que su tía hizo posible que luzca, pues le mandó el dinero desde Suiza. Es de color blanco inmaculado y va muy bien con su personalidad, tranquila y por ratos hasta reservada. Su gran noche llegó de la mano de sus 170 invitados, entre los que figuraron sus familiares, sus compañeros de octavo de secundaria del colegio Josefina Bálsamo y un grupo de médicos que la ha ayudado todos estos años a dar pelea a su enfermedad. Está feliz porque su padre, Juan Carlos Quipildor, cumplió su palabra, le organizó su festejo al que muchas personas solidarias se sumaron y pusieron su granito de arena. Ninón Vidangos le regaló su arreglo personal y Luis Arnez de foto estudio Creación su álbum de quinceañera. “Mi hija es la única boliviana que ha superado la esperanza de vida de un niño con VIH, el tope máximo que les dan no supera los diez años”, relató su progenitor, que ya perdió a la madre de Fernandita, María Luisa Paz, víctima de la misma enfermedad y ahora también batalla con el autismo de su pequeño hijo de 6 años, Sebastián, concebido en su nuevo matrimonio. Sin mencionar que él también contrajo el VIH de forma voluntaria para pasar por lo mismo de su hija y su exesposa. “Una vez me dijeron Dios manda niños especiales a padres especiales y yo creo que eso es verdad”, habló más emocionado aún. “No se trata solo de una fiesta de quinceaños, es la batalla de 15 años de mi hija, donde cada minuto ha contado. Los médicos no me dieron esperanzas de que sobreviva, por eso Fernandita es muy diferente a otras quinceañeras que saben que van a cumplir muchos años más. Ella es un ejemplo de vida”, continuó su relato, haciendo hincapié en la larga lucha que ha librado por tener los medicamentos que necesitan.

Fuente: Red Uno, El Deber

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