“Hay aún muchas bandas (de cogoteros) por desarticular” en Bolivia


El ministro de Gobierno, Carlos Romero, habla sobre inseguridad. Dice que la migración de extranjeros “puede ser coadyuvante a la inseguridad”. Niega que el aumento de la delincuencia sea consecuencia de los narcos.

image Página Siete / La Paz

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, aseguró ayer a Página Siete que la situación de la criminalidad en Bolivia es crítica; sin embargo, guarda la esperanza de que políticas claras, coordinación interinstitucional y la desconcentración de la Policía ayuden a bajar los índices delictivos en el país.



¿A qué preacuerdos se llegó con el Gobierno de Colombia en el tema de seguridad?

El compromiso es que ellos puedan transmitirnos su experiencia, cumplir tareas conjuntas de control como información de la población migrante.

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Podríamos trabajar en un sistema de inteligencia que nos permita contar con una base de datos y un cruce de información para mejorar el control de las dinámicas poblacionales.

¿Qué instituciones participarán de este sistema de inteligencia?

Hay que involucrar a muchas instituciones como Migración, Aduana, a los mecanismos de seguridad ciudadana de ambos países, a la Policía y sus fuerzas anticrimen y de lucha contra el narcotráfico.

¿La existencia de la población peruana en El Alto y la colombiana en Santa Cruz contribuye al incremento de la inseguridad?

Yo diría que es un factor que puede coadyuvar al incremento de la comisión de algunos delitos. No podemos generalizar, no podemos hacer presunciones, pero un país que tiene tantas fronteras por su ubicación demográfica como es Bolivia siempre va a ser pasible a que esos desplazamientos de poblaciones, en muchos casos, puedan ser coadyuvantes a la inseguridad.

En Colombia, la inseguridad se ha disparado por la presencia del narcotráfico. ¿En Bolivia pasa lo mismo?

No, porque en El Alto, por ejemplo, no hay narcotráfico. Es un factor, pero hay muchos otros. En Bolivia no operan cárteles del narcotráfico. El problema de Bolivia es que por su misma ubicación es vulnerable al tránsito de la droga y vemos que los mecanismos son creativos en el último tiempo. Y es un problema que puede ocasionar acciones delictivas en algunas regiones como en Santa Cruz.

Un informe señala que el delito que más afecta a Santa Cruz es el asesinato por ajuste de cuentas relacionado al narcotráfico’

Tienen que ver con el narcotráfico, pero no únicamente. Hay otros factores; en El Alto, los bajos niveles de desarrollo urbano contribuyen a la vulnerabilidad de la población ante la delincuencia, porque si tenemos una ciudad que no tiene suficiente alumbrado público cuyas calles no están suficientemente enlosetadas, donde la presencia institucional está muy concentrada, entonces hay más probabilidades de que haya delincuencia.

Con respecto a la nueva normativa del consumo de alcohol, ¿la prohibición de beber después de las 3:00 no motivará a que la gente consuma en locales clandestinos o casas particulares?

Si uno consume en una vivienda particular es mejor que lo haga en ese espacio a que lo haga en un lugar público donde está más expuesto a la inseguridad.

El gobierno municipal ha pedido la ayuda de la Policía en el tema de seguridad. ¿Cómo se trabajará entre ambos?

Tiene que haber un plan de control territorial como una zonificación de las áreas más vulnerables y una distribución de los mecanismos de control como la desconcentración de la Policía. En función de esos planes, las alcaldías y gobernaciones nos tienen que garantizar infraestructura para establecer las estaciones policiales.

¿La presencia de los militares en las calles no generó malestar en la Policía?

No, al contrario. La Policía es la que está más capacitada en esta tarea, pero no hay fórmulas universales para todo.

¿Entonces se ha rebasado la capacidad de la Policía?

La Policía es insuficiente en número de efectivos, no tiene los medios necesarios. Entonces el apoyo de las Fuerzas Armadas es importante y la Policía no lo vio como un problema. Por el momento tenemos algunas deficiencias, hay lugares donde la gente cree que la Policía es insuficiente porque son poblaciones muy numerosas, pero también necesitamos complementarnos con otros recursos humanos como las juntas vecinales que pueden cumplir roles de enlace, de alerta y de brigadistas.

El patrullaje del viernes de los militares y policías se ha desarrollado en un determinado tiempo. ¿Así será siempre? la gente quiere ver uniformados de forma constante.

Hay una planificación flexible e implica que haya horas especiales, lugares especiales y circunstancias que hay que controlar. Entonces, se va a ir administrando de esa manera.

¿Cómo califica la situación de la criminalidad en el país?

Es muy crítica, pero es un problema de la región, pero no es un justificativo. Tenemos índices de criminalidad muy altos, pero la población es pequeña, entonces no debería ser tan complejo poder controlar los factores de inseguridad ciudadana.

¿El Gobierno tiene información sobre la existencia de más bandas de cogoteros en El Alto?

Sí, la Policía tiene información. Existen grupos organizados y son todavía muchas bandas las que hay que desarticular, no me animo a dar una cifra. Son estructuras de poder fáctico, que distribuyen zonas, a veces hasta se ponen de acuerdo entre ellos cuál es el nivel de ‘competencia’ entre estas organizaciones y cuáles son las leyes entre ellos. Están muy bien organizados.

¿Entonces no sólo se habla de delincuentes que sólo roban sino de gente que se organiza para hacer daño y hasta matar?

La inseguridad afecta la vida, la integridad física y el patrimonio. Entonces así como hay gente que puede dedicarse sólo a robar, hay gente que se dedica a matar para robar y puede haber acciones combinadas entre unos y otros. Es muy complejo.


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