Narco-justicia

A juzgar por las evidencias, la “nueva justicia” impuesta por el Movimiento Al Socialismo no sólo depende de la coca en su estado natural, como en su momento reveló el increíble magistrado Cusi.El caso de la jueza Valeria Salas, quien dejó en libertad a cinco acusados de narcotráfico, abre múltiples y legítimas interrogantes acerca del grado de penetración que podrían tener los poderes ligados a la producción y comercialización de la versión industrializada del asunto en el sistema judicial.¿Está siendo superado Cusi, por jueces que ya no leen los veredictos en la hoja de coca sino en líneas de cocaína? El tema se complica y se agrava al conocerse el vínculo entre la jueza Salas y el senador masista Isaac Ávalos. El parlamentario oficialista confirmó a un medio de prensa que la magistrada trabajó con él por “medio año”. El citado periódico señala que Ávalos estaría acusado de interferir en la investigación contra la jueza.En efecto, el extraño proceder de Salas le valió la apertura de una investigación de parte del Ministerio Público, por prevaricato e incumplimiento de deberes, pero la misma acabó archivada en la Unidad Anticorrupción de la Fiscalía cruceña.Otro agravante: al menos uno de los liberados sería parte de una banda internacional de narcotraficantes mexicanos, lo que se constituye en un nuevo indicio de la creciente presencia en Bolivia de los peligrosos cárteles del país azteca.Además, no estamos ante un caso aislado: basta con recordar las liberaciones de las hermanas Terán, poderosas dirigentes cocaleras y del partido de gobierno; o la del alcalde masista de Calamarca, Yesid Mamani, quien incluso fue recibido en el Palacio Quemado por Evo Morales tras su excarcelación.¿Estamos ante una incipiente [email protected]