Ismael Schabib Montero*
El sábado 14 de abril algunos medios de comunicación transmitieron una entrevista hecha al Presidente de los EE.UU. mientras estaba en “La Cumbre de las Américas”, donde Obama destacó el liderazgo del Brasil en la producción de energía limpia como el “bio combustible e hidro energía…puede ser nuestro guía en este aspecto” señaló refiriéndose a toda la región.
Entonces, el Presidente de la primera potencia del planeta reconoce el liderazgo del Brasil en este aspecto, “no lo decertifica”, pero nosotros cuestionamos la construcción de las hidroeléctricas de “San Antonio” y “Jirau” después que varios gobiernos bolivianos, incluido el actual, le negaron a las empresas brasileñas FURNAS y ODEBRECHT la oportunidad de que conjuntamente realicemos el estudio de pre factibilidad de la ampliación del proyecto que significaba la posibilidad de desarrollo de “Cachuela Esperanza” en el río Beni (suelo boliviano) y “Riverón” en el río Madera (límite arcifinio entre Bolivia y Brasil).
Haber actuado diferente hubiera significado también tener acceso a información precisa sobre las hidroeléctricas mencionadas que se están construyendo en territorio brasileño entre la punta del Abuna, y Porto Velho, capital del Estado de Rondonia, en un tramo de aproximadamente 160 Km., para hacer un reclamo formal sobre posibles daños al territorio nacional con argumentos valederos sin hacer el ridículo de reclamar sin fundamento, ese estudio de pre factibilidad nos hubiera permitido además, saber si se pueden construir otras hidroeléctricas en territorio boliviano en la cuenca del Amazonas sin daños colaterales. “Cachuela Esperanza” tendría el potencial de generar alrededor de 2500 M.W., más de lo que todo el país consume en la actualidad. Es oportuno agregar que la tecnología que está usando el Brasil es de baja caída, empleando la energía cinética de la corriente del río para hacer funcionar a las “turbinas bulbo” y no la energía potencial del embalse, dañino para la ecología, información que en nuestro país se desconoce o maliciosamente se la oculta.
Respecto del bio combustible, la mala noticia es que generamos menos volúmenes de producción agrícola que hace 6 años, sin embargo la potencialidad de nuestro territorio para desarrollar esta actividad es de aproximadamente 10 millones de hectáreas y en el presente solo se explota entre el 20 y el 25%. Según especialistas del Brasil, en las pampas naturales del Beni, sin tumbar un solo árbol, se podría sembrar una extensión que signifique hasta 20 millones de toneladas de soya, con el precio actual de 500 dólares americanos la tonelada nos representaría 10 mil millones de dólares de ingresos anuales, más que toda nuestra actual exportación en bonanza, lo que induciría a los ganaderos benianos a dar un salto y producir una ganadería intensiva y no la extensiva como ocurre actualmente, como ventaja adicional. Según la “Fundación Milenio” el Dpto. del Beni tiene el ingreso per cápita más pequeño de Bolivia.
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Se debe señalar la gran importancia que representa la energía limpia para atraer inversión extranjera para otros rubros. Imaginemos a Bolivia produciendo gas en el Sur, energía eléctrica en el Norte y en el centro bio combustible, combustible que ahora compramos y se lo vende subsidiado al mercado interno perdiendo más de 500 millones de dólares anuales.
La pregunta es: ¿quiénes son los equivocados con el asunto de las hidroeléctricas y el bio combustible, los brasileños o los bolivianos? En vista que el Brasil cuenta con más tecnología y experiencia, se podría pensar que somos los bolivianos. Si le vendemos gas ¿Cuál es la razón por la que no hacemos otros emprendimientos con nuestro vecino? Para el suscrito, es un enigma el porqué los bolivianos actuamos de esta manera, pareciera que preferimos ser pobres, nos conformamos con migajas y de cuando en cuando le echamos la culpa al imperio “yanqui” de nuestro atraso, en vez de aprovechar la oportunidad que se nos brinda para ser ricos, es que ¿preferimos ser pobres, preferimos que muchos bolivianos pasen hambre?
*Vicealmirante de la República de Bolivia