Ovidio Roca
Es por demás extraño, el empecinamiento del gobierno con la carretera que atraviesa el TIPNIS, que pese al costo político y de imagen que le significa, sigue empeñado en construir.
Esta es una carretera que esta siendo construida incumpliendo toda norma técnica y procedimientos legales, además de estar bajo sospecha de altos sobreprecios y que se realiza contraviniendo la esencia misma del discurso original de campaña: indigenista y pachamamista del MAS. Y ahora extrañamente, en su empeño de ejecutarla lo hace atropellando y apaleando a los “hermanos indígenas” oriundos de la región y posibilitando la colonización y destrucción de su territorio, un área protegida de alto valor ecológico.
Paralizada (temporalmente) su ejecución en el tramo medio, por la presión social de los indígenas y la ciudadanía toda, continúa sin embargo construyéndose en los dos extremos los que confluyen al corazón del área protegida; tramos que no tienen ninguna utilidad en un eventual rediseño, salvo el de vincular las áreas de cultivo de coca a los laboratorios.
Pregunta: ¿porqué se la sigue construyendo y a tan alto costo político y económico?
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Cualquier persona con sentido común, mirando un mapa comprueba que cualquier alternativa vial que eluda pasar por el TIPNIS, requieren de un trazo totalmente diferente al que están construyendo ahora, vale decir que esos tramos no tiene utilidad y si un altísimo costo.
Explicación: es que sí o sí, van a atravesar el Parque. (Le hecho nomás, que luego arreglen los abogados, los movimientos sociales, la policía y el ejercito).
Al momento, la discusión sobre el TPNIS se ha distorsionado y no nos estamos preocupando por los aspectos esenciales (cosas de tecnócratas, como diría un político): tales como preservar el ecosistema y la biodiversidad biológica, mejorar la calidad de vida de los pobladores del área, apoyarlos en el desarrollo de programas y proyectos que contribuyan a mejorar sus ingresos. Apoyo para mejorar las practicas de manejo sostenible e identificación de productos y mercados, así como las vías y mecanismos de comercialización de sus productos especialmente en mercados verdes. Protección efectiva del área ante los avasallamientos. Apoyar el acceso a la Certificación Internacional y ayuda para la venta de sus productos. Todo esto da viabilidad a la gestión y garantiza la preservación del área. No nos olvidemos que la gente cuida lo que le es útil y que le pertenece.
Obtusamente el gobierno se sigue complicando con esta carretera, que reiteramos afecta un área protegida de alta biodiversidad y desplazara a su población nativa, la que no ha sido consultada como manda la ley y que ha hecho grandes sacrificios para evitar esta su construcción. Como resultado de esta movilización y toma de conciencia nacional, el tema ambiental que es un tema sensible, esta en la palestra global.
No olvidemos, que aunque poco se hace, el tema del manejo sostenible y el cuidado de la biodiversidad, es un tema de interés y de gran consenso internacional y nacional.
En consecuencia hay una fuerte opinión publica de que todos lo proyectos y en particular las carreteras deben contar con previos estudios ambientales, amplios y serios, para evitar los daños al ecosistema y consultas a los actores sociales, respetando los derecho de las comunidades que viven en ese territorio. Aspecto trascendente que no se ha cumplido en este caso.
En las Áreas Protegidas y aplicando criterios de sostenibilidad, se elaboran Planes de Manejo y se establece la zonificación: áreas núcleo, áreas de preservación, de manejo sostenible y de uso humano y un aspecto importante a destacar, cual es que la experiencia internacional enseña que los Parque más protegidos y mejor conservados son aquellos manejados por sus habitantes, cuando aplican correctamente las normas técnicas y su propia cultura de apego a convivir con su entorno, vale decir “usar cuidando”.
Además, en el caso del TIPNIS, por su doble condición de Parque Nacional y Territorio Indígena, hay consciencia de que corresponde ser gestionado por los propios habitantes originarios, para que ellos garanticen el manejo y aprovechamiento sostenible de su territorio, aplicando una estricta zonificación y uso de la tierra, según el Plan de Manejo y el Programa de Gestión, aprobado por la autoridad ambiental. Por lo tanto ellos no pueden ser ignorados y menos desplazados, como puede ocurrir con la carretera.
