Jaime Paz Zamora |Expresidente de Bolivia: «Estamos perdiendo el tiempo»

Desde su residencia, El Picacho, en Tarija, el expresidente contempla una democracia adolescente y habla de un posible bipartidismo en Bolivia. Propone crear un área comercial del Pacífico Sur entre Chile, Perú, Bolivia y Brasil. Dice que es una salida donde todos ganan y nadie pierde.

image Roberto Dotti, 13 de Mayo de 2012, El Deber

Oportunidad. Para el expresidente se ha configurado una nueva situación económica y estratégica para volver al mar, pero de otra manera; es optimista



El Picacho se moja con las aguas del río Guadalquivir y da su espalda a la casa de varios patios y estilo colonial del expresidente Jaime Paz Zamora, a escasos kilómetros de San Lorenzo, donde nació Eustaquio ‘Moto’ Méndez, el prócer tarijeño. La propiedad lleva el nombre de esa piedra en punta, un referente de encuentro en la guerra de los montoneros contra el invasor español.

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Rodeado de árboles autóctonos e importados, que se adaptaron al clima tarijeño, se erigen esculturas y piedras de curiosas formas que ‘el gallo’, como le dicen por ahí, las ubicó dándole una lógica, forjando cierto lenguaje que llama Land Art.

Disfruta de una familia con dos pequeños varones, que él mismo llama de la ‘segunda tanda’ y riega la conversación entre anécdotas, historia, política y arte.

Jaime Paz Zamora plantea una hipótesis, que llama tesis, para salir del enclaustramiento y lograr un verdadero desarrollo en el país que lo vio nacer en Cochabamba hace 74 años.

– ¿En qué consiste su propuesta?

– La propuesta es hacer una región económica especial sobre el Pacífico Sur, donde participan tres puertos en Perú (Mollendo, Matarani e Ilo); y tres puertos en el norte de Chile (Arica, Iquique y Antofagasta) y aprovechar la franja ‘ociosa’ de 10 km de ancho y 150 km de largo que está al medio, desde el mar hasta el territorio boliviano, donde viven solo 1.200 personas, casi todas aimaras.

Planteo una región económica especial que esté regulada por leyes y acuerdos, para que ese Pacífico Sur sea funcional a esta gran transformación del  siglo XXI, el mercado global.

– ¿Por qué no la hizo antes?

– Lo había pensado hace varios años, pero no se había dado este fenómeno comercial que vivimos hoy. Una transformación brutal, sin eso era solo una ilusión. En este caso es una realidad rentable donde ganan todos y nadie pierde. La utilización de la franja ‘ociosa’ nos quita el problema de la cesión territorial, de esta manera nadie cede el territorio a nadie.

Es crucial el ascenso de los mercados emergentes, que son los que han pateado el tablero. Lo que planteo exige que el Pacífico Sur se convierta en una zona de agilización de servicios entre Asia y la masa continental, con Brasil fundamentalmente. Una región donde todo se facilite: los capitales, el tránsito humano, la tecnología etc; entre China, Japón, Brasil, el Mercosur, Chile, Perú, etc.

– Pero hay un asunto pendiente con Chile. ¿No se hablará de soberanía?

– No se empieza hablando de los conflictos históricos sino desde el pensar sobre destino de una región. Se habla de soberanía pero en otros términos, esa franja se supone que tendrá soberanía boliviana, pero dentro del contexto de una región económica especial, común y multinacional. Es diseñar el destino de una región, no tanto la solución de un problema puntual. Y al encararlo de esa manera se pueden encontrar soluciones a un problema que siempre se empezaba a encarar desde lo irritante para ambas partes. Y así no se ha llegado a nada.

– ¿Cómo convencer a Chile y a Perú?

– La única manera es que se den cuenta de que van a ganar plata, que van a progresar, que la propuesta es en base a un fenómeno real, que quieran o no lo tienen que encarar y que se van a beneficiar; la parte más deprimida de Chile es el norte, humana y económicamente, y la parte más deprimida de Perú es el sur.

En este caso también se pide la participación a Brasil que, con esto, puede llegar al Pacífico de la forma más directa y más rentable, que es por Bolivia.

– ¿Se lo explicó a Evo Morales cuando lo visitó?

– Se lo expliqué, tal vez no tan en detalle, pero también le dije: “Presidente, se va a publicar, léalo con calma”.

– ¿Qué le pareció al presidente Morales?

Le gustó, le pareció novedoso. Si el mercado internacional generado por la Revolución Industrial a fines del siglo XIX creó las condiciones para alejar a Bolivia del  mar, el mercado planetario y global de hoy está generando las condiciones para retornar a Bolivia al Pacífico. El haberlo perdido y el que lo recuperemos es una consecuencia del mercado mundial que generó las condiciones sobre las que actuaron otro tipo de intereses. Por razones económicas es posible que Bolivia esté sobre el Pacífico. Debe hacerse una plataforma de acuerdos en dos niveles simultáneos, el primer nivel incluye a Perú, Bolivia y Chile y al mismo tiempo estos tres países y Brasil. Este acuerdo debe delimitar los territorios, la legislación, la función y los objetivos.

– ¿Se ha vuelto a poner en contacto con Evo Morales?

– No, porque se ha visto envuelto en situaciones un poco complicadas.

¿Lo ha presentado en otras instancias?

