El vice acaba de despachar su última ocurrencia: convertir a América Latina en un “Estado Continente”, sobre la base de la “primavera democrática y revolucionaria” que ve en la región.
Dice Qananchiri (nombre de guerra usado por García Linera en la banda terrorista del EGTK) que “Construimos una economía regional y hay que ver hacia el futuro un Estado Continente de muchas naciones”.
Y agrega que esta nueva formación panestatal serviría para contrarrestar la crisis económica “que viven los países capitalistas”.
En medio de estas afirmaciones, el segundo mandatario del régimen cocalero se felicita por el proceso político que atraviesan varios países del continente (el “socialismo del siglo XXI”, suponemos), donde “ninguno sigue al otro”.
Tal acumulación de falacias en pocas líneas requiere de urgentes precisiones. Comencemos, paradójicamente, por el final:
1) Lo de que “ninguno sigue al otro” es tal vez la aseveración más insostenible de todas, dado el grado de injerencia de la administración chavista y de su par cubana en los gobiernos-discípulos de Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
2) La crisis económica “de los países capitalistas” es posible gracias a que éstos tienen ciclos de expansión, seguidos por fases de contracción económica. En cambio, sistemas colectivistas como los de Cuba y Corea del Norte viven en la contracción permanente.
3) Demasiadas veces ya, los gobiernos alineados en el bloque del ALBA han dejado entrever su intención de conformar algún tipo de Estado Multinacional, pensado de manera funcional a las ambiciones megalomaníacas de Hugo Chávez, quien se ve a sí mismo como una suerte de presidente continental.
4) Difícil pensar en una “primavera democrática” latinoamericana, cuando proliferan los regímenes suscritos a un nuevo tipo de autoritarismo, signado por la represión social, el hostigamiento a la prensa y la judicialización de la política…