Los tres días de Carnaval de calles


Nino Gandarilla Guardia

NINO_thumb_thumb Es la parte más participativa del Carnaval Cruceño. Todos en las calles, dentro del Casco Viejo de la ciudad y fuera de él. Las comparsas comparten su música, sus tragos y su alegría. Los vecinos comparten sus bailes, sus gentes, su agua y sus juegos.

Las comparsas se encuentran y se abrazan, es una especie de "carnaval del abrazo", pues pareciera que los carnavaleros no se ven desde mucho tiempo atrás y en realidad esto sólo ocurre con los que estudian o viven en el exterior y vuelven para carnaval. Casi todos se abrazan de una forma tan sensible que parecen hermanos.



Pero, claro, hay otras que se pelean y gente que juega con suciedades, atentando contra los derechos constitucionales y hasta contra los derechos humanos. Sin esa porquería, el nuestro sería el mejor Carnaval del mundo, sin lugar a dudas, pues es el más completo.

Desde 1879, las medidas prohibitivas son precisamente para los días de Carnaval de calle. Los juegos, las normas de circulación vehicular, las patentes, los registros de listas de socios de comparsas, los garantes, las multas; todo eso es para controlar los excesos de los tan bonitos días de Carnaval.

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Tal privilegio, tan hermosa cultura, tan singular posibilidad de divertirse en plena calle a la luz del día, con licencias permitidas socialmente… no es posible que haya gente que no sepa valorar! Hasta ha disminuido la participación en el tercer día, por los excesos.

Don Róger Mercado describe así el carnaval de comienzos del siglo pasado: "El primer día se jugaba con perfume, serpentina y mistura. Eran pocas comparsas y recorrían las calles hacia las casas de recepción.

Estas casas eran de un grupo de familias que tenían sus hijas casaderas, se reunían entre varios, uno de ellos daba su casa (el que tenía más comodidad) y con cuotas colaboraban para que ahí vayan las comparsas a bailar con sus hijas y sus parientes; se sentaban en sus salones, jugaban, bailaban y el ambiente estaba pleno de serpentinas y mistura. El Presidente de la comparsa tenía la lista de las personas que los habían invitado y decían: ‘tenemos invitación para ir donde fulana, en la calle tal’ y allí íbamos a bailar, después llegaba otra comparsa, luego se salía e iba a otro barrio".

Hasta hoy, en las poquísimas casas de espera que quedan, se respeta aún la costumbre de intercambiar el espacio entre comparsas. Cuando llega una nueva, sale la anterior.

Pero los esfuerzos para mejorar se darán siempre, como vimos en 1956, con el premio a la comparsa que tenga mejor comportamiento en Carnaval.

1973: por primera vez se establece una pequeña reglamentación del comportamiento en los tres días: “El domingo 4 de marzo, considerado primer día de Carnaval, deberá caracterizarse por el comportamiento aseado y limpio de los carnavaleros, limitándose los juegos al empleo de serpentinas, papel picado, lociones y perfumes. Se permite el uso de polvos de almidón y sustancias inocuas de origen vegetal únicamente durante el segundo y tercer día del Carnaval, entre aquellas personas que participan de tales juegos”.

Esto último estaba fuera de lugar, pues es una especie de "Ley" en el carnaval cruceño que todas las personas que salen a las calles son parte de la fiesta, excepto las policías y organismos de salud. Pero era pertinente sugerir juegos "limpios", como lo fueron en los años setenta. Esto sí es imposible, pues el carnavalero, por más borracho que se encuentre, respeta a los ancianos que salen con sus sillas a las puertas de sus casas y a los niños que andan jugueteando por ahí.

En los años 1977 y 1978 se autorizó carnavalear sólo el sábado y domingo, por cuestiones políticas y militares. En 1979 se restituyen los tres días y por primera vez se prohíbe la circulación de vehículos en el 1er. anillo. 1989, está prohibida la circulación de horas 13 a 19, y en 1998 de 15 a 19.

Me acuerdo que, cuando era niño, veía pasar muchos camiones y camionetas repletas de personas arrojando agua y hasta barro a la gente en el tercer día. Para huir de la respuesta los conductores imprimían velocidad y provocaban choques, personas caídas y otros accidentes. Esto disminuyó cuando mi padre –funcionario municipal- incluyó en la Ordenanza del Carnaval la prohibición de la circulación dentro del primer anillo (a sugerencia de mi señora madre). Al principio costó controlar la situación, pero un lamentable accidente posterior puso atajo al asunto.

En enero de 1994, la prensa realizó una serie de críticas positivas y negativas a nuestra fiesta popular y entre las que no gustaban eran las reglamentaciones. Sin embargo debemos afirmar que, por el crecimiento poblacional y los consiguientes problemas sociales, sin reglamentación el Carnaval Cruceño pudo degenerar como los otros.

En 1999, Alcides Parejas inspirado un poco en su generación y otro poco en la nuestra, describe así el "Carnaval de calles. Aunque aparentemente el único protagonista de los tres días de carnaval es el comparsero que recorre en grupo las calles del casco viejo, acompañado de una banda de músicos, haciendo paradas en las llamadas casas de espera donde son acogidos; también el ciudadano común tiene opción de participar activamente sin necesidad de estar afiliado a ninguna comparsa. Esta actividad se desarrolla las tardes del domingo, lunes y martes de carnaval.

