Ismael Schabib Montero*
Hace pocos días, en un foro internacional auspiciado por un órgano dependiente de la ONU, el Sr. Presidente Evo Morales Aima ha defendido el “Acullico” sin éxito y ha expresado que así como Cuba ha sido expulsada de la OEA por ser comunista, él, por ser marxista-leninista debería también ser expulsado.
Quisiera decirle, en mi condición de boliviano, que no estoy de acuerdo con que el Presidente de mi país asista a un órgano de esta naturaleza a defender lo indefendible, algo que nos hace ver feos por dentro y por fuera. Masticar coca, con el agregado del bicarbonato, es equivalente a drogarse a vista y paciencia de todos los presentes, porque ese químico tiene la función de quitar el alcaloide, la cocaína, de la película de la hoja, además que se ve horrible, como es horrible masticar tabaco.
Tampoco estoy de acuerdo en que solicite ser expulsado de la OEA, de ningún organismo de esa jerarquía, comportándose como un adolescente engreído, resulta un acto de irresponsabilidad extremo, porque un foro de esa naturaleza no es un “buri”, ni es un “preste” y Bolivia no es de su propiedad, para que en su nombre haga y diga lo que se le ocurra, la mayoría del pueblo boliviano le ha hecho el honor de elegirlo por un tiempo finito, por lo tanto, debe responder a esa confianza. Si quiere jugarse, que se juegue por Bolivia no por Cuba, la caridad empieza por casa.
Quisiera decirle al Sr. Presidente, que los bolivianos tenemos un vínculo que es más importante que la partidocracia, más importante que la ideología, que nuestro lugar de origen, que nuestra diferencia cultural, que nuestra condición social, que nuestro origen étnico, más importante que cualquier discrepancia que podamos tener, es el vínculo de compartir la misma nacionalidad, ser bolivianos. Es por ese vínculo que escribo esta nota, porque me preocupa lo que hace y dice a nombre de nuestro país, se trata de Bolivia, no se trata de él.
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Desafortunadamente para el Sr. Morales, ni siquiera en lo personal puede disponer de su vida como le plazca, un dignatario de Estado no tiene vida privada, casi todo lo que hace y dice es público y siempre es representante de su nación.
Esta situación permanecerá mientras sea Presidente, hasta el último segundo, su muy poca cultura y formación no son una excusa, si no le parece, si no está de acuerdo, depende exclusivamente de él desprenderse de esa enorme responsabilidad, mientras tanto, en mi calidad de boliviano, no le pido por favor, le exijo, con todo el respeto que merece su investidura, que nos represente con madurez, con seriedad y responsabilidad, que se comporte como un digno presidente de Bolivia y no como un engreído funcionario de la Embajada de Cuba.
*Vicealmirante de la República de Bolivia