El gobierno parece haber iniciado una nueva “maniobra envolvente” en el marco de la segunda batalla por el TIPNIS.
Los objetivos, en este caso, son dos: 1) asegurar la unción de la oficina local de Naciones Unidas a la consulta “previa” sobre la carretera y 2) complicarle los tiempos políticos a la IX Marcha Indígena que comienza el 25 de abril.
La estrategia: anunciar la postergación del inicio de la consulta, que estaba previsto para el 10 de mayo, “atendiendo” al pedido de la ONU.
El encargado del operativo ha sido, una vez más, el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana, también conocido como el “mariscal de Porvenir”, por su participación en la represión contra el departamento de Pando en septiembre de 2008.
“De acuerdo a la ley 122 se había establecido que la consulta previa debía iniciarse el 10 de mayo, pero hemos recibido una carta de Naciones Unidas, sugiriéndonos que la fecha sea flexible, que el plazo sea menos rígido para tratar de garantizar la calidad de la consulta, en lugar de sacrificar esa calidad por la premura del tiempo. Como gobierno estamos atendiendo esa petición y vamos a enviar un anteproyecto de ley para darnos todo el tiempo que sea necesario para que esa consulta goce de calidad, de transparencia, de información, fundamentalmente de confianza y despejar todos los escollos de la desconfianza entre las comunidades y los dirigentes de las comunidades”, dijo Quintana en declaraciones a Radio Fides Cochabamba.
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El canto de sirena entonado por el ministro, que habla de calidad y transparencia, busca ocultar la realidad de un proceso viciado desde el origen.
Porque lo cierto es que no hay consulta “libre e informada” como manda la Constitución impuesta por el propio MAS, sino un despliegue de prebendalismo presidencial, amedrentamiento a dirigentes indígenas y una metodología que no incluirá el voto secreto en las urnas, sino “asambleas-talleres” a ser organizadas/digitadas por 15 brigadas estatales, que producirán el resultado prefabricado.
Hasta el momento, no hemos oído ningún pronunciamiento de la ONU sobre la campaña prebendal iniciada por el presidente Evo Morales en el TIPNIS. Sería interesante que eso sucediera.
Si se quiere evitar la manipulación gubernamental del tema y llegar a una decisión realmente democrática, tal vez la clave sea la convocatoria a un Referéndum Nacional, donde los bolivianos decidan en las urnas el destino de un área protegida que es de todos, dado el carácter de Parque Nacional del Isiboro Sécure…