Humberto Vacaflor Ganam
El presidente Evo Morales acaba de revelar la más profunda verdad sobre su gobierno: los infiltrados son culpables de todo.
Es la explicación que los bolivianos estaban esperando, porque no entendían cómo podían producirse todos estos contrasentidos sin que alguien los planificara a propósito.
Aunque el presidente se refería solamente a las imprevisiones que llevaron al actual déficit en el sistema eléctrico, la explicación puede abarcarlo todo.
Sobre el tema eléctrico el presidente dijo que, además de los infiltrados, hay que señalar a las empresas que comenzaron a operar sin calcular que iban a provocar una sobredemanda. Realmente, qué falta de previsión de estos empresarios. Es otra forma de atentar contra el prestigio del gobierno.
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Pero son los infiltrados los peores enemigos. El presidente ha pedido ayuda de la población para identificar a todos estos traidores que quieren provocar el fracaso del “proceso de cambio”.
La palabra infiltrado es engañosa. En sentido literal, todos lo somos, pues somos efecto de minuciosas infiltraciones.
El presidente se refería a los enemigos del cambio que se han introducido en las estructuras del gobierno con el propósito de perjudicar.
Es deber de todo ciudadano, por lo tanto, ayudar a identificar a esos infiltrados.
Habría que comenzar por descubrir quién es el pícaro que le dijo al presidente que debía actuar, todos los días, como si siguieran siendo candidato, incluso cuando ha ganado las elecciones.
Quizá sea el mismo que le dijo que gobernar consistía en odiar a ciertos bolivianos y a ciertas regiones del país.
Son unos infiltrados los parlamentarios que desde 2006 hasta ahora no redactan las leyes de inversiones, de hidrocarburos y de minería.
Es un infiltrado el que le hace creer al presidente que si aumentan las RIN del Banco Central es por mérito del gobierno.
Son unos infiltrados los que hacen creer al presidente que la única actividad económica posible es el cultivo de coca y que todas las demás son sospechosas.
Espero seguir con estos aportes.