Correa vs. indígenas

No contento con utilizar el foro de la OEA para disparar contra la prensa y organismos internacionales de derechos humanos, el autoritario presidente de Ecuador, Rafael Correa, apuntó hoy su artillería verbal contra los indígenas bolivianos, afirmando que los marchistas defensores del TIPNIS son “lobos disfrazados de corderos”.El exabrupto no sólo es una clara muestra de injerencia, sino también un nuevo síntoma de la creciente ruptura entre los regímenes semi-dictatoriales del ALBA y los movimientos indígenas.En Bolivia conocemos bien el distanciamiento, cada vez más pronunciado, entre el presidente Evo Morales y las principales centrales de pueblos nativos (CIDOB y CONAMAQ), fenómeno que desnuda la naturaleza cocalera y no indígena del gobierno.Pero exactamente el mismo proceso se ha vivido en tierras ecuatorianas, donde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha cuestionado duramente la política económica “extractivista” de Correa, lanzando importantes manifestaciones de protesta.Precisamente, el dirigente de la CONAIE, Marlon Santi, definió a Rafael Correa como un “enfermo de odio y vanidad”, añadiendo que el mandatario traicionó los principios de la alianza que lo llevó al poder.La tensión entre el régimen correísta y los indígenas llegó a trágicos extremos con la muerte por heridas de bala de un profesor de la etnia shuar, Bosco Wizuma, durante la feroz represión policial contra una movilización de ese pueblo.Poco después y como muestra de la política restrictiva de Correa en materia de libertad de prensa, la Superintendencia de Telecomunicaciones siguió un proceso contra la radioemisora de la Federación Shuar, La Voz de Arútam, cuya frecuencia estuvo a punto de ser suspendida.La disidencia indígena en Ecuador no sólo crea fisuras en el grupo oficialista en el Legislativo (como sucediera en Bolivia con la bancada indígena que se ha separado del MAS), sino que además supone un serio desafío a la gobernabilidad, teniendo en cuenta que las organizaciones indigenistas desempeñaron un papel clave en la caída de dos presidentes: Abdalá Bucaram y Jamil Mahuad.Para el analista político ecuatoriano Pedro Saad, existe el riesgo de que el gobierno de Correa “se encamine por una línea de represión y de fuerza”. Exactamente igual que en la Bolivia de Evo Morales.Las máscaras seudo-indigenistas del ALBA han caído… [email protected]