Luego de que el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU hiciera llegar su reprimenda, observando que no se está respetando el derecho de consulta de los pueblos indígenas, y de que la delegada en Bolivia de las Naciones Unidas declarase que el organismo no participará como veedor en la “consulta previa” (o “póstuma”) del TIPNIS a menos que exista un acuerdo entre el gobierno y los originarios del lugar, el régimen cocalero de Evo Morales parece haberse puesto la piel de cordero y, ensayando una inverosímil sonrisa, llama a los nativos del Oriente a dialogar.
“Los ministros y las presidentas de ambas Cámaras (Legislativas) están a la disposición de un encuentro el momento que los dirigentes de la CIDOB lo vean conveniente. Se ha hecho una convocatoria muy amplia, formal y amistosa para trabajar otras opciones”, dijo ante las cámaras de TV el vicepresidente Álvaro García Linera, habitual presentador de las “maniobras envolventes”.
Lo bueno de estas maniobras, claro, es que permiten sostener una cosa hoy y otra muy distinta el día de mañana.
Para completar el discurso, Qananchiri anunció que, tras sobrevolar el TIPNIS en helicóptero, el “Gran Líder” con su ojo de águila pudo avistar una solución alternativa para la ruta que con tanta insistencia reclaman los cocaleros del Chapare, PDVSA y la OAS.
Siguiendo el nuevo guión gubernamental, el viceministro de obras públicas, Vladimir Sánchez, saltó a la palestra para anunciar que el tramo II de la ruta Villa Tunari-San Ignacio de Moxos será una “carretera ecológica”.
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No es difícil prever en qué terminará todo esto. Luego de hacer su mímica dialoguista para la comunidad internacional, el gobierno buscará el momento oportuno para echarle la culpa a la CIDOB de la “ruptura del diálogo”, no sin antes declarar que “se hizo todo lo posible por alcanzar el acuerdo”.
Y entonces, finalmente, vendrá la “consulta” prefabricada y el asfaltado del corazón biológico del TIPNIS.
Ya los conocemos…