El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega ingresó anoche a la prisión en las afueras de la capital panameña, transportado en un vehículo en medio de estrictas medidas de seguridad, tras su extradición desde Francia, donde cumplía una condena por lavado de dinero.
Retorno. Un guardia ayuda al exdicador, totalmente cubierto, a subir al vehículo que lo llevó hasta la cárcel El Renacer, donde ya está recluido. Foto: AFP
La Razón / AFP / Panamá
Periodistas de la AFP constataron que Noriega, de 77 años, ingresó en silla de ruedas a la cárcel de El Renacer, custodiado por decenas de policías que lo llevaron desde el aeropuerto internacional de Tocumen.
El avión de la española Iberia que transportó a Noriega extraditado desde París llegó poco después las 18.00 a la pista 3R del aeropuerto y fue llevado de inmediato a la zona de la antigua terminal, hoy dedicada a cargas, para desembarcar al general.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Los pasajeros fueron mantenidos en el interior de la aeronave mientras era desembarcado el exgobernante de facto, como parte del estricto operativo de seguridad desplegado.
Según informes de periodistas que viajaron en el avión, citados por la televisión local, Noriega, quien vestía una camisa y sombrero negros, debió ser revisado por los médicos “posiblemente por la impresión” que le causó llegar a territorio panameño.
Derrocado el 20 de diciembre de 1989 en una invasión de EEUU, al que sirvió por años como agente de la CIA, Noriega cumplió 20 años de prisión en Miami por narcotráfico, y casi dos en París por lavado de dinero.
Al exhombre fuerte de Panamá entre 1983 y 1989 le esperan en Panamá tres condenas que suman 60 años, aunque por su edad podría ser beneficiado por una ley que da casa por cárcel a reclusos mayores de 70 años.
El Man (por las iniciales de su nombre) debe enfrentar tres condenas de 20 años cada una por el asesinato de opositores, también tiene otras causas pendientes.
Noriega fue condenado por homicidio en el caso del médico y opositor italopanameño Hugo Spadafora, cuyo cadáver apareció decapitado en septiembre de 1985 cerca de la frontera entre Costa Rica y Panamá, un día después de haber sido secuestrado y torturado por militares a cuyo mando estaba el exdictador.
El 20 de octubre de 1993, un tribunal panameño condenó a Noriega y a los militares Francisco Eliécer González, alias Bruce Lee, y a Julio César Mirandao, Muñecón, a 20 años de prisión por el homicidio de Spadafora, cuya cabeza nunca fue hallada.
Noriega también fue condenado en 1994 por la muerte del mayor Moisés Giroldi, su amigo personal que intentó dar un golpe en octubre de 1989.
Otra decena de militares relacionados con esta intentona golpista fue ejecutada en los días siguientes en lo que se conoce como la “masacre de Albrook”, delito por el cual Noriega también fue condenado.
Una celda austera le espera
Una celda gris de unos 12 metros cuadrados, con dos ventanas, una puerta de metal, una cama individual y un baño recibió a Noriega en la cárcel de Panamá. Cuenta además con piso recubierto con una lámina que simula baldosas, con una pequeña mesita y una repisa.