¡Más cocales y menos Universidades!

Juan Marcelo Columba Fernández

COLUMBA El valor de la educación universitaria en el discurso plurinacional

Ante la exacerbación de los conflictos en el país, no creo que sean justas las profusas comparaciones entre ciertos jerarcas plurinacionales y los gentiles, sufridos y cenicientos borricos que alegran los bucólicos paisajes locales. Considero que la ayuda de estos últimos, en las penosas labores agrícolas, es cien veces más beneficiosa que la modorra de ciertas autoridades cuyo espíritu no ha sido cultivado a la altura de la investidura.



Las declaraciones ufanamente proferidas por el presidente boliviano sobre la universidad han revelado, una vez más, el descomunal desprecio que tiene la actual administración por la educación superior, considerando a la ignorancia como un valor supremo y una condición de felicidad en la ideología plurinacional.

Si hay una característica que no debe pasarse por alto en lo referente al discurso político, es que éste encarna en sus emisores los valores de la ideología que defienden. En el caso de los actuales gobernantes bolivianos, la ignorancia se ha visto incorporada a los valores plurinacionales al momento de expresar la alegría de “no haber ido a la Universidad” y al citar actividades de erudición tales como la “lectura de arrugas” o la más reciente “lectura de hojas de coca” en lugar del estudio de libros y códigos de derecho, respectivamente.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La indignación de amplios sectores de la población ante estas expresiones se debe, fundamentalmente, al lugar privilegiado que han consignado a la educación en la perspectiva de mejoras en su calidad de vida ¿Cuánta indignación y frustración pueden sentir los universitarios que dedican gran esfuerzo y numerosas horas a su especialización profesional, ante las vergonzosas apologías de la ignorancia surgidas desde la incompetencia e incultura de las autoridades? La protesta y movilización en contra de las actuales políticas gubernamentales que atentan contra la educación superior no son casuales. En palabras de la socióloga Fernanda Wanderley, estas desafortunadas declaraciones “… desmerece(n) el trabajo de decenas de profesionales formados en nuestras universidades públicas y que están al servicio del país.”.

Si la formación a nivel profesional ya no es valorada, si ya no es importante la educación superior en nuestra sociedad o, como dice el célebre tango, si es “lo mismo un burro que un gran profesor” propongo que derribemos las Universidades y sembremos en su lugar abundantes arbustos de coca. Sea nuestra consigna en el nuevo horizonte de progreso y felicidad del Estado plurinacional ¡Más cocales y menos Universidades!