La Novena Marcha

Ismael Schabib Montero*La dirección que le ha dado la empresa brasileña OAS a la carretera proyectada Cochabamba-Beni, construyendo el tramo II por el corazón del TIPNIS, favorecería los intereses de los cocaleros porque pasaría cerca del pie de montaña, ambiente propicio para producir coca excedentaria, es decir, coca- cocaína; si se construyera bordeando el TIPNIS por el Este, beneficiaría a sus habitantes que se asientan en la rivera de los ríos (la mayoría) y serviría como deflector en tiempo de lluvia, como freno a la corriente de agua que escurre al Beni central poniendo en peligro a la ciudad de Trinidad y otras poblaciones como Santa Ana del Yacuma, se preservaría el Territorio Indígena y se cumpliría la Ley.Resulta que después que se realizó la Octava Marcha, con todas las dificultades y obstáculos que le pusieron los plurinacionales, después que el gobierno los mando reprimir con saña irrespetando sus Derechos Humanos, después que los desprestigió, después que tuvo que admitir su error por no haber realizado la consulta previa, después que negoció de mala fe la elaboración de la ley para preservar el parque, después que los indígenas no pudieron entrar al Palacio de Gobierno como lo hacen otros, después que se los discriminó, después que se emitió una ley remarcando la intangibilidad del TIPNIS; cuando parecía que la cosa terminaría ahí, el gobierno hizo germinar la Novena Marcha porque decidió borrar con el codo lo que había firmado con la mano, organizó una contra marcha constituida por gente que no tenía la capacidad de fundamentar porque marchaba, se sospecha que pagada; dio marcha atrás proponiendo desandar el camino y hacer recién la consulta previa, por donde debió empezar, denunció a los indígenas por explotar madera en el área en cuestión, pero lo calló mientras fueron sus aliados, ahora arremete con mayor vigor en el propio TIPNIS con el billetazo y los regalitos, en otras palabras, corrupción disfrazada de generosidad, apareciendo en escena la figura del Ministro Quintana, conocido como “Juan Camión” por sus antecedentes de contrabando en Pando.En vez de que los bolivianos demos vuelta a la hoja, el gobierno le sigue dando vida al problema, fermentándolo, esperemos que no pase de “guarapo” a alcohol.Esto ahora es un asunto que compromete a todos los bolivianos, no sólo porque el TIPNIS es de todos, que trasciende lo regional, sino, porque nos estamos posicionando entre los intereses nacionales y los intereses del gobierno que no son coincidentes. La Novena Marcha ya no es un problema entre los indígenas yuracaré-mojeños y el gobierno cocalero, representa un punto de inflexión en la pulseta entre los bolivianos y los plurinacionales; los bolivianos nos identificamos con la República de Bolivia, con la nación boliviana, con el respeto a la ley y la democracia y los plurinacionales se identifican con los narco-cocaleros, los cubanos y venezolanos que los tutelan, que se ponen capucha para patear y encarcelar a los bolivianos de la oposición, se identifican con la dictadura con fachada de democracia.*Vicealmirante de la República de Bolivia