Esteban Farfán Romero
Este fin de semana fui al rancho de mis viejitos, porque mi madre culminó exitosamente unos cursos de corte y confección. Decidieron hacer un acto especial con invitados especiales. Para llegar allá hay que ir por Villamontes y tomar el camino a Tarija (por el angosto, Río Pilcomayo). Un calor insoportable (típico del Chaco), coincidente con el fervor de su gente.
El Chaco ha sido conocido por una injusta e innecesaria Guerra (con el Paraguay, 1932-1935) y los torcidos y arrugados caminos que lo vinculan a prueba de máquina. Dicen que se tuvo que abrir sendas a punta de picota y dinamita para cruzar los tres cerros del imponente Aguaragüe y llegar a San Antonio (Villamontes). Los libros, cuentan los trazos que se siguieron, y los mismos permanecen casi intactos actualmente.
Ahora, cuando se sale de Villamontes, es muy cómodo tomar la costanera y en cuestión de minutos se cruza el rio Pilcomayo por el puente capitán Urtarez, porque todo es asfaltado, muy bien señalizado y una ancha avenida-carretera de más de 10 km. Pero ahí termina el buen viaje. A partir de de ahí, el camino es ripiado, serpenteado, riesgoso, estrecho y resbaladizo.
Cuando el Servicio Nacional de Caminos (ahora ABC) administraba esta ruta, mantenían el camino en regulares condiciones de uso. Continuamente había trabajos de mantenimiento a cargos de micro empresas comunales. Los trabajos pesados estaban a cargo de empresas más equipadas, pero ahora transitar por este camino es una tortura/suplicio por su precariedad.
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Pasando el puente (peaje), comienza el zangoloteo interminable, porque los caminos sin mantenimiento/conservación están llenos de pozos y calaminado. A simple vista parecen que los caminos fueron bombardeados.
Cuando estaba en el acto de graduación, los comunarios que tienen vehículos se quejaron sobre el estado del camino. Me dijeron que los vehículos rápidamente se arruinan porque son sometidos a este tipo de exigencias, causándoles perjuicios enormes. De manera recurrente, me suplicaron que les ayude a protestar, porque se cansaron de hacerlo sin conseguir eco. Espero tener algo de suerte.
Constaté que usar ese camino es realmente desagradable por lo descuidado/abandonado que se encuentra. No sólo la sinuosidad, sino los pozos en abundancia que se hallan en el tránsito. Me dijeron que la ABC (Administradora Boliviana de Caminos, antes servicio Nacional de Caminos), no aparece desde hace mucho tiempo.
A pesar de la gran cantidad de recursos de las regalías que tiene el Chaco, hasta la fecha desde la Guerra del Chaco (76 años), Villamontes no cuenta con este camino asfaltado. De manera inexplicable, Tarija siempre ha privilegiado/preferido conectarse con Bermejo o Potosí haciendo significativos esfuerzos de manera recurrente para conseguir financiamiento para dichos proyectos costosos, y postergando su vinculación con la región más rica del Departamento y el País. Tarija siempre manifestó más interés y entusiasmo en vincularse/integrarse hacia el occidente, que hacia adentro. De forma misteriosa, el Chaco siempre ha soportado/sufrido el desprecio, el maltrato y la postergación de la capital en cuanto a su desarrollo, a pesar que los recursos naturales siempre estuvieron aquí; petróleo, madera, pescado y ahora el gas.
Producto de este abandono capitalino, es que Yacuiba y Villamontes, tienen más relación/conexión geopolítica/comercial/comunicacional/laboral/económico con Santa Cruz, que con Tarija. Aquí estamos más informados de lo que pasa en Santa Cruz y La Paz que lo que sucede en Tarija. Ni que decir de la relación comercial. Nada o muy poco nos amarra/vincula a Tarija, y por ello el espíritu independista del Chaco.
Como buen chaqueño, duele profundamente constatar in situ, el estado lamentable de los caminos del Chaco. Desde niño he transitado este camino tortuoso, y no ha cambiado casi nada.
