Victorias perdidas

Ismael Schabib Montero*

VICEALMIRANTE SCHABIB Una de las mejores cosas que me ocurrió en mi carrera militar, fue haber estudiado en la Escuela Superior de Guerra Naval de Venezuela el curso de Comando y Estado Mayor, de junio de 1989 a junio de 1990, fue un verdadero privilegio por la calidad del curso, por haber confraternizado con Oficiales venezolanos y de varios otros países. Eso enriqueció mi vida. Esa experiencia me permitió interiorizarme sobre la dependencia que tiene Venezuela del petróleo, conocer a uno de los países más bellos y ricos del orbe, con una ubicación envidiable en el contexto del continente americano, una nación bendecida por Dios.

En ese curso me enteré que por allá, por los años 60s durante el gobierno de Rómulo Betancourt, fuerzas cubanas incursionaron en territorio venezolano al mando de un joven Oficial; Arnaldo Ochoa, incursión que fue repelida exitosamente por las FFAA venezolanas. Como se sabe el Gral. Ochoa en la década de los 90s fue asesinado por orden de Fidel Castro luego de un show televisivo montado donde apareció desde el inicio, abatido y sin ganas de defenderse acusado de narcotráfico. Se comenta que su “delito” fue ser un héroe, hacerles sombra con su prestigio a los hermanos Castro. Como es de suponer hasta el advenimiento de Chávez como Presidente de ese país las FFAA venezolanas consideraban una Hipótesis de Guerra con Cuba y tenían estudios de inteligencia sobre las capacidades militares de su enemigo que era continuamente actualizado. Todo esto Chávez lo traicionó. Algo que me llamó profundamente la atención fue la gran vocación democrática de sus FFAA, que se explicaba por ser Venezuela el país con la democracia más antigua de Sud América. Ahora vemos que aquello se hizo trisas y que las FFAA victoriosas que repelieron esa invasión son “tuteladas” por su antiguo enemigo, que cientos de militares cubanos ocupan los hoteles de Caracas, pero además que Cuba recibe más de cien mil barriles diarios de petróleo a precio simbólico. Ahora los fracasados invasores son premiados por un militar venezolano, ¡Qué paradoja!



En Bolivia nos ha ocurrido algo parecido, el año 1967 fuimos invadidos por el mismísimo Ernesto Guevara de la Serna, médico de profesión, el mítico “Che” Guevara, conocido en Cuba como el carnicero de la “Cabaña”, un individuo contradictorio, médico de profesión, en teoría, salvador de vidas, pero en los hechos privilegiaba la muerte, la lucha armada. Sabemos cómo terminó Guevara y su aventura, con una victoria rápida y contunde de nuestras FFAA, capturado y después ejecutado, como lo hacia él con sus enemigos. Murió en su ley.

En la actualidad en Bolivia la seguridad del Estado está en manos de cubanos, nuestras FFAA tuteladas por ellos y por venezolanos tutelados por cubanos. ¿Cómo se explica que nos controle el enemigo si los derrotamos en 1967? ¿Qué pasó con nuestra victoria? Se explica por la ideología, “dizque” por el socialismo del siglo XXI, ideología perdedora que hizo colapsar a la ex Unión Soviética y mantiene a Cuba sumergida en la pobreza, sus ciudades parecen museos donde circulan destartalados automóviles de la década de los años 50s, con edificios en ruinas, por las calles deambulan los cubanos como zombis hambrientos, mendigando un poco de comida, a nombre de una dignidad que no tienen, con sus cárceles llenas de disidentes.

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¿Qué nos pasó c…? ¿Por qué perdimos nuestra victoria? ¿Somos un Estado fallido? Tal vez la respuesta sea, porque nos gobierna una transnacional llamada “ALBA” a través de un cocalero nada culto, con muy poca formación cívica, que no sabe apreciar estas cosas, que no entiende la democracia, que no tiene la más pálida idea de cómo se gobierna un país. Un gobernante que alienta la confrontación, colaborado por un terrorista llamado “Kananchiri”, que el pueblo boliviano los eligió agobiado por el temor.

Resignado pero no vencido, con mucha bronca y pena por lo que nos pasa a los bolivianos hago mía las palabras del poeta Rubén Darío: “Cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer” lagrimas amargas de impotencia.

*Vicealmirante de la República de Bolivia