Congreso del MAS, ¿para qué?


congreso La agencia de prensa castrista, Prensa Latina, informa que este domingo el Movimiento Al Socialismo realizará un Congreso nacional, conmemorando los 17 años de la creación del “instrumento político”.

Según el diputado oficialista Roberto Rojas, “Será un espacio de reflexión para ver los antecedentes del proceso de cambio y tener una visión futura a fin de mejorar”.

Más luz arrojan las declaraciones de la jefa departamental del MAS en Cochabamba, Leonilda Zurita: “Siempre habrá debilidades, pugnas por liderazgo, peleas internas. Eso hay que superarlo, para eso son los congresos”.



Tenemos entonces, de acuerdo a lo trascendido por Zurita, que el partido de gobierno busca superar las crecientes divisiones internas, que han sido visibles, para dar sólo un par de ejemplos, en el violento conflicto de Yapacaní -que enfrentó a dos facciones del MAS- y en las elecciones para la nueva directiva de la Cámara de Diputados, donde resultó derrotado el candidato apadrinado por el Palacio Quemado, Héctor Arce.

Agrega Zurita que el Congreso tendrá el cometido de generar “un solo pensamiento” (pensamiento único) entre los militantes y simpatizantes del partido oficial.

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Lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, el evismo intenta encontrar una nueva agenda, luego del agotamiento de la que lo llevó al poder, basada en la Asamblea Constituyente y la nacionalización de los hidrocarburos.

Ése fue el objetivo de los encuentros en la Casa Campestre de Cochabamba (las “Cumbres” sociales y políticas de hace unos meses), que sólo lograron producir un fárrago de proyectos de ley sobre temas puntuales, sin conseguir la estructuración de verdaderos ejes estratégicos.

Y ése será, nuevamente, la consigna del Congreso del partido cocalero.

Previsiblemente, faltarán a la cita dos ex socios relevantes de la menguante alianza oficialista: la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB) y el Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qollasuyo (CONAMAQ).

Es muy probable que el vicepresidente García Linera intente llenar el vacío ideológico con malabares retóricos sobre la “quinta fase del proceso de cambio” y la “industrialización”.

Pero en el fondo, el evismo ha dejado de ser un proyecto a la ofensiva para pasar a ser una administración burocrática a la defensiva, buscando mecanismos para retrasar el inevitable desgaste del poder…

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