Cuando estuve al frente del Comité Cívico de Villamontes (2002-2004), junto al pueblo hemos logrado hacer terminar a diseño final del proyecto Villamontes –Hito Br94 (frontera con el Paraguay) y después conseguimos el financiamiento con varias medidas de presión. Villamontes logró sólo (sin la ayuda de Tarija) la construcción de ese proyecto. En mi gestión hemos hecho concluir los estudios a diseño final el tramo Palos Blanco – Isiri, quedando pendiente el Tramo Isiri – San Marcos (o Angosto). Pero de ahí se ha avanzado muy poco por la falta de interés/visión/integración y de presión necesaria en Tarija, como así también en Villamontes y en el Chaco.
La actual administración de la Gobernación de Tarija, por criterios estrictamente políticos, ha decidido paralizar la ejecución de proyectos carreteros de vinculación con el Chaco licitados en la gestión de Mario Cossío. Curiosamente la misma persona que en su momento, como presidente del Comité Cívico de Tarija, ha preferido integrarse con el occidente que con el Chaco, Roberto Ruiz B.
Lo único que tiene Villamontes por esfuerzo exclusivamente propios es la carretera al Paraguay y ese pedacito de Villamontes al puente capitán Ustarez. Lo demás es pura tierra y ripio con pozos por todo lado, en el que transitar los es una travesía, una verdadera aventura.
¿Cuándo tendrá el Chaco carreteras que nos con nuestra capital? ¿El día que se acabe el gas? ¿Cuándo Tarija mirará en los hechos al Chaco? ¿Cuándo se sellará la verdadera unidad/integración del Departamento? Estamos separados/retirados de Tarija en todo, existen más elementos que nos separan, del que nos une.
Sufro mucho igual que mis paisanos, porque duele confirmar el estado en el que se encuentra los caminos a pesar de la enorme cantidad de recursos económicos (regalías) que ingresaron (y que ingresaran) por el gas.
No quiero cargar solo las tintas en Tarija capital. El nuestras autoridades hay una inquietante incapacidad de gestión. Muchos de ellos, en el pasado inmediato se caracterizaron por bravucones/pendencieros/valentones, pero ahora con el MAS en la Gobernación, se han convertido en tiernos ratoncitos de laboratorio. Muchos de ellos tienen serias acusaciones de corrupción pública
Hemos tenido la muy buena suerte de poseer muchos recursos naturales, pero también la muy mala suerte de tener como autoridades a verdaderos pícaros/ruines/aventureros/astutos que se enriquecieron aceleradamente. En este momento, salvo alguna acepción, ninguna autoridad está en las mismas condiciones económicas originales. Muchas de ellas se han convertido en verdaderos millonarios en pocos años. El MAS hábilmente, escarbó un poquito y encontró mucha tela para cortar. Todos tienen procesos muy graves, pero algunos que se convirtieron en aliados, sus procesos están congelados. Incluso hay un caso de uno de ellos que fue sobreseído, a pesar de las pruebas contundentes que existían en su contra. Un camino que apareció como terminado/pagado en papeles pero que nunca se hizo. Así como ese tipo de hechos, hay abundantes. De niño, mi abuelo me decía que cuando un gallo no canta, es porque algo tiene en la garganta. Hay muchos corruptos sueltos. Políticos que ahora tienen algo atravesado en la garganta que nos les permite no chistar.
Hay una canción muy famosa, como punzante y aguda que nuestro Yalo Cuellar y el chapaco Toto Vaca en 1986, compusieron una canción que lo dice todo. Titularon la canción “Quiero ir al Chaco”. No ha cambiado mucho desde esa fecha hasta ahora.
Quiero ir al Chaco pero no sé cómo llegaré
será en un burro, será en un tractor, pero al Chaco quiero llegar yo.
Sus carreteras son asfaltadas de tierra, barro y de patinar
El desarrollo se hizo un rollo
y Codetar lo metió al hoyo
Las regalías quedaron regadas en lindas casas y en buenas farras
Algunos dicen que ese es desarrollo
váyanse a los cerros a convencer monos
Muchos le dicen el infierno verde
pero lo verde es su esperanza
sacan quebrachos como sacar choclos
y hacen del Chaco tienda y negocio.