Y para la sostenibilidad del área y sus habitantes, en el Plan de Manejo, corresponde se considere actividades sostenibles ( un recursos no debe ser utilizado mas allá de su capacidad de regeneración) que generen ingresos para los indígenas, como el ecoturismo con utilización de los ríos y lagunas; manejo de productos del bosque, tanto maderables y no maderables, artesanías y pequeña industria, extracción de frutas, semillas, miel, así como manejo de fauna y muchas otras que permiten una vida plena para sus habitantes, si se vive en equilibrio y respeto con el ecosistema. Actividades que no pueden ser prohibidas por intereses circunstanciales del gobierno.
Una opción interesante para el ecoturismo y la movilización de los propios indígenas, es montar con apoyo de la fuerza naval un programa para mejorar la navegabilidad de los ríos, no nos olvidemos que el Beni es un país acuático, de ríos, lagunas, bajíos inundados gran parte del año y que debemos trabajar en esa realidad. Realizar la limpieza de los ríos, la construcción de infraestructura de puertos flotantes y equipamiento adecuado con motores fluviales y otros equipos aptos para navegar por lagunas y bajíos en época de agua, de manera de tener un transito fluido por tal como ocurre en otros países amazónicos.
Para una mejor gestión es urgente, entre otros aspectos, capacitar y entrenar a las comunidades para el manejo sostenible de los recursos naturales y darles asistencia y capacitación en técnicas de negociar y administrar contratos, lo que hará viable la conservación del Área Protegida y la permanecía de la población cuidando el territorio.
El problema es que en este caso, la estulticia campea y toda la discusión sobre el TIPNIS y la sostenibilidad del territorio indígena se distorsiona y politiza en función de los intereses del sindicalismo (corporativismo) cocalero ahora en el poder, el que necesita mostrar su dominio y ampliar su espacio territorial desde su núcleo del Chapare hasta Mojos.
Los masistas que se han visto derrotados por la marcha indígena y la solidaridad nacional, además buscan la revancha y están utilizando el eslogan de “intangibilidad” del TIPNIS para destruir la credibilidad de sus “hermanos originarios” y atacar sus fuentes de subsistencia en su propio territorio. Todo este falso interés por el cumplimiento de la ley (interpretada y diseñada según sus propios intereses), surge ahora como mecanismo punitivo para golpear a los indígenas y desacreditarlos como delincuentes y destructores del ecosistema. En consecuencia han decidido ahora (porqué no antes, cuando eran aliados y estaban de amigos), anular los contratos de eco turismo, manejo forestal, manejo de lagartos, actividades artesanales, todo con el objetivo de quitarles ingresos y rendirlos por hambre. La explicación es clara: Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley.
Hace ya un buen tiempo, que los cocaleros vienen penetrando el TIPNIS con sus sembríos y actualmente, destaca la prensa, lo ocupan veinte mil familias, distribuidas en 52 sindicatos bajo la egida de la Federación del Trópico de Cochabamba. Ya sus socios de la cadena agroquímica se establecieron en la zona para comprar coca de los Sindicatos. Hace poco se intervino allí uno de los más grandes y modernos laboratorios de cocaína.
El objetivo y finalidad es evidente para todos, no se trata de vinculación Departamental, de desarrollo regional, de manejo sostenible, de ecología, de conservación de áreas protegidas, sino de compromisos con la empresa brasileña, ampliar el área cocalera y de paso castigar a los indígenas rebeldes del TIPNIS, sentándoles la mano. Y para ello van a cumplir, a cualquier costo, su objetivo de construir la “rodovia do narcotráfico” como se publico en Brasil, que atravesando el Parque Nacional Isiboro – Secure, ampliara su espacio territorial hacia Beni y Pando y los países fronterizos y lograra el exterminio (etnocidio) de los indígenas originarios del Isiboro Secure.