– Me comuniqué con el boliviano Enrique García, director de la CAF, y le dije que le enviaba la propuesta, que viene como anillo al dedo a los objetivos de la CAF, que podría ser el gran animador de todo esto. Lo voy a poner a estudiar con un equipo y te contesto, me dijo. Esto supone una revolución de inversiones. El puerto de Arica tiene una capacidad de tres millones de toneladas de transporte y solo Brasil exporta a China 160 millones de toneladas; pobre Ariquita, hay que hacer una Arica con mayúsculas. Y no solo Arica, sino también Antofagasta, Iquique, Ilo y los demás. China es el principal comprador hoy de Brasil, de Chile y de otros países, ahí está el negocio. La tesis se llama Bolivia en el Pacífico Sur. Es una tesis comercial de desarrollo y de futuro. También puede ser una región de asentamientos y de plantas en todos los niveles de uno u otro país que le pueda convenir tenerla aquí y no en su propio territorio. Esto también supone inversiones y proyectos de energía, de agua y alimentación. Y Bolivia tiene la posibilidad de abanderarse de esta causa en este momento. Saquémosle un plus a nuestra ubicación geográfica.

Tal vez Chile y Perú tengan algunos peros, que quieren monopolizar la labor de puente entre el Asia y Sudamérica y nosotros decimos que no son suficientes. Hay interés peruano, pues han hecho la carretera bordeando a Bolivia por Puerto Maldonado, que llega a Lima y a Ilo, y los peruanos están haciendo el gasoducto del sur que viene de Camisea hacia Cusco y va por Arequipa, Puno, Ilo y allí han instalado una transformadora de gas licuado y comprimido para exportación y eso pasa a 95 km de El Alto. Chile está con proyectos grandes en Antofagasta también porque se dan cuenta de lo que viene.

– ¿El MIR podrá resurgir?

– No resurgir, sino tendrá que reorganizarse pero en algo más grande. No podemos pensar como estábamos antes de la revolución económica y tecnológica del siglo XXI donde hay un mercado planetario y Bolivia no puede estar con 20.000 partiduchos (que era) comprensible al inicio de la democracia. Hoy tiene que haber las grandes conglomeraciones políticas.

– ¿Algo así como un pacto político nacional?

– En Bolivia está madurando la idea de hacer grandes conglomerados y diría que al oficialismo le interesa que existan menudencias. Es momento de entrar a la democracia equilibrada como en otros países, China, EEUU. Uno desde el liberalismo y el otro desde el socialismo pasan al bipartidismo. Pareciera que en Bolivia ha llegado la hora de madurar una cosa de esas. Y si hay un pacto que firmar es el de la convivencia.

Deseo que los bolivianos tengamos madurez para ese gran paso que tenemos que dar. El gran cambio fue la instauración de la democracia, se han dado buenos y malos pasos.

– ¿Cómo ve la calidad de la democracia hoy?

– Ha sufrido de alguna manera la calidad de la democracia supuestamente en beneficio a la cantidad de expresión democrática. Pero creo que eran momentos que el país tenía que pasar.

Sin democracia en EEUU no hubiera (Barack) Obama en la Presidencia y sin democracia en Bolivia no estaría Evo (Morales) en la Presidencia. Y sin democracia con los conflictos que hoy tiene el país, Evo Morales no podría haber logrado estabilidad en el país, eso es positivo.

La democracia en Bolivia está en su etapa de adolescencia, ella misma no se entiende, se le estiran las manos, le salen granos en la cara, todo el mundo sale a gritar cuando tiene un problema.

– Se busca en las calles resolver un problema en vez de hacerlo en la mesa de negociación.

– Pero es una etapa necesaria, después de eso hay que decir ‘bueno, pongámonos en orden’; son procesos colectivos que no son fáciles y necesitan tiempos. La historia colectiva no es la historia individual. Si logramos dar ese paso, iremos de la adolescencia a la madurez en nuestra democracia. Y ojalá que podamos ser una democracia ejemplar de 10 millones de personas en un país grande, podemos ser emblemáticos de una convivencia nacional, soy optimista. Todos debemos colaborar para que ese proceso vaya de forma pacífica y con el menor costo humano, económico e institucional.

– ¿Qué le preocupa hoy?

– Que no aprovechemos esta  oportunidad económica que tenemos hoy. Estamos perdiendo el tiempo. Si logramos plasmar este planteamiento del Pacífico Sur, entonces sí habrá sido el punto de partida de recuperación del tiempo perdido para continuar siendo protagonistas del mundo actual.

– ¿Ve a Evo Morales como un estratega?

– Lo veo como un hombre de poder. Es un hombre que tiene vocación de poder, es un potencial útil cuando una personalidad así usa bien esa vocación en una dirección adecuada. Ojalá que la sensatez haga que siempre esté orientado, porque no es fácil.

– Usted estuvo en el poder, ¿ahora es más complicado?

– Lógico. Además el poder que yo tenía era más pequeño que el que ejerce Evo Morales. Hoy tiene una Bolivia con $us 10.000 millones de exportaciones y yo goberné a una Bolivia con $us 1.200 millones en exportaciones. Hoy tenemos una Bolivia con capacidad de 2.500 millones de inversión pública y en mi Gobierno lograba 500 millones al año con un esfuerzo enorme. Por lo tanto es mayor la responsabilidad que tiene el presidente Morales.