Prohibido criticar a las empresas estatales

La ministra de desarrollo productivo y economía plural, Teresa Morales, anunció que el gobierno estudia la posibilidad de iniciar un proceso legal contra la Fundación Milenio, a la que acusa de “publicar datos falsos sobre las empresas estatales”.Meses atrás la citada institución, dedicada al análisis económico del país, dio a conocer un informe titulado “El estado de las empresas del Estado”, trabajo que estuvo encabezado por el prestigioso investigador Iván Arias Durán.En el documento se indicaba que casi todas las empresas estatales creadas durante el gobierno de Evo Morales serían deficitarias (13 de 14) y que estas entidades no habrían divulgado estados financieros, no realizan auditorías periódicas y se desconocen los procedimientos para la contratación de sus funcionarios.Aspectos todos estos que, sin duda, molestaron sobremanera a los encargados de la Evonomics, el modelo intervencionista puesto en práctica en los últimos años.Evidentemente, las conclusiones del informe ponen en entredicho la participación estatal en diversas áreas de la economía. Y no hace falta ser “neoliberal” para admitir esta palpable realidad. Incluso un destacado partidario del capitalismo de Estado, como el ex ministro de hidrocarburos Andrés Soliz Rada, ha señalado que habría sido preferible concentrarse en la formación de dos o tres grandes empresas estratégicas, en vez de promover la proliferación irresponsable y no planificada de entidades públicas en rubros como el papel, cartón y leche, entre tantos otros. ¿No habría sido mucho más necesaria, por ejemplo, una empresa estatal con el monopolio de la producción de la coca para usos tradicionales (Cocabol), como medio para evitar el desvío hacia fines ilícitos?Pero, por supuesto, la nacionalización de la “hoja milenaria” no entra dentro de la ecuación del régimen cocalero.Lo más grave de todo es la intención del gobierno de censurar la investigación académica independiente, funesto precedente para la libertad de las ciencias en Bolivia.De manera que las empresas estatales, además de ser “elefantes blancos” ineficientes, se convertirían también en tema tabú vedado a los economistas…[email protected]