Karen Arauz
Dicen que lo único positivo de la Cumbre de Cartagena, es haberse dado el gusto de pillar en falta a los hombres del Presidente Obama, que sucumbieron a los encantos no sólo de esa mágica ciudad, sino de sus bellas mujeres.
A la luz de los resultados, parece que así nomás es. Porque pese a los mejores esfuerzos de Santos, no pasó a más que una regia vacación pagada por los contribuyentes de los treinta y pico de países asistentes, que contemplaron por televisión, ese cuento de hadas que los Presidentes se dan de rato en rato. Con demasiada frecuencia en realidad.
Es una suerte, sin embargo, que ésta no haya sido la Cumbre Iberoamericana, porque ahí sí hubiera estado presente el Rey de España -para dicha de los elefantes- y Chávez no habría estado para que el Rey le ordenara que se calle.
Así que esta Cumbre, exceptuando el maravilloso paisaje, estuvo muy deslucida por la ausencia de dos de las estrellas que siempre algo anecdótico aportan.
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El berrinche de Correa -que con su ausencia cree insultar y ser tema de lamento-, pasó desapercibido. De Ortega ni hablar. La amenaza del ALBA de que se acabarán las Cumbres si no se admite la presencia de Cuba, es en el fondo, una buena noticia. Porque hasta donde se entiende, la Cumbre de las Américas es como cualquier otra, una reunión de naciones democráticas, que persiguen una cierta integración continental. Aunque difícil una integración cuando las filosofías son dispares en profundidad y donde los egos son los principales y casi exclusivos protagonistas.
Y sobre la posibilidad que los Castro se animen a reinar en democracia, pasarán aún algunos lustros. Nada les gusta menos que la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Del tema de las Malvinas nada. En represalia y portando un pésimo humor por su regreso con manos vacías, Cristina, la viuda imperial, les tiró un baldazo de agua helada a los españoles, tirando las acciones de YPF al barranco. Posiblemente esta medida de emergencia para congraciarse con el pueblo que no para de pedir, no hubiera ocurrido de haber logrado una declaración de solidaridad americanista contra el Imperio Inglés.
Que después de ella venga el diluvio y los argentinos vuelvan a los fogones y a calentarse con un mate entre las manos, es un cálculo demasiado responsable para ella. Algo de sentimientos encontrados debe haber en la población argentina, formada mayoritariamente por descendientes españoles, que pese a declararse argentinos, no desechan su raíz europea en ninguna circunstancia.
Las reuniones bilaterales sostenidas en los pasillos (textual declaración de SE Morales) entre Chile y Bolivia, mal podía dar alguna luz sobre el tema marítimo boliviano. Complicado mantener una conversación medianamente seria en un pasillo. Pero bueno, no importa.
Que fue un buen foro para que SE manifestara su incondicionalidad al régimen cubano y su solidaridad con el precario estado de salud de Hugo Chávez, no hay duda.
Evo Morales no ocultó su pesar. Declaró que considera al comandante bolivariano “imprescindible”. Qué expresión más linda. Debe ser maravilloso poder creer que existe alguien irremplazable. Pero claro que esa emoción viene de la amistad tan cercana y verdadera que los une. Chávez ha sido sin duda, un pilar fundamental de las políticas de cambio cumplidas por nuestro presidente.
Ha sido bueno que SE pueda jugar fútbol a nivel del mar. Eso siempre ayuda a la oxigenación de pulmones y cerebro. Y considerando que el paro médico en el país está tomando un cariz muy serio y no sabemos quién podrá curar a los heridos de los enfrentamientos que se vienen encima, es un alivio saber que al menos SE no necesitará de auxilio.