A partir de los últimos años de la década del 60 ha sido una invariante la queja constante de la ciudadanía ante ‘los abusos’, ‘la suciedad’ y la ‘inmoralidad’ que se apodera de la ciudad durante estos días. Es en esta actividad en la que se ve la subvención de valores por parte de los carnavaleros que ‘toman’ la ciudad."

Buena descripción, pero la segunda parte no es tan así. Los excesos siempre son excesos y por ello la queja y el escándalo, que no pasa a mayores porque no es parte de lo que colectivamente los cruceños queremos hacer ni queremos permitir en nuestro preciado Carnaval. Que quede claro.

Parejas también afirma que "el término participativo puede resultar un tanto equívoco. No se lo está usando en el sentido que toda la comunidad toma parte activa en la farándula. En realidad se trata de una participación restringida –que ha ido aumentando en la medida que la ciudad crecía- pero el uso del término se justifica porque contrasta con la escasa ‘participación’ que existe en los otros carnavales…" Y en casi todas las otras actividades del quehacer humano, diríamos nosotros.

Sólo el trabajo, el descanso y los asuntos fisiológicos, que en realidad son "simultáneos" superan en participación a la Fiesta Grande. Ni siquiera las actividades religiosas o las educativas son participativas como el Carnaval. Los registros de los medios de comunicación muestran a todo el territorio departamental celebrando de alguna manera en estos días.

Nunca se dará contento a lo participativo y a sus diferentes concepciones. Nos preguntamos ¿Qué es más participativo que el Carnaval Cruceño? Tiene un amplio calendario para todos los gustos, todas las clases y todas las edades. Tiene fiestas privadas, fiestas en locales públicos, precarnavaleras populares, coronaciones y corsos televisados… y sus colectivos Tres días de Carnaval de Calles.

Probablemente el problema radica en el concepto que tiene cada uno de lo que es "participación". Una elección nacional, donde solo participan los mayores de 18 años, durante unos minutos y lo que tarda su fila ¿es más participativa? Igual después el ciudadano deja de participar. Tampoco lo es un programa de televisión "al vivo", con llamadas y votaciones por celular.

El Cabildo del Millón, del Comité Pro Santa Cruz, ¿fue más participativo? Más o menos, porque las determinaciones se trabajaron en el Directorio cívico y no en procesos institucionales de base. Podríamos decir que ni el Referéndum es más participativo que el Carnaval Cruceño, pues si bien hay unos organizadores, unos temporales artistas, proveedores, comunicadores y espectadores, todos y cada uno de ellos deciden lo que van a hacer de su carnaval.

Las actividades religiosas o turísticas de "retiro", durante el carnaval cruceño, ¿son parte del carnaval? La decisión de descansar en casa, durante tres días, ¿es parte del carnaval? Cada uno aprovecha el Feriado de Carnaval a su manera.

Un informe de la ACCC del año 2010 afirma que "el Carnaval en Santa Cruz genera un movimiento económico de alrededor de seis millones de dólares y 100.000 empleos temporales, que benefician a medio millón de personas".

En lo turístico, principalmente los gringos se divierten tanto como los cruceños. Esta es una aseveración osada, pero con una cultura en cierto modo monótona y cuadriculada a cuestas, los turistas de los países del Norte, encuentran en Santa Cruz un lugar de verdadero esparcimiento. El tercer día, a cierta hora ya solo se los reconoce por su caminar o por su forma de bailar.

Probablemente se hace necesario establecer ciertos "circuitos" turísticos autorizados, para todos aquellos que gustan de ver el carnaval cruceño, sin participar de sus juegos y bailes. Pues lo que ocurre hoy es que estas personas salen a mirar el jolgorio para alegrar su día y terminan mojados o pintados. Luego se quejan.

El carnavalero cruceño debe tomar conciencia de que su comportamiento en los tres días del Carnaval es fundamental para la conservación de la Fiesta Grande, en esa dimensión. El año 2011 no se nos permitió ingresar, ni pasar, por nuestra Plaza Principal; parecía un feo Estado de Sitio en el centro de Santa Cruz, todo porque algunos inconscientes pintaban las paredes de los edificios históricos. ¿Podrían dejar de hacer eso?

Nosotros creemos que no se trata solo de prohibir unos juegos, sino también de incentivar otros. No se trata de prohibir tarimas, sino de reglamentarlas y distribuirlas a distancias razonables. No se trata de prohibir que se organicen fiestas en los garajes del centro, sino de exigir que sean suficientemente participativos y adecuadamente decorados. Ante los problemas que se están presentando, los conceptos de Incentivo y Descentralización se deben tomar muy en cuenta al momento de Organizar.

La ordenanza y el reglamento del Carnaval 2011, por error o por negligencia, no establecieron a los tres días de calles como actos "oficiales", pese a que estaba previsto recuperar la tradicional "calle de espera" de la Reina del Carnaval. Establece sólo un título para las autorizaciones y prohibiciones en estos días, pero no incentiva con premios específicos a las mejores conductas urbanas y mejores formas de juegos. Las mayorías carnavaleras lo agradecerían.