Si Bayern y Real Madrid se parecen en algo tácticamente es en el vértigo que generan desde las alas. Dos cuchillos por cada banda, capaces de desbordar a cualquier defensa, asistir con precisión, capacidad de disparo lejano y de gol. Robben y Ribery asustan a José Mourinho, que piensa en dos laterales de corto recorrido (Arbeloa y Coentrao) y que ya ha avisado a los mediocentros de las ayudas a ambos lados para amedrentar sus intentos.
La capacidad goleadora del holandés (15 goles en 24 partidos), mayor que la del francés (14 tantos en 42 encuentros), también incomoda. El francés asiste mejor, el holandés golea más. En las bandas rivales, Di María y Cristiano Ronaldo. El primero aún no está en la forma de la primera mitad de temporada, en la que -Cristiano aparte-, se convirtió en el jugador más desequilibrante del Madrid. Frágil como Robben (ambos han jugado sólo 24 partidos por lesión), asiste como Ribery. Del Cristiano de esta temporada hablan sus números, sobre todo los goleadores: 53 tantos en 48 partidos.
Habiendo mejorado en el disparo de falta en las últimas jornadas y en el tiro en juego de lejana distancia, está presente en su temporada menos egoísta, y se puede asegurar que llega a Munich en el mejor momento de su carrera. Dos puntas distintos La comparación Mario Gómez – Benzema no se aguanta en su tipo de fútbol, pero sí en que ambos comparten sitio en un hipotético top five de delanteros del momento.
Los números del alemán no los soporta el francés, si bien lo que aporta al equipo el del Madrid es mucho más en comparación con el ariete del Bayern. Mario Gómez acumula unas cifras goleadoras sólo superadas por Messi y Cristiano Ronaldo, lo que ya es mucho decir. Sus 38 goles en 43 partidos serían unos números estratosféricos en otra temporada, aunque en esta no dejan de ser impresionantes. Un delantero de los de antes, de vivir en el área y situarse en el sitio correcto, oliendo el sentido que tomará el balón antes que ningún defensa. Benzema ha mejorado en el aspecto de ‘killer’ con Mourinho (29 goles en 46 partidos), pero su aportación va mucho más allá de lo que hace de cara al gol. Se abre a banda, dejando paso a Cristiano, se asocia con todo el que llega, busca el desmarque e intimida a la defensa.