Jimmy Ortiz Saucedo
“Detectan daño en parque Caa IyA.- La deforestación en el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) del parque Caa Iya (Amos del monte) del Gran Chaco, en el límite suroeste y norte lindante con el municipio de San José de Chiquitos, causa un impacto ambiental en el área protegida más grande de Bolivia (3,4 millones de hectáreas) y rica en biodiversidad”. (El Deber)
No cabe duda que este es un gobierno sin conciencia ecológica. Quiere destruir el TIPNIS tumbando medio millón de árboles, permite sembrar coca en nuestros parques nacionales y reservas forestales. Permite y fomenta el avasallamiento de tierras en áreas protegida y tierras de producción forestal permanente.
Incluso su lago sagrado está contaminado con eses fecales. Flor de paladín del medioambiente, cualidad de la que se precia Su Excelencia.
El parque Caa Iya es una más de estas historias de irresponsabilidad medioambiental. Desde el inicio del gobierno del Presidente Morales se notó esta clara tendencia, que es una política masista, relacionada con el Plan Vinto.
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A casi 6 años de gobierno del MAS, ya sabemos quiénes son, con pelos y señales. Atrás quedó su ventaja de ser desconocidos, de que lo conozcamos solo por sus cantos de sirena de tiempos de campaña.
Hoy ya no nos cuentan el cuento, el patrón de avasallamiento del oriente es claro. Utilizan la información de las instituciones del Estado, como el INRA y la ABT, para preparar sus golpes. Las propias instituciones, comandadas por leales masistas, actúan como operadores descarados o encubiertos de los colonos de occidente, que ofician de mitimaes.
Los dizque descolonizadores son los verdaderos colonialistas internos.
Estas tropelías no pueden seguir así. Si nosotros no cuidamos nuestro territorio nadie lo hará por nosotros, como ha sido siempre. Menos aún el centralismo depredador de Evo Morales. Ellos son parte del problema no de la solución.
Ayer el Tirano Melgarejo regaló parte de nuestro territorio, hoy el jefazo quiere destruir nuestra naturaleza y meter a su gente. Claro, ellos que viven en una pachamama árida y descolorida, no pueden comprender nuestra relación con los bellos montes milenarios.
Ellos idolatran la tierra muerta, nosotros amamos la naturaleza viva, nuestra flora, nuestra fauna exuberante.
Nosotros vivimos de la naturaleza, ellos de las minas. Nunca entenderán la biodiversidad. Para ellos la tierra tiene que estar pelada y luego sembrar su hoja maldita.
Morales repite como loro conceptos ecológicos que le enseñarnos las ONGs, cuando eran sus amigas y mecenas, pero nunca la sintió en el alma, como los sentimos los Cambas.
Nunca tuvo la dicha de jugar en el monte, ni perseguir mariposas en las orillas de los ríos, andar a caballo en nuestras pampas-montes. Peor aún comerse un achachairú silvestre o bañarse en una laguna de aguas cristalinas. El sólo conoció el Tío de los socavones mineros, que es el propio Mefistófeles.
Nuestras cosmovisiones son diametralmente opuestas y definitivamente incompatibles.
Exijo a nuestras autoridades, líderes regionales y personas e instituciones con conciencia ecológica, hacer los esfuerzos necesarios para detener este desastre a cualquier costo.
La denuncia internacional es uno de los caminos más efectivos, ya que tiene cooptada a las instituciones y a la justica en Bolivia. Denunciémoslo ante las NNUU, ante la OEA, ante Greenpeace.
Hagamos un monitoreo satelital continuo sobre estas áreas y pidamos al pueblo apoyo para su protección, es lo único que nos queda.
No serán los plurinacionales los que cuiden la ecología cruceña, ellos están del lado de la destrucción.