Arbitrariedades contra la ciudad

Ingrid WichtendahlA raíz de la denuncia hecha por un ex Secretario de la Alcaldía cruceña sobre permisos y construcciones irregulares en el Parque de Protección Ecológica del Río Piraí, la propia Alcaldía ha demandado la investigación y sanción del hecho ante los órganos judiciales correspondientes. Al mismo tiempo se ha apresurado a paralizar las obras denunciadas, dejando en evidencia su desorden institucional y escasa capacidad para fiscalizar el territorio municipal. Sin lugar a confusión los hechos muestran que hay daño ambiental y que la Alcaldía infringió el orden urbano al expedir una autorización temporaria ignorando que en el Código de Urbanismo y Obras no existe tal figura. Ahora lo que corresponde es esperar que la instancia jurisdiccional logre establecer responsabilidades para revertir el daño que ha sufrido la ciudad.Para que la Alcaldía siga con esta misma buena onda de cumplir y hacer cumplir la ley, van cuatro casos de actuaciones arbitrarias que están pendientes de investigación y sanción legal. No hablamos de sanción moral, ya que ésta aún no tiene quien la suscriba. Uno. La aprobación de la construcción de galería y terraza en la fachada del edificio Palace Theatre, en franca contravención al Reglamento del Centro Histórico que lo cataloga como Edificación de valor Estructural y dispone “la protección de la edificación en sus elementos básicos tales como la forma de organización y ocupación del espacio, la composición de las fachadas, articulación de patios y demás características tipológicas esenciales”. La aprobación arbitraria de la Alcaldía ocasionó la destrucción del valor histórico-arquitectónico del edificio y consecuentemente causó un serio daño al patrimonio cultural de la ciudad, nada menos que en el corazón mismo de su Centro Histórico, donde cual carro de reina de carnaval ostenta su arquitectura bastarda como símbolo de la obsecuencia de los servidores públicos ante el amo circunstancial y de la indolencia y falta de compromiso con la ciudad de las instituciones que tienen que ver con el quehacer urbano. Dos. La aprobación del malogrado Edificio Málaga infringiendo la norma. Ésta establece para la Zona Central, una superficie máxima de edificación de cuatro veces la superficie del terreno. Al terreno de 833 m2. del Málaga le correspondía una superficie de construcción máxima de 3.332 m2. Sin embargo la Municipalidad autorizó la construcción de 5.600 m2. O sea 68 % más de lo legalmente permitido.Tres. La construcción de la hilera de puestos de venta de flores, eufemísticamente denominado Paseo de las Flores, en plena calle Paitití contraviniendo la Constitución Política del Estado, que señala: “Los bienes de patrimonio del Estado y de las entidades públicas constituyen propiedad del pueblo boliviano, inviolable, imprescriptible e inexpropiable; no podrán ser empleados en provecho particular alguno”. Y la Ley de Municipalidades la cual establece que las calles, aceras, cordones, etc., son bienes de dominio público destinados al uso irrestricto por parte de la comunidad siendo inalienables e imprescriptibles. Urge corregir esta arbitrariedad. No vaya a ser que nos angosten otra calle para el ‘paseo de los pollos’ o de las chinelas.Cuatro. El Reglamento de Personal con que se maneja el Gobierno Municipal es arbitrario, ya que incumple la Ley de Municipalidades, Estatuto del Funcionario Público, Normas de Administración de Personal y decretos reglamentarios que norman la carrera administrativa municipal para contar con servidores públicos permanentes valorando su capacidad, idoneidad, antecedentes laborales y personales y no por afectos o clientelismo partidario como sucede actualmente.Es importante advertir que las fallas en el cumplimiento de las normas y la ineficiencia de la administración municipal son justamente ocasionadas por no poner en vigencia la carrera administrativa, ya que cada vez improvisan personal eligiendo a allegados, o partidarios, llegando al extremo de haber puesto a una médica para dirigir las empresas municipales o una ex reina de carnaval como asesora de uso de suelo. Y sin embargo los funcionarios con trayectoria productiva, idóneos e intachables son groseramente excluidos y atropellados en sus derechos. Corresponde enderezar el reglamento de personal como manda la ley y establecer una verdadera política de recursos humanos para que los servidores de la municipalidad cruceña, electos, de libre nombramiento o de carrera, sean personas de talla superior que respondan únicamente a la ciencia, la ética y la ley.“No debe preocuparnos el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que sí debe preocuparnos es el silencio de los buenos”. Lo dijo Martin Luther King hace más de 40 años. Dijo además: “Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda”.