Asad rechaza negociar mientras haya «grupos terroristas»

asad El presidente de Siria, Bashar el Asad, dijo el sábado al enviado de la Liga Árabe y Naciones Unidas, Kofi Annan, que no habrá una solución política al conflicto que vive el país mientras "grupos terroristas" sigan desestabilizándolo.

"Siria está preparada para convertir en un éxito cualquier esfuerzo sincero para encontrar una solución a los eventos que está presenciando", dijo Asad a su invitado, en citas publicadas por la agencia estatal de noticias SANA.

"Ningún diálogo o actividad política puede tener éxito mientras haya grupos armados terroristas operando y desatando el caos y la inestabilidad", agregó tras dos horas de reunión con el ex secretario general de la ONU.



Mientras ambos hablaban sobre la crisis creada por la revuelta que estalló hace un año, las tropas sirias asaltaban la ciudad noroccidental de Idlib, un bastión rebelde.

"Las fuerzas del régimen han irrumpido en Idlib con tanques y ahora mismo hay fuertes ataques", dijo un activista vía telefónica, mientras de fondo se podían escuchar las explosiones.

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Dieciséis rebeldes, siete soldados y cuatro civiles murieron en los combates, según el grupo activista Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que agregó que otras 15 personas – entre ellos tres soldados – murieron en otros lugares del país.

Previamente, Annan se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergio Lavrov. El encuentro reflejó el papel clave de Moscú, uno de los pocos aliados extranjeros de Asad, en cualquier solución a la crisis.

Lavrov dijo a los ministros de Exteriores de la Liga Árabe congregados en Qatar que su país "no protege ningún régimen", pero agregó que no cree que el conflicto se pueda achacar solo a una parte. Además, pidió un alto el fuego y acceso a organizaciones humanitarias, pero su postura fue duramente rechazada por Qatar y Arabia Saudí.

"Tregua no basta"

El primer ministro catarí, jeque Hamad bin Yasim al Thani, que ha encabezado los llamamientos para aislar a Asad y armar a los rebeldes, dijo que no basta con un alto el fuego. Los dirigentes sirios deben ser considerados responsables y se debe liberar a los prisioneros políticos, agregó.

"Tenemos que enviar un mensaje al régimen sirio de que la paciencia del mundo y nuestra paciencia se ha acabado, al igual que el tiempo sobre el silencio de sus prácticas", dijo.

El ministro saudí de Exteriores, Saud al Faisal, dijo que la falta de actuación del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia y China han vetado dos resoluciones contra Siria, ha permitido que siguieran las muertes. Su postura, afirmó, "ha dado al régimen sirio licencia para ampliar sus prácticas brutales contra el pueblo sirio".

Arabia Saudí y Qatar, gobernadas ambas por monarquías autocráticas con una versión estricta del islam, son defensores poco creíbles de la democracia en Siria. Riad tiene interés en ver la caída de Asad porque eso debilitaría a su aliado chií en la región, Irán, con el que está aliado desde 1980.

El ministro ruso Lavrov dijo que un nuevo borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU tendría una "oportunidad" de ser aprobado si no fomentase el deseo de que los rebeldes armados tomen control de Siria.

"Esta resolución tiene oportunidad de obtener luz verde si no somos guiados por el deseo de apoyar a grupos armados de oposición para que ganen batallas en las ciudades (sirias)", dijo el ministro ruso en una reunión de la Liga Árabe.

Rusia, un viejo aliado de Damasco y su principal proveedor de armas, ha defendido a Asad contra sus detractores occidentales y árabes. Un diplomático ruso dijo esta semana que Asad estaba combatiendo contra extremistas apoyados por Al Qaeda. Pero la oposición siria niega cualquier papel del grupo en el movimiento, aunque hay islamistas entre los rebeldes que se han levantando en armas bajo la bandera del Ejército de Siria Libre.

Naciones Unidas estima que las fuerzas de seguridad sirias han provocado la muerte de más de 7.500 personas desde el inicio de la revuelta. En diciembre, Siria dijo que "terroristas" habían matado a más de 2.000 soldados y policías.

Reuters