Jimmy Ortiz Saucedo
“Evo abre la posibilidad de retomar el proyecto carretero.- El presidente del Estado, Evo Morales, manifestó ayer jueves que la ejecución del tramo II de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, que pasa por el territorio indígena, puede continuar por decisión de los habitantes del lugar”. (El Mundo)
Quien pensó que la guerra por el TIPNIS había terminado, con la Ley Corta, se equivocó de canto a canto. En un gobierno poco serio como este, todo se puede esperar.
El cumplimento de la palabra empeñada, e incluso de leyes aprobadas en el parlamento, no tienen importancia ninguna. La seriedad en el manejo del Estado, no es una de las virtudes de Morales.
Evo Morales promulgó la ley sólo para sacarse de encima a los marchistas que conquistaron la ciudad de La Paz. Sólo firmó la Ley Corta para desmovilizar a los indígenas de tierras bajas. Solo fue una treta del masismo. Este fue el motivo verdadero, no le quedó otra.
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El miedo de otro octubre negro, o de Gualberto Villarroel, como el mismo Presidente insinuó en el discurso de promulgación de la ley, lo obligaron a ello.
¿Qué hubiera pasado si Morales no cedía a los pedidos de los marchistas, después de tan apoteósico recibimiento? ¿Será que el pueblo de La Paz y de Bolivia lo soportarían? ¿No será que Morales hubiera soportado una poblada? ¿No será que le pudo haber ido peor que a Villarroel a Goni y a su amigo Gadafi?
Estoy seguro que promulgó la ley por miedo, por temor a perder el poder, que es su máximo leitmotiv. Sin el poder Morales no es nada, ya probó sus mieles y hará cualquier cosa por mantenerlo. Incluso firmar una ley para sacarse el tigre de las ancas temporalmente, hasta que mejore la marea y pueda repecharlo nuevamente.
Ahora comienza la segunda batalla por el TIPNIS. Llego la hora del repechaje esperado. El Presidente comenzó acicateándolos en Cochabamba, reclamando a las autoridades locales por su falta de apoyo en la lucha por destruir su tan amada pachamama.
Los cocaleros ilegales del Chapare y ramas afines, secundan su pedido. Seguro que las ramas afines pondrán la plata.
Comanda este movimiento la conocida Leonilda Zurita. La misma mujer agresiva y prepotente que opero la quema de la prefectura de Cochabamba, donde murió Cristian Urresti. Leonilda Zurita fue acusada por el Ministerio Público como una de las principales impulsores de la violencia en los hechos del 11 de enero 2007, en Cochabamba.
Ya comenzaron las consabidas emergencia, vigilias, declaraciones de sus parlamentarios y el apoyo del hipertrofiado aparato mediático, con el canal del MAS por delante, el canal 7, y con Joseph Goebbels por detrás.
Las declaraciones de Morales ayer en San Ignacio de Moxos, en compañía de su operadora principal de la zona, la bella de alma negra, es el pitazo inicial de la pelea. Los discursos subidos de tonos y con pedidos inaceptables, lo confirman.
Estaremos atentos a los acontecimientos, a la presumible violencia, a los insultos gubernamentales, a los pinchazos telefónicos. Todo el chavismo trasnacional operara de su lado.
Se equivoca Morales si piensa que los indígenas de tierras bajas están solos y serán presa fácil. Es sólo esperar para ver. La verdad y la justicia les favorece, y detrás de ellas está Dios.
Finalmente, presidente Morales, no se disfrace de mojeño, le queda "muuuuuuy" mal.