De Barranquilla a Hollywood. O cómo pasar de presentar programas de viajes en Univisión a ser una de las actrices cómicas favoritas de los estadounidenses. Cada semana, Sofía Vergara grita, se encoleriza y regala desternillantes salidas en la serie de televisión Modern Family.
Gracias a su trabajo televisivo como Gloria Delgado-Pritchett, Vergara ha conseguido nominaciones a los premios Emmy y a los Globos de Oro y papeles en películas como Los pitufos, Happy Feet 2 o Noche de fin de año, en la que comparte cartel con Ashton Kutcher, Robert DeNiro y Zac Efron.
Ya nadie se acuerda de la etiqueta «Sofía Viagra»; no tiene que escuchar a agentes que le aconsejan reducirse el pecho para ser tomada en serio. La colombiana de 39 años representa el nuevo poder latino en la industria del entretenimiento. Y no ha hecho más que empezar.
¿Es cierto que no consiguió trabajos interesantes en EE UU hasta que se oscureció el pelo?
Sí, tengo actitud y acento de latina, pero como era rubia natural no sabían dónde ponerme. Ellos están más acostumbrados a las mexicanas, no se dan cuenta de que en Uruguay, Argentina o Colombia hay muchas mujeres con el pelo claro. Cuando me teñí de morena, empecé a trabajar. Ya cumplía con el estereotipo latino de Salma Hayek o Penélope (Cruz).
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¿Ha notado un cambio de percepciones y actitudes con respecto a los latinos?
Hay más papeles para nosotros. Mi rol como Gloria Delgado-Pritchett en Modern Family ha abierto muchas puertas para incluir a personas de otras etnias. Se han dado cuenta de que el público ha aceptado mi personaje. Después de Gloria creo que habrá muchos más.
¿Siempre tuvo una vena payasa?
Es de familia. Es un humor que tenemos en mi casa, pero nunca pensé que fuera como para mostrarlo en televisión ni para que me diesen premios. No creí que le podría sacar algún provecho, fuera de entretener a mis amigas.
Tuvo a su hijo a los 19 años, se divorció a los 20.
¿Cómo fue ser madre joven?
En Colombia era lo normal en mi época, hace 20 años atrás. De hecho, casi todas mis amigas tienen hijos de edades parecidas. La prioridad entonces era casarse y formar una familia. Estudiar era algo secundario.
Su hijo Manolo (bautizado así por un personaje de Scarface) graba vídeos para su web y la acompaña a los rodajes. Parece estar muy orgulloso de su madre.
Manolo es muy artista, desde pequeñito le gusta el cine, la interpretación. Le encanta todo lo que tiene que ver con el mundo del entretenimiento. No se lo impongo, pero si él lo quiere hacer, pues me toca ayudar y apoyarlo.
A usted también le interesa la moda y acaba de convertirse en diseñadora con una línea de ropa en la cadena estadounidense de bajo coste Kmart.
Se lanzó en septiembre y ha tenido muy buena acogida. Hay mucho estampado animal, que es algo que me encanta, soy fan. Tuvimos un problema con las tallas porque pensamos que no íbamos a necesitar tallas pequeña. Pero hemos descubierto que hay público y sacaremos una XS.
La línea está basada en su estilo personal. ¿Cómo lo definiría?
Colorido, sensual, cómodo. Me gusta la ropa moderna, que se puede usar todos los días y que te permite comprar un ajuar entero sin acabar con tu presupuesto. En los Grammy latinos llevé joyas de Kmart y la realidad es que son tan finas como las otras.
Diga la verdad, ¿come tanto como insinúan sus fotos en Twitter?
Sí, de verdad, me encanta comer. Estoy acostumbrada a que todas las celebraciones se hagan alrededor de la comida. Es algo que cualquier persona, ya sea pobre o millonaria, puede hacer con su gente.
¿Hablar en spanglish es una declaración de intenciones?
A veces hablo en español de broma. En Twitter, por ejemplo, con Perez Hilton o cuando le digo a Ellen Degeneres que no sea mala. Pero intento no abusar porque trato de aprender bien inglés y quiero mejorar.
Fuente: www.elpais.com