La excomunión no impidió que Fidel Castro recibiera con los brazos abiertos a Juan Pablo II en su visita de 1998 y asistiera en primera fila, junto a su gobierno, a la misa de despedida del Papa, celebrada en la Plaza de la Revolución de La Habana, el 25 de enero de ese año. Ahora, cuando acaba de cumplir 50 años de ser excomulgado, aún es una incógnita si volverá a recibir a un Pontífice, cuando Benedicto XVI visite por primera vez la isla, entre el 26 y el 28 de marzo próximo.
Fidel, bautizado como católico, fue excomulgado después de declararse marxista-leninista y anunciar que conduciría a Cuba al comunismo, en un discurso del 2 de diciembre de 1961. Además mostró su hostilidad manifiesta hacia la religión católica con la expulsión de 131 sacerdotes y el cierre de escuelas religiosas. Fue el Papa Juan XXIII quien aplicó la pena de excomunión el 3 de enero de 1962.
El conocido como "Papa bueno" se apoyó para ello en el decreto de Pío XII elaborado en 1949 por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que estableció la pena de excomunión para todo aquel que difundiera el comunismo, una ideología que combatió el Vaticano desde el siglo XIX y en el XX con más ahínco, vistos los resultados de la Revolución Rusa (1917).
La revolución liderada por Castro ya se había proclamado "socialista", y más tarde el Estado se calificó como "ateo", hasta que en 1992 esa definición fue sustituida en la Constitución por la de "laico".
Con la visita de Juan Pablo II, años después, Cuba levantó la prohibición de las procesiones públicas, la Navidad fue retomada como una celebración oficial, fue autorizado el ingreso al país de sacerdotes y religiosas, y se permitieron esporádicos mensajes litúrgicos en los medios de comunicación oficiales.
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La visita del Papa polaco también hizo que Fidel volviera a asistir a una misa, por primera vez desde su niñez. Durante la ceremonia, en el momento de darse la paz, el cardenal arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, y los obispos cubanos bajaron del altar a dar la paz al entonces Presidente cubano.
Catorce años después de esa visita, el Papa Benedicto XVI será recibido por Raúl Castro, quien asumió la Presidencia cubana en 2008, tras la enfermedad de su hermano Fidel.
Raúl aseguró el pasado 18 de diciembre que Cuba recibirá al Pontífice con "afecto y respeto", en una visita que coincide con el Año Jubilar en Cuba por el IV Centenario del hallazgo de la imagen de la Caridad del Cobre, la patrona de la isla. Pero nada se ha dicho de una reunión con el ex Presidente, cuya excomunión nunca ha sido levantada.
Benedicto XVI viajará también a México (del 23 al 26 de marzo), en su segunda visita a Latinoamérica -estuvo en Brasil en 2007- y primera a países de habla hispana en la región.
El Mercurio – Santiago